jueves, 14 de marzo de 2024

Alcanza las bendiciones de Dios

 


Alcanza las bendiciones de Dios

“Acontecerá que, si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.” Deuteronomio 28:1-2

Observamos en la cita bíblica de hoy, un panorama atractivo, pero a la vez complejo para el ser humano, puesto que el Señor dice que, si oímos atentamente su voz para guardar y obedecer todos sus mandamientos, entonces vendrán sobre nosotros sus bendiciones, bendiciones que, a su vez, abarcan todas las áreas de nuestra vida (Deuteronomio 28:3-14). Sin embargo, al evaluar nuestro comportamiento u obediencia hacia la ley del Señor, nos damos cuenta de que en una u otra cosa continuamente fallamos, y siendo conscientes de lo que la Escritura expone en Santiago 2:10 al decir que cualquiera que guarde toda la ley, pero que falle en un punto, ya es culpable de todos, ciertamente quedamos sin la posibilidad de llegar a ser bendecidos por nuestras obras o nuestra obediencia.

Pero, ¡gracias a Dios por Jesucristo!, porque por su obediencia ha establecido como justo, santo o perfecto a cada pecador que en Él cree (Romanos 5:19, 5:1). Y más allá de esto, nos ha concedido el derecho de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12), y como dice la Escritura en Romanos 8: 17a, “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo,” por lo que ahora nuestra esperanza de bendición, no está limitada a la excelencia de nuestra obediencia, sino mejor a la gracia y al amor de Dios para con nosotros en Cristo Jesús (Romanos 8:32).

Ahora bien, esto no quiere decir que no estemos llamados a obedecer a Dios, puesto que, si hemos sido rescatados o redimidos de la esclavitud del pecado a la libertad de Cristo, no es posible que volvamos a estar en esclavitud (Romanos 6:1-2). Por lo que, el mandato es para que ahora, por medio del Espíritu Santo que nos ha sido dado desde que creímos en Cristo como Señor y Salvador, seamos guiados y ayudados por Él para que permanezcamos en el amor de Dios, llevando fruto para su gloria (Juan 15:10, Romanos 6:22).  Oración.

«Bendito Rey de misericordia y Padre de gloria, te damos muchísimas gracias por el favor inmerecido que hemos recibido de la justificación, gracias porque nos has hecho justos, dignos y santos delante de ti por la fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Toda gloria y honra sean para ti hoy y siempre, amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario