domingo, 13 de febrero de 2022

A ti te digo: ¡Levántate!

 


A ti te digo: ¡Levántate!

“Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá”. Marcos 5:22-23

“Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente”. Marcos 5:35-36

“Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente”. Marcos 5:39-42

No importa cuán quebrantada esté nuestra alma debemos acercarnos al Señor. Jairo experimentó el dolor de saber que su hija podía morir y fue con humildad y reverencia a la fuente de gracia de Dios, a Jesucristo, y su clamor fue lleno de fe porque le dijo a Jesús: “ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá”, reconoció el toque del poder de Dios a través de Jesús y sabía que era el único que podía traer paz y consuelo a su espíritu. En momentos como la muerte, la fe es el único remedio para la tristeza y el temor que ésta nos genera. Cuando le dijo: “tócala y sánala”, Jairo creyó en el Dios de imposibles, fue casi un acto de adoración ante su presencia.

Jesús tenía la palabra precisa para ese momento: “no temas, cree solamente”, en sus palabras había esperanza y promesa. ¡Palabras poderosas de valor inmutable! ¿Cuánto necesitamos abrir el corazón a esas palabras para palpar su poder?, la palabra de Dios es viva y eficaz y puede transformar cualquier situación.

Esa disposición a la Palabra, es tener un corazón como el de Jairo que creyó en lo que había escuchado del Verbo de vida y ahora quería ver su manifestación en medio de su necesidad. En 1 Juan 1:1 dice: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocantes al Verbo de vida”, eso es lo que nosotros debemos testificar para que Cristo sea conocido en medio de nosotros. Así es el llamado del evangelio para quienes por naturaleza están muertos en pecados y delitos, entender que por la palabra, Cristo es el que da la vida espiritual.

Ese día por su palabra de poder Jesús resucitó a la niña y todos los que lo vieron y lo oyeron se maravillaron de Aquel que lo hizo, reconociendo a Jesús como Señor y Salvador. No sólo hubo una resurrección física, sino que muchos fueron resucitados espiritualmente. Hoy el Señor Jesús quiere venir a todos los que están muertos en su espíritu y decirles: “Talita cumi; que traducido es: a ti te digo, levántate”. Cuando te sientas como Jairo, desesperado y triste, recuerda que Jesús está ahí para escucharte y darte vida, tan solo cree.

Jesús se acerca a nosotros para ayudarnos según nuestra necesidad. Ninguno está fuera del alcance del toque amoroso de Cristo, porque este nos asegura salud, consuelo, limpieza, calma, luz, confianza, liberación y bendición. ¿Podremos entonces creer ahora mismo en lo imposible? Entonces inclinémonos con confianza al Verbo de vida y oremos.   Oración.

«Señor Jesús, solo tú eres digno, hoy me postro a tus pies en reverencia y humildad, reconociendo que eres mi Señor y Salvador. Que tu palabra de poder traiga vida a mi espíritu, para levantarme en victoria sobre cualquier situación en mi vida. Tócame Señor, con tu amorosa presencia y permíteme experimentar tu perdón, liberación y sanidad. En el Nombre poderoso de Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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