viernes, 23 de junio de 2023

El Amor de Dios trae Poder. Parte 1

 


El Amor de Dios trae Poder. Parte 1

“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:8

Muchas veces cuando pensamos en poder, nos imaginamos facultades extraordinarias o sobrenaturales, pero al mirar a nuestro mayor referente: Jesucristo, nos damos cuenta que el poder al cual se refiere el pasaje de Hechos 1:8 es bien diferente, primero porque Jesús el Hijo de Dios nos enseña que, si bien él tenía todo el poder, y aun mayor que el que pueden mostrar los superhéroes de Hollywood, nunca fue su intención parecerse a esos personajes de ficción, que solamente exaltan el ego y la autosuficiencia, sino por el contrario, en humildad se despojó a sí mismo (Filipenses 2:6-8) y más bien nos enseñó un poder aun mayor, el poder del amor, el poder de su misma esencia, un poder que es capaz de dar perdón, salvación, vida eterna; un poder que venció la muerte y que permanece para siempre.

Al ver a Jesús vivir su vida diaria, notamos que vivía constantemente amando, y vemos cómo ese amor impactaba y cambiaba vidas, sanaba enfermos, liberaba endemoniados, ayudaba a necesitados, en general podemos ver el poder del amor puesto en acción.

Ahora bien, este poder especial, el amor de Dios, maravilloso y extraordinario, pues es un atributo de Dios, él mismo lo comparte con todo creyente, pues lo derrama en nuestro corazón por medio de su Santo Espíritu (Romanos 5:5b), haciéndonos partícipes del mismo poder que operaba en Jesús y que lo impulsaba a vivir como vivió y que debe de impulsarnos a nosotros a vivir de esa misma manera.

Para dejar obrar este poder en nuestras vidas es necesario que tengamos comunión con Dios por medio del Espíritu Santo gracias a Cristo, pues separados de Él nada podemos hacer, si buscamos esta intimidad entonces al igual que Jesús seremos instrumentos del Amor de Dios y testigos efectivos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.   Oración.

«Padre Dios, te pido en el nombre de tu Hijo Jesús, me ayudes a vivir con el poder de tu Amor, llévame a diario a tener comunión con tu Santo Espíritu para así dejar fluir tu amor a través de mí, un amor que es tan poderoso de convertir al pecador, de transformar al malvado y de dar esperanza al desanimado. Quiero convertirme en un testigo fiel de tu gran amor en el lugar donde tú me pongas, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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