sábado, 29 de julio de 2017

1Pedro 1:14-16


1Pedro 1:14-16

Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en la ignorancia. Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: sean santos, porque yo soy santo.

Dios nos llamó a ser santos. No medio santos. No santos los domingos. No santos entre hermanos. No. Santos. En todo lo que hagas busca santidad en tu vida. ¡No te amoldes a tus deseos o actividades anteriores! Dice Pedro. Obedece y se santo como Cristo. Él puso el parámetro. Él estableció la barra para ser medidos. No tú. No yo. Él. Así que, no podemos seguir seleccionando qué hacemos y qué no. No puedes obedecer en unas cosas y hacer tu voluntad en otras. ¡Así no puso Cristo el ejemplo! ¿Lo puedes entender? Para Dios no existe el corazón “muy entregado” y el “medio entregado”. Él nos analiza y sabe con quién puede contar y con quién no. ¿Puede contar contigo? Tal vez tienes tiempo pensando que Dios y tú pueden tener comunión a tu manera. Tal vez has pensado que lo que haces es suficiente. Es posible que pienses que no necesitas involucrarte más con el Señor. Por esta razón puse el ejemplo de los exámenes en mi vida. La verdad es que no somos nosotros los que podemos decidir si ya es suficiente o no. ¡Eso solamente lo mide Dios! Honestamente nunca va a ser suficiente si vemos que la meta es Cristo quien se sacrificó y entregó por completo por ti y por mí. ¿Cómo podemos pensar entonces que hemos hecho suficiente para Dios? Hay gente que pone apodos a aquellos que deciden obedecer en todo lo que hacen. Los señalan. Los critican. ¿Sabes? ¡Qué bendición ser señalado y criticado por esas razones! Quiere decir que estamos haciendo bien nuestro trabajo para el Señor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario