martes, 14 de julio de 2020

Creados para publicar alabanzas a Dios


Creados para publicar alabanzas a Dios
“Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicarán.” Isaías 43:21
“y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;” Apocalipsis 5:9
En los salmos, la alabanza al Dios todopoderoso, era una forma de mostrar su grandeza, soberanía y alabarle por la obra de sus manos. Se invitaba a toda la creación a alabar su majestad (Salmos 148-150), por su gran misericordia (Salmos 136-138), por su gran poder (Salmo 145, 150). También se muestra cómo luego de ser perdonado y limpiado de maldad, el salmista le dice: “Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza.” (Salmo 51:15), en agradecimiento, por el perdón de Dios. La alabanza es la respuesta de un corazón agradecido.
Todos nosotros, los creyentes, que por la fe en Cristo hemos sido redimidos del poder del mal, estamos en especial, invitados a alabarlo (Salmo 107:1-2), como dice el Apóstol Pedro por el Espíritu Santo “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” (1 Pedro 2:9). Cuando alabamos, anunciamos el amor, el poder, exaltamos el nombre que es sobre todo nombre, recordamos y enseñamos a otros lo que Dios hace, lo que Dios es y lo que hará en la vida de todo el que lo reciba.
Por esto, Dios, nos ha dejado una misión especial: publicar sus alabanzas, sólo Él es digno de alabanza y quiere que sus hijos lo alaben en todo tiempo (Salmo 34), es una forma de buscarlo (Salmo 34:1), de dirigir mi atención y mi confianza en la dirección correcta (Salmo 34:5), de recibir su ayuda y protección (Salmo 34:6-7) y de renovar diariamente mi confianza en Dios, dejando todo temor (Salmo 34:8-10). Recibimos mucho más de lo que esperamos, cuando le alabamos, pues esa es nuestra misión en esta tierra y nuestro oficio en el cielo, (Apocalipsis 7:9-17). Y tú, ¿Alabas al Señor en todo tiempo?   Oración.
«Grandes y poderosas son tus obras oh, mi Dios, exaltamos tu Santo nombre y nos deleitamos en tu presencia, en la magnitud de tu poder, te agradecemos por tu gran amor y misericordia con la que nos redimiste en la cruz por medio de la muerte de Jesús; nos alegramos por su resurrección que nos demuestra que venciste la muerte y nos diste vida eterna por medio de la fe en tu Hijo. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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