lunes, 26 de noviembre de 2018

¿Quién eres, Señor?

Hechos 9. 5-6.  Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.  Cuando nos encontramos con Cristo y depositamos toda nuestra fe en Él, una de las cosas que más nos preocupa como cristianos es como conocer la voluntad de Dios para nuestra vida. Nuestra actitud debería ser como la de Pablo ¿Señor, ¿qué quieres que yo haga? Lo que quiere decir que el conocimiento de su voluntad más que un método, es un asunto de disposición.
Para comprobar la buena voluntad de Dios agradable y perfecta, debemos rendir de manera voluntaria y racional nuestra vida a Dios. O sea, que no basta con la disposición, sino que esta debe ir unida a la obediencia a su Palabra. La voluntad de Dios para un cristiano está expresada claramente en la Biblia y parte de esta, es el compromiso de cumplir el mandato divino de la Gran Comisión. Buscar, ganar y salvar almas perdidas para Cristo.
Pensemos cómo podemos colocar nuestra vida al servicio de Dios para cumplir su voluntad, qué puedo darle a Dios. Mi tiempo, mi dinero, mis talentos y habilidades. Puede ser uno o todos, pero el objetivo es extender el Reino de los Cielos en esta tierra. Recuerda que cuando nos ocupamos de las cosas de Dios Él se ocupa de las nuestras, permitiendo que seamos personas realizadas y felices, porque Él cumplirá todos sus propósitos en nosotros.
¿Qué está impidiendo el cumplimiento de la voluntad de Dios en nuestra vida?    Oración.
Señor, quiero hacer tu voluntad y no la mía, porque tus caminos y tus planes para mí, son mejores y más excelentes. Quiero ser guiado por tu Espíritu. Lo único que quiero es agradarte. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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