viernes, 6 de agosto de 2021

Dios cuida a sus hijos

 

Dios cuida a sus hijos


“Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.” Salmos 91:11-13

¿Le has dicho a Dios con fe: “tú eres mi Dios, mi esperanza, mi castillo, en ti pongo mi confianza”?

Cuando nosotros depositamos realmente nuestra fe en Dios, debemos estar seguros y tranquilos de que, de todo lo que sucede en nuestro día, Dios tiene el control; si es así no tenemos por qué vivir en temor y angustia a causa de los terrores de la noche, las flechas del día, las pestes de la oscuridad o la mortandad que a pleno día destruya; pues, el Señor siempre cuida nuestra entrada y nuestra salida (Salmos 121:8).

Su Palabra dice que Él nos librará del lazo del cazador y de la peste que destruye, porque con sus plumas nos cubrirá y bajo sus alas estaremos seguros; pueden caer miles a nuestro lado, pero nosotros estaremos sanos; no habrá plaga que toque nuestra morada (Salmos 91:3-4, 10).

El Dios para el cual nada es imposible nos dice: porque me has amado, yo te libraré; te pondré en alto por cuanto has conocido mi nombre. Cuando me invoques, yo te responderé, contigo estaré en la angustia; te glorificaré. Te saciaré de larga vida y te mostraré mi salvación (Salmos 91: 14-16).

Debemos confiar y esperar pacientemente en el propósito que Dios tiene con cada suceso de nuestra vida, tenemos un Dios omnisciente cuyos pensamientos son más altos que los nuestros y cuya voluntad es buena, agradable y perfecta (Isaías 55:8-9, Romanos 12:2).

Nuestra tarea de nunca acabar es la de orar, ese es el camino seguro; poner todo en manos de Dios, para tener la certeza de que lo que a nosotros llega, es por su intervención, y para poder aceptarlo en la paz que Él nos da.   Oración.

«Señor, te alabo y te doy gracias por tu cuidado y protección; yo en paz me acuesto y así mismo duermo porque sólo tú me haces vivir confiado. Gracias por ese amor incondicional y por tu Palabra que me revela tu poder y tu bondad. Te pido que me ayudes a poner, cada vez más, toda mi atención y mi confianza en lo que tú dices y no en lo que los demás piensan, en el nombre de Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario