lunes, 27 de julio de 2020

Caminando sobre las aguas


Caminando sobre las aguas
“Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.” Mateo 14:28-33
La duda no viene de Dios, surge de nosotros mismos cuando no ponemos la mirada en las cosas de arriba (Colosenses 3:2), sino en nosotros mismos, o en las circunstancias externas que amenazan nuestra seguridad.
Cuando Pedro mantuvo su mirada en Cristo, pudo caminar sobre las aguas, fue llevado por el Señor a hacer algo imposible para los hombres, pero posible para Dios (Lucas 18:27); él estaba por encima de las circunstancias, pero cuando quitó los ojos de Jesús se volvió el hombre natural, dio espacio a las dudas de la carne y comenzó a hundirse.
Cuando nosotros aprendemos a ver a Jesús como Él es (1 Juan 4:17) y nos olvidamos de nosotros mismos, empezamos a caminar y a vivir como Él vivió; en contraste, cuando nos fijamos en las tormentas, las preocupaciones humanas, o cuando nos enfocamos en nosotros mismos, empezamos a hundirnos tal como le pasó a Pedro.
Entonces, no importa la tormenta o dificultad por la que estemos pasando, así estemos en la noche más oscura, coloquemos nuestra atención, confianza y esperanza en aquel que es poderoso para guardarnos sin caída y presentarnos sin mancha delante de su gloria con gran alegría (Judas 1:24), que nos permite caminar sobrenaturalmente sobre las aguas de la vida.  Oración.
«Señor Jesús, quiero hoy colocar mi mirada en ti, en tu gran amor, en tu poder y majestad, confiar en que siempre estás conmigo, en el momento que me asalte la duda o la incredulidad, pondré mi atención en tu Palabra, en tus promesas que son verdaderas y poderosas. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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