viernes, 27 de enero de 2023

Dios quiere nuestro corazón

 


Dios quiere nuestro corazón

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” Proverbios 4:23

La palabra corazón en general hace referencia al centro de cualquier cosa, por ejemplo, en anatomía el corazón es el centro de todo el sistema circulatorio, es el motor principal que impulsa la sangre que nutrirá todos los órganos y tejidos de nuestro organismo. Así mismo desde el punto de vista bíblico el corazón también se refiere al punto central de donde brota lo que realmente somos, el corazón es la fuente de nuestras motivaciones, nuestras esperanzas, anhelos y sueños; es el origen de lo que nos apasiona, de lo que amamos y ambicionamos. De allí la importancia de guardarlo, pues es la fuente de nuestra vida.

¿Cómo podemos guardar nuestro corazón? Con respecto a esto Proverbios 23: 26 dice: “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos”. La palabra dice que en nuestras propias manos nuestro corazón no puede estar seguro por lo que nos exhorta a que se lo entreguemos a Dios y esto implica que nuestros ojos miren sus caminos, a decir verdad solo hay un camino: Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. (Juan 14: 6). Jesús siempre está a la puerta de nuestro corazón, Él también dijo: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Su invitación siempre está disponible, depende de nosotros ¿Queremos en verdad darle nuestro corazón?

Cuántas veces hemos entregado nuestro corazón a alguien y nos lo ha devuelto hecho pedazos; ¿cuántas veces alguien nos entregó su corazón y se lo volvimos pedazos?, esto demuestra que sin importar lo bueno de las intenciones, fallamos cuidando corazones, pero Dios no falla, él no solo lo cuida, sino que lo renueva para que sea una fuente de vida abundante. No dudemos en poner nuestro corazón en las manos adecuadas.  Oración.

«Señor Jesucristo te abro las puertas de mi corazón y de mi vida, haz de mí la persona que tú quieres que yo sea. Que mis ojos miren tus caminos y mi corazón se incline ante tu verdad. Haz que brote de mi interior vida abundante. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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