El año de volver al Señor.
“Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo
vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no
vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es
y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del
castigo”. Joel 2:12-13
Este año es el tiempo para volvernos a Dios en
arrepentimiento, el Señor nos pide que nos volvamos a Él ahora, mientras haya
tiempo, porque estamos viviendo un periodo de gracia y anhela que le
entreguemos nuestro corazón. Que nos acerquemos con ayuno, lloro y lamento,
dando muestras claras de arrepentimiento no externas, sino internas desgarrando
nuestro corazón; nos pide que regresemos a Él que es misericordioso y
compasivo, lento para enojarse y lleno de amor inagotable y que se duele del
castigo.
Lo que el Señor quiere de nosotros es que nos volvamos, nos
acerquemos y regresemos a Él. Nos ama tanto que solo quiere nuestro corazón,
porque Él conoce qué hay en él, como dice Mateo 15:19 “Porque del corazón salen
los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los
hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”; es necesario que este corazón
duro pase a las manos de Dios para ser renovado como dice Ezequiel 36:26-27 “Os
daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré
dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis
mis preceptos, y los pongáis por obra”.
Convertíos equivale a decir “vuélvanse”; porque cuando nos
volvemos a Él, hallamos gracia, misericordia y arrepentimiento genuino, en
Zacarías 1:3 el Señor nos dice: “Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a
vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Cuando nos volvemos a Dios lo
primero que tenemos es su protección, hará un cordón de fuego alrededor
nuestro, para que nada ni nadie nos pueda tocar. Abrirá puertas de bendición y
nos alcanzará su misericordia, (Zacarías 1:16-17).
Cuando nos volvemos a Él en verdadero arrepentimiento,
volvemos en sí como el hijo pródigo, reconociendo nuestro pecado, todo aquello
que estamos haciendo que nos separa de Dios y todo lo que hemos dejado de
hacer, que se cuenta como pecado. Por eso debemos pedir perdón hoy y volver en
amistad con el Señor. Job 22:21 nos anima diciendo: “Vuelve ahora en amistad
con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien.” Oración
«Señor hoy te entrego mi corazón, oro por el corazón de mi
familia y de mi iglesia. Quita todo corazón de piedra y danos un corazón de
carne para permanecer en ti y en tu Palabra para que demos mucho fruto. Tenemos
tu gracia, tu misericordia, tu favor, tenemos la revelación de nuestro pecado
para volvernos a ti y ser perdonados. Que nuestro mayor deseo sea conocerte a
ti y recordar de dónde nos has sacado porque grande es tu misericordia, hoy nos
determinamos a volver, a acercarnos y a regresar a ti. En el nombre de Jesús,
amén.
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