jueves, 30 de julio de 2020

Doce hombres comunes como nosotros. Parte 3


Doce hombres comunes como nosotros. Parte 3
“Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.” 1 Corintios 1:25-29
Podemos ser comunes y corrientes, en un mundo lleno de orgullo y prepotencia, pero el llamado de nuestro Dios, en Cristo, no es común, es extraordinario, es sobrenatural, es transformador y es liberador.
Así como llamó a 12 hombres, en su mayoría pescadores, ahora en el presente tiempo nos llama a nosotros a servirle y a ser testigos en toda la tierra, cuando recibimos por fe en Jesucristo a su Espíritu Santo, entonces sucede lo que dice la escritura: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8). Recibimos el Espíritu Santo, para que habite en nosotros y transforme radicalmente nuestra vida, dándonos a través de Él, el poder, amor y dominio propio, para proclamar la verdad de Jesucristo y para que, en el último lugar de la tierra, que es donde cada uno de nosotros está localizado, seamos testigos del amor de Cristo.
Si Dios tomó la vida de estos hombres comunes y corrientes, los transformó en hombres llenos de amor y los usó para impactar el mundo entero, a través de la revelación de Jesucristo, también confiemos que con nosotros puede hacer su obra maravillosa y estemos dispuestos a ser usados para sus propósitos, según el poder de su abundante gracia que actúa en nosotros (1 Corintios 15:10-11, Efesios 3:20). Porque Dios hace cosas extraordinarias, en aquellos que confían verdaderamente en Él (Isaías 64:4). Oración.
«Gracias Padre porque en la confianza que tengo en Jesús, me has tomado para ser testigo de tu gran amor y para que mi vida sea transformada en el poder de tu Santo Espíritu, para gloria y honra de tu nombre. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito

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