viernes, 10 de mayo de 2013

Abundante consolación


Abundante consolación

De la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
2 Corintios 1:5
Cuando sufrimos, Cristo está con nosotros para consolarnos en nuestra angustia. El grado hasta el cual ha experimentado el mismo sufrimiento, y aun más, es la razón de que pueda consolarnos.
La prueba de su carácter es su reacción ante los tiempos más severos de sufrimiento y persecución. Cuando el sufrimiento se vuelve demasiado intenso, lo más fácil es enojarse y culpar a Dios. Cuando la persecución se vuelve demasiado severa, lo más fácil es transigir en la fe. El reaccionar de cualquiera de esas formas hará que usted se pierda la más abundante comunión que puede tener. Es que los momentos más profundos de comunión espiritual con el Cristo vivo son resultado directo del intenso sufrimiento.
El sufrimiento siempre nos lleva a Cristo porque encontramos en Él a nuestro misericordioso Sumo Sacerdote que se compadece "de nuestras debilidades" (He. 4:15) y que "es poderoso para socorrer a los que son tentados" (2:18). Así que considere sus sufrimientos como oportunidades de ser bendecido por Cristo mientras halla consuelo en su comunión. 

Las bendiciones del crecimiento

Para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.
Tito 2:10
Como los cristianos ya tenemos derecho al cielo y alcanzaremos un día la perfección en la presencia de Dios, ¿por qué es necesario el desarrollo espiritual? Hay varias razones.
En primer lugar, glorifica a Dios.
En segundo lugar, prueba la salvación. El cambio externo muestra un cambio interno del corazón.
En tercer lugar, es un buen testimonio. El crecimiento espiritual muestra la verdad de Dios para que otros la vean.
En cuarto lugar, da seguridad. Cuando progresamos espiritualmente, vemos a Dios obrando en nuestra vida, y eso contribuye a nuestra confianza en nuestra salvación (2 P. 1:10).
En quinto lugar, nos libra de tristeza innecesaria. La falta de crecimiento hacia la santidad resulta solo en dolor y tristeza.
En sexto lugar, protege de reproche la causa de Cristo.
Y por último, nos hace útiles para servir en la iglesia.
Así que siga creciendo y sea una bendición para quienes usted conozca. 

¿Es posible la perfección?

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos.
1 Juan 1:8
La falsa doctrina del perfeccionismo enseña que hay algún momento después de la conversión cuando se erradica la naturaleza pecaminosa del creyente. Pero según el versículo de hoy, y sobre todo en el enfoque del apóstol Pablo al tema de Filipenses 3:12-16, la perfección en esta vida es solo una meta, no una realización. Debemos buscarla, pero nunca la alcanzaremos en la tierra.
Pablo rechazó el perfeccionismo al llamarnos a que busquemos el premio que solo se puede obtener plenamente en el cielo. Confesó que él mismo no había alcanzado la perfección, ¡y escribió a los filipenses casi treinta años después de su conversión! Tal vez fuera el cristiano más consagrado que haya vivido. Si después de treinta años no era perfecto, sin duda ninguno de nosotros puede decir que lo sea. 

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