miércoles, 2 de febrero de 2022

Disfrutemos de la paz que Jesús nos dejó

 

Disfrutemos de la paz que Jesús nos dejó


“En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro. Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. Isaías 26:1-3

“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Juan 14:27

La porción bíblica de Isaías nos habla de una ciudad fortificada porque Dios ha puesto la salvación como muros y antemuros, una ciudad abierta para un pueblo justo que ha guardado la fidelidad. Aquella en la que están los que han afianzado su mente o pensamiento en Dios y están guardados en completa paz.

Qué difícil es en estos tiempos encontrar paz, dondequiera que vayamos hay discordias, pleitos, guerras, etc. Quizás este pasaje nos muestra el conflicto que existe entre dos mundos: el de los justos y el de los impíos. Estos mundos a veces se superponen, pero no pueden coincidir, porque la rectitud es el camino de los justos, mientras que la del impío es la iniquidad porque su corazón está lejos de Dios. Como dice el Salmo 10:4 “El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos”. No obstante, la completa paz que tienen los justos, es consolidada por Dios. Dice Isaías 26:12 “Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras”.

Hechos 10:36 nos dice: “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos”. Jesús es la paz y todo el que lo recibe predica su mensaje de paz.

Los creyentes estamos llamados a vivir en paz, hay dos palabras claves en el versículo de Isaías: perseverar y confiar. Algo que roba nuestra paz es el pecado, para poder ser portadores de paz necesitamos en primer lugar estar en paz con Dios, entonces si queremos ver a Jesús a través de nuestra vida debemos obedecer y renunciar a todo lo que nos aparte de Él. Vivir en santidad armoniza con vivir en paz. Una verdadera relación con Dios nos conducirá a una correcta relación con otros. Recordemos lo que dice Hebreos 12:14 “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”.

En Filipenses 4:7 el Señor promete llenarnos de su paz: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Es la seguridad de que, si perseveramos y confiamos en Él a pesar del caos que nos rodea, guardará nuestras mentes centradas en Él, para que tomemos decisiones sabias y tengamos fe, por eso no debemos desesperarnos sino permanecer en su camino teniendo paz en nuestro corazón. Recordemos que la paz es un fruto del Espíritu Santo que debemos disfrutar independientemente de las circunstancias.  Oración.

«Señor deseo la paz en mis relaciones con otras personas, por eso te pido que mantengas mis pensamientos y mi confianza puestas en ti. Siempre habrá conflictos en el mundo, pero como hijo tuyo me has llamado a ser un agente de paz en mi familia, comunidad e iglesia, esa paz que tú, Señor Jesús, me diste con la presencia de tu Espíritu en mi corazón. Lléname de tu paz. En Cristo Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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