jueves, 24 de febrero de 2022

El poder de ayunar y orar. Parte 1

 

El poder de ayunar y orar. Parte 1


“Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron”. Hechos 13:2-3

“Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído”. Hechos 14:23

El ayuno era una práctica común en la iglesia primitiva, con ayuno y oración comenzaron varias iglesias en diferentes ciudades, se constituyeron líderes para supervisar la obra del Señor. El ayuno no sólo transformó a las iglesias sino a muchas personas y cambió el curso de muchas naciones.

También en el Antiguo Testamento vemos que el ayuno era una herramienta poderosa para acercarse al Señor. Recordemos el caso de la nación de Judá en 2 Crónicas 20:2-3 “Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi. Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá”. Dios manifestó su poder librando a Judá en respuesta a la oración y el ayuno que la nación hizo.

Cuando nos disponemos a ayunar y a orar en humildad y alabanza movemos el corazón de Dios a nuestro favor. Paul Cedar dice: “Satanás se ríe de nuestros esfuerzos y se burla de nuestros intentos, pero tiembla cuando ve al más débil santo de Dios arrodillado”. Hoy más que nunca la iglesia universal de Cristo debe unirse en oración y ayuno, para ser una iglesia pura y sin mancha e instrumento para la salvación de muchas personas, porque nuestra lucha no es contra carne y sangre sino contra las potestades de las tinieblas.

El regreso de Cristo está cerca, por eso la batalla para ganar almas para el reino de Dios será cada vez más intensa. Como en tiempos de Joel es un llamado al arrepentimiento y a la conversión al Señor: “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo”. Joel 2:12-13

A pesar de la situación por la que está pasando el mundo e incluso la iglesia, Dios está brindando la oportunidad de volvernos a Él en arrepentimiento y obediencia, pero quiere que lo hagamos de todo corazón, ya que los elementos rituales son solo muestras externas de ese arrepentimiento y aunque deben estar presentes: ayuno, lloro y lamento deben hacerse con sinceridad. El señor no quiere expresiones mecánicas ni superficiales.

Los juicios en el pasado son advertencias para todos hoy, Dios es misericordioso, bueno y lento para la ira, quiere que los hombres vuelvan a sus caminos, porque le duele cómo están destruyendo sus vidas con el pecado y anhela que todos se salven. Sólo debemos acercarnos a la cruz de Cristo, nuestro Salvador, con un corazón sincero y humilde, con arrepentimiento y deseo de cambiar, esto nos asegurará su perdón, ayuda y restauración.    Oración.

«Señor Jesucristo, quiero acercarme a tu cruz con humildad, reconociendo que he pecado, rasgar mi corazón y no mis vestidos y volverme a ti con arrepentimiento, ayuno, lloro y lamento, para que transformes mi interior. Que el fuego de tu Espíritu consuma todo lo que hay en mí que no te glorifique, ni te honre. Es el tiempo de ser un instrumento santo y puro, para la salvación de este mundo que tanto te necesita. En Cristo Jesús. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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