jueves, 12 de enero de 2023

Paz, reposo y seguridad

 


Paz, reposo y seguridad

“El efecto de la justicia será la paz y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras y en recreos de reposo.” Isaías 32:17

El término justicia significa la virtud de dar a cada uno lo que le corresponde; en el campo espiritual, su significado es un poco más profundo: se dice que un hombre se puede considerar justo cuando sus actos concuerdan con los actos de Dios, que es justo y perfecto. Realmente ningún ser humano en la tierra puede satisfacer la justicia de Dios, la Biblia nos dice al respecto: “No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios” (Romanos 3: 10b-11). Todos nosotros, sin excepción, hemos pecado, no importa cuán grande o cuán pequeña haya sido la falta, ni tampoco si otros lo notaron o no; el pecado no tiene tamaño ni tampoco nivel de gravedad, siempre está mal y tiene consecuencias.

Si tenemos en cuenta que la justicia es dar a cada uno lo que le corresponde, no tendríamos derecho a la vida, nos correspondería morir eternamente. Debido a nuestra incapacidad de ser justos y buenos, nuestro Padre Dios, quien nos amó desde antes de nacer, nos proveyó un Salvador, su hijo Jesucristo quien es la encarnación de la justicia de Dios; vivió cada uno de sus días en la tierra en obediencia y perfección, pagó el precio por nuestros pecados, muriendo en una cruz, y resucitó poderosamente de entre los muertos, satisfaciendo por completo la justicia de Dios y poniéndola a disposición de todo aquel que decida creer de corazón en Él.

Dios pasó por alto nuestros pecados, nos dio vida juntamente con Jesús y nos cubrió con su justicia para siempre. Jesucristo es la justicia de Dios y si lo hemos dejado entrar realmente a nuestra vida, su efecto será paz y su labor será darnos reposo y seguridad; reposo de nuestras angustias y seguridad de que tenemos un futuro lleno de esperanza.  Oración.

«Padre celestial, yo no soy digno de ti, pero recibo tu regalo de amor y de justicia, a Jesucristo tu precioso Hijo, quien murió para que yo tuviera vida. Que tu palabra me de reposo y paz en los momentos de adversidad y tus promesas me provean seguridad, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.  

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