viernes, 7 de julio de 2017

CALEB, POR CUANTO HUBO EN ÉL OTRO ESPÍRITU


CALEB, POR CUANTO HUBO EN ÉL OTRO ESPÍRITU “…EL SEÑOR ME HA MANTENIDO CON VIDA

“…MI SIERVO CALEB, POR CUANTO HUBO EN ÉL OTRO ESPÍRITU…” (Números 14:24 RV 1960)

Caleb dijo a Moisés:

“…Subamos luego, y tomemos posesión de ella [la Tierra Prometida], porque más podremos nosotros que ellos. Pero los hombres que subieron con él… hablaron mal… diciendo: Vimos allí gigantes… Nosotros éramos, a nuestro parecer, como langostas…” (Números 13:30-33).

Notemos dos actitudes opuestas, presentes en este episodio:

1) Una actitud de duda.

Diez de los doce espías volvieron diciendo: ‘No lo podemos hacer’. Sin embargo, la mayoría no siempre tiene razón.

Si Dios te ha prometido algo, eso te pertenece, aunque estés en minoría.

El informe de la mayoría aterrorizó al pueblo de Dios; les entró una clase de amnesia espiritual y se olvidaron de los cuarenta años de provisión sobrenatural. Y lo que es más grave, se llegaron a convencer de que Egipto era en realidad “la tierra de leche y miel”: “¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto?” (Números 16:13).

¡Increíble! ¡Egipto era la tierra de hacer adobes y de esclavitud, no de leche y miel!

¿Cuál era su problema?

Permitieron que su entorno ejerciera mayor influencia en ellos que las promesas de Dios. Cuando sucede eso, te secas espiritualmente, empiezas a quejarte y a decir cosas como:

‘Dios hizo milagros en el pasado, pero ya no los hace.’ La consecuencia de su incredulidad fue que ninguno de ellos entró en la Tierra Prometida, excepto Josué y Caleb.

2) Una actitud de fe.

Dios dijo: “Pero a mi siervo Caleb, por cuanto lo ha animado otro espíritu y decidió ir detrás de mí, yo lo haré entrar en la tierra… y su descendencia la tendrá en posesión” (Números 14:24).

Entonces, ¿Con cuál de las dos actitudes te identificas? 

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