La voz de Dios no se ha silenciado
“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”. Juan 1:11
“¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a
él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará
justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
Lucas 18:7-8
En la primera venida de Jesús a la tierra muchos esperaban un
Mesías que se ajustara a sus expectativas políticas y religiosas, no recordaron
todas las profecías que ya estaban en las Escrituras, que mostraban muchos
detalles acerca de Él, por eso no reconocieron las señales que ya se estaban
cumpliendo delante de sus ojos. Jesús pasó inadvertido para muchos. Esa ceguera
espiritual no fue por falta de información sino por la dureza de su corazón.
Hoy sucede lo mismo, las profecías sobre la segunda venida de
Cristo a la tierra ya han sido reveladas en la Palabra de Dios, sin embargo, la
mayoría de las personas tienen un total desconocimiento de ellas. Así como el
primer adviento de Jesús, su segunda venida no será precedida por grandes
eventos, sino por señales que ya estamos viendo y que Jesús predijo en Mateo
24: 6-7 “Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis,
porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se
levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y
hambres, y terremotos en diferentes lugares”. Estamos viendo un mundo dividido,
una fe debilitada, una generación distraída.
Además, Jesús dijo que muchos tropezarían y el amor de muchos
se enfriaría y que se levantarían falsos profetas (Mateo 24:10-12). Todas estas
cosas no son advertencias del futuro sino descripciones del presente, las
señales ya están aquí, delante de nosotros, lo que se requiere es más
discernimiento espiritual, porque Jesús vuelve y muchos no lo entenderán.
Pablo dijo en 1 Corintios 2:14 “Pero el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no
las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Nos corresponde como iglesia de Cristo, llamados a predicar
el evangelio en este tiempo, despertar de nuestro letargo y comenzar a llevar
el mensaje de salvación a esta generación dura de corazón que necesita que sus
ojos espirituales sean abiertos, para que conozcan la verdad y sean salvos. El
problema no es la falta de señales, el problema es que muchos hemos dejado de
caminar en el Espíritu y hemos cambiado la comunión con Dios por rutina y
sustituido la intimidad con Dios por hábitos religiosos y eso nos hace
incapaces de ver.
La voz de Dios no se ha silenciado, Él sigue hablando en el
eco de la crisis, en el murmullo de los cambios, en el estremecimiento del
sistema de este mundo, en la ausencia de paz, en el crecimiento de la confusión,
en la aceleración de los tiempos, etc., no son incidentes desconectados, son
parte del mover de Dios en estos tiempos. Pidámosle al Señor agudice nuestro
oído espiritual para escucharlo. Y, como Samuel poder decir: “Habla, porque tu
siervo oye” 1 Samuel 3:10.
Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la
tierra? ¿Qué contestaremos a esto? Oración
«Amado Padre celestial, gracias por amarnos tanto, por
habernos dejado tu Palabra escrita, por favor despierta mis sentidos
espirituales, para comprender que todo lo que está escrito en ella se ha ido
cumpliendo. Por eso, dame el discernimiento espiritual para entender todas las
señales que ya están delante de mis ojos sobre el regreso de Jesús. Que pueda
compartir el evangelio de salvación para abrir los ojos de los que no te
conocen, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y sean salvos. Amén.
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