martes, 17 de enero de 2023

El Espíritu de Dios mora en ti

 


El Espíritu de Dios mora en ti

“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” 1 Corintios 3: 16

La Biblia nos enseña que el Espíritu Santo es representado con algunos símbolos que muestran características de su función en la vida de los creyentes. En el bautismo de Jesús descendió en forma de paloma confirmando la presencia de las tres personas de la Trinidad en ese momento, Jesús refiriéndose a Él dijo que de nuestro interior correrían ríos de agua viva, Él en Pentecostés se manifestó como viento y fuego al derramar la unción sobre la iglesia naciente; y también es fuerza que fortalece y sustenta, todas estas manifestaciones de naturaleza divina nos hablan de su poder; ¿pero sabemos realmente quién es el Espíritu Santo?

La Biblia es contundente en mostrarnos que el Espíritu Santo más allá de un concepto, un símbolo o una fuerza es Dios mismo. Él es por completo Dios, revelado en la tercera persona de la trinidad y aunque el concepto de la Trinidad es tan profundo que nuestra mente finita no lo puede alcanzar a comprender totalmente, podemos tener algunos destellos de su significado. Pensemos en nosotros mismos: nosotros somos hijos de nuestros padres, pero también nietos de nuestros abuelos y a la vez sobrinos de nuestros tíos o padres de nuestros hijos, tenemos denominaciones distintas porque desempeñamos funciones diferentes en nuestras relaciones familiares, pero seguimos siendo nosotros mismos. Así mismo podemos decir a groso modo que Dios es Padre, es Hijo (Jesucristo) y es Espíritu Santo, donde cada uno cumple un papel diferente pero los tres siguen siendo un solo Dios verdadero. Dios Padre planeó nuestra salvación antes de la fundación del mundo, Jesucristo fue quien la llevó a cabo y el Espíritu Santo es quien la hace realidad en la vida de los creyentes.

Antes de subir al cielo Jesucristo prometió que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo y nos dejó la promesa del Espíritu Santo. Jesús dijo acerca de esto: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad” (Juan 16: 13a) y esta palabra se cumple en las vidas de todos aquellos que hemos creído y aceptado a Cristo como nuestro salvador. Tenemos al Espíritu Santo actuando con poder a través de nuestras vidas para glorificar el nombre de Dios. El Espíritu de Dios nos libera del pecado, levanta nuestra cabeza cuando tropezamos y nos hace caminar en santidad. No apaguemos el Espíritu, no menospreciemos la promesa, avivemos su fuego conociéndolo cada día íntima y personalmente.   Oración.

«Señor Jesús me salvaste sin merecerlo y me has dejado el regalo más grande: Tu Santo Espíritu. Espíritu Santo lléname de ti hasta embriagarme con tu amor y tu poder para glorificar a Dios cada día. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.  

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