sábado, 25 de julio de 2009

Un nuevo comienzo presente

¡Un nuevo comienzo! Quiero vivir cada día, cada hora, hasta cada minuto, como si fuera un nuevo comienzo, como una oportunidad única de hacerlo todo nuevo. No quiero permitir en mi vida las típicas palabras del pasado: “Todo esto ya lo sabes tú, ya lo has visto todo, se realista, el futuro no será más que una repetición del pasado, trata de sobrevivir lo mejor que puedas” . Yo abro mi mente y corazón a las voz que resuena por los valles y montes de mi vida: “Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morara con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugara Dios toda lágrima de los ojos de ellos; Y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” (Apocalipsis 21:3 y 4). En versión de lenguaje actual dice: Dios vive con su pueblo y serán suyos para siempre, Dios será su único Dios. Los enemigos reales de nuestra vida son los: “hubiera debido” y los “si”. Y las preocupaciones de nuestra vida son: “¿Qué pasaría si?” la vida real tiene lugar aquí y ahora. Dios no es alguien que fue o que será, sino el que es, y el que es para mí en el momento presente.Continuamente estamos distraídos por cosas que han ocurrido en el pasado o que han de ocurrir en el futuro. (Mateo 6:25-34). Cuando solo vemos demonios dentro de nosotros, solo podemos ver también demonios dentro en los otros; pero cuando vemos a Dios dentro de nosotros mismos, podemos también ver a Dios en los otros cristianos. Donde vivo yo Dios vive conmigo, y donde vive Dios con migo encuentro a todos mis hermanos. La alegría consiste en la experiencia que enseña que uno es amado incondicionalmente, y que nada, ni la enfermedad, ni los fracasos, ni la aflicción, ni la opresión, ni la guerra, ni la muerte, puede acabar con este amor. La felicidad procede del conocimiento del amor que Dios nos tiene. Soy un realista con la profunda fe de que, la esperanza es más real que la desesperación, que la fe es más real que la desconfianza y el amor más real que el miedo. Este es el realismo espiritual que hace que sea feliz. Los que siguen hablando del sol mientras andan bajo un cielo encapotado son los verdaderos realistas de la verdadera seguridad de que Dios esta a tu lado siempre y para siempre. Cuando tengo una confianza profunda en que Dios está hoy realmente conmigo y me mantiene a salvo en su brazo divino, guiando cada uno de mis pasos, puedo liberarme de la ansiosa necesidad de saber cómo será el día de mañana, o que ocurrirá el mes que viene o el año próximo. Confiando en que el día de hoy pertenece al Señor y que el día de mañana está a salvo escondido en el amor de Dios. Cuando ya no pude aferrarme a mis apoyos normales, descubrí que el verdadero apoyo está más allá de las estructuras de este mundo o incluso de la estructura de la iglesia. Solo está en Dios. Si realmente deseamos alcanzar la madurez espiritual, Dios nos enviara los amigos que necesitamos (los hermanos cristianos). Dios nos ha encomendado unos a otros para que construyamos una comunidad de amor mutuo en la que poder descubrir juntos que la alegría no es algo solo para los demás, sino para todos nosotros. Tengo mantenidos mis ojos en Jesús y en los que lo siguieron y confío en que sabré vivir mi misión de modo que sea un signo o ejemplo de esperanza en este mundo. Mientras estoy tan ocupado en organizar mi vida, se me escapan los leves movimientos del Espíritu de Dios dentro de mí, indicándome direcciones bastante diferentes de las mías. Sin una meta clara nuestra vida se fragmenta en múltiples quehaceres y obligaciones que nos vacían y nos dejan con la sensación de agotamiento y esterilidad. La disciplina de la oración es la mejor. Ya no hay “antes” ni “después” la muerte deja de ser la línea divisoria. La muerte ha perdido su poder para los que pertenecen a Dios, porque Dios es el Dios de la vida, no de la muerte. Todo está bien y seguirá estándolo. Jesús me dice: “No tengas miedo, yo he vencido al poder de la muerte… ven a vivir conmigo y sabe que donde yo estoy está tu Dios”cuando entiendo esta verdad divina, estoy viviendo la vida espiritual. La lectura espiritual no consiste sólo en leer sobre personas o cosas espirituales. Consiste también en leer espiritualmente deseando que Dios se acerque a nosotros, dejando que su Espíritu nos domine dejando que Dios nos lea a nosotros. Las negaciones de Pedro no lo paralizaron, sino que, al ser perdonadas, se convirtieron en una nueva fuente de su fe, así todas nuestras faltas i traiciones pueden transformarse en agradecimiento, y hacernos mensajeros de esperanza. Lo que nos hace mas humanos no es sobresalir, sino servir. La compasión significa acercarse al que sufre. Pero solo podemos acercarnos a otra persona cuando nos hacemos vulnerables. Una persona compasiva dice: “Yo soy hermano tuyo, yo soy humano, frágil y mortal como tú. Tus lágrimas no me escandalizan, tu dolor no me espanta. Yo también he llorado. Yo también he sentido dolor” solo podemos estar con el otro cuando el otro deja de ser “otro” y se hace uno como nosotros. A veces no necesitamos palabras, lo que necesitamos en esos momentos es simplemente estar con un amigo, que no tienen nada que decirse pero no temen quedarse juntos en silencio. La vida espiritual requiere una afirmación constante de nuestra identidad como hijos de Dios.

Estoy en los brazos de Dios

Ayudando y protegiendo a los debiles en la fe

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