lunes, 6 de abril de 2015

Salmos 6:6-7

Salmos 6:6-7

Cansado estoy de sollozar; toda la noche inundo de lágrimas mi cama, ¡mi lecho empapo con mi llanto!  Desfallecen mis ojos por causa del dolor; desfallecen por culpa de mis enemigos.



El día de hoy tuve una plática sumamente gratificante e interesante.  ¿Qué se hace cuando uno está cansado?  ¿Qué se hace cuando uno no sabe qué camino tomar?  ¿Qué se hace cuando parece que está lloviendo sobre mojado?  Leyendo el pasaje de hoy, podemos ver que David se encontraba cansado o mejor dicho, exhausto.  No paraba de llorar.  No paraba de sufrir.  No había a dónde ir por refugio.  ¿Te has sentido así?  ¿Conoces a alguien que esté así?  No son momentos fáciles.  Por eso me encanta que la biblia nos plantea un panorama completo y real de lo que atravesaremos en nuestra vida.  No oculta nada.  No minimiza las dificultades.  Al contrario.  Pone a uno de los principales ejemplos, David, como expositor de lo que es atravesar por pruebas, angustia, desesperación, enfermedad y llanto.  Todos, tarde o temprano, pasaremos por cada una de estas situaciones.  No porque Dios sea malo.  Tampoco por que hayas hecho algo malo.  Simplemente porque es necesario crecer espiritualmente.  ¡Ese es el sentido de las pruebas!  Santiago nos lo revela al decirnos que debemos gozarnos en ellas pues producen paciencia, sabiduría y fe.  Jesús nos dice en Mateo 11 que entreguemos a Él nuestras cargas y nosotros llevemos la suya.  La nuestra no nos deja caminar y nos aplasta mientras que la de Él es ligera.  En el sermón del monte nos dice: bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación.  ¿Pero qué pasa cuando hemos ido no una ni dos sino cientos de veces a los pies de Jehová y parece que nada cambia?  ¿Qué pasa cuando estamos como David en este salmo donde nada parece ayudar?  La respuesta está en el mismo pasaje: no separarnos de Dios y esperar en Él orando constantemente.  Sí.  Yo sé que te gustaría una respuesta.  Yo sé que te gustaría que se abrieran las puertas y tus incertidumbres y disyuntivas se aclararan.  Sin embargo, la respuesta correcta es ir mil y un veces con las rodillas dobladas ante el Señor y esperar.  No importa si has orado cientos de veces.  Hazlo miles.  Simplemente no pares de hacerlo.  No pienses que no está pasando nada pues para empezar, tú estás aprendiendo a depender más y más de Él.  No quieras encontrar respuestas donde no hay nada.  Dios dice que el que permanece en Él puede dar fruto pues Él es río de agua viva.  Él es la fuente.  Él es la única fuente.  Acude a Él.  Permanece en Él.  Dobla tu rodilla ante Él y no te muevas de ahí.  Tu carne querrá decirte que tienes que moverte.  Te dirá que tienes que hacer algo y que no debes quedarte parado.  No hagas caso.  Pide a Dios que te llene de su paz y de su consuelo y permite que sea Él quien quite la neblina y te permita ver, en Su momento, las cosas claras.

Oración

Señor: es difícil no entender lo que pasa sin embargo hoy entiendo que no soy nadie para reclamarte mi falta de comprensión.  Tú eres Dios y sabes mejor que yo cómo deben ser las cosas.  Te pido que me llenes de tu paz y pueda restablecer mi comunión contigo.  No permitas que me aparte de Ti.  No permitas que dude de Ti.  Gracias por amarme y estar al pendiente de mí.  Heme aquí Señor humillado ante Ti dispuesto a esperar a que Tú me guíes.  En Cristo Jesús.  Amén

domingo, 5 de abril de 2015

Hebreos 13:21

Hebreos 13:21

Que Él (Dios) los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad.  Y que, por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada.  A Él sea la gloria por los siglos de los siglos.  Amén.



Filipenses 2:13 dice: Dios es quien produce en ustedes tanto el querer COMO el hacer para que se cumpla su buena voluntad.  En el capítulo 4 versículo 13 dice: todo lo PUEDO en Cristo que me fortalece.  ¿Sabes?  Conforme más leo y aprendo de la palabra de Dios, más me doy CUENTA que mi salvación fue adquirida por gracia.  Simplemente no pude haber hecho nada para merecer que Dios me amara y perdonara.  Él no SOLO se ha encargado de darme la oportunidad de ser hijo suyo sino también de poder ser transformado para hacer lo bueno: Su voluntad.  Por alguna razón, que se llama orgullo, me gusta pensar que algo hago bien o que mis esfuerzos pueden servir de algo, sin embargo, la biblia (y la experiencia PERSONAL) constantemente me muestran que Dios es quien hace todo.  Incluso el escribir esto que estás leyendo.  Mi cuerpo preferiría estar dormido o descansando pero mi Dios pone en mi el deseo y el gozo de escribir para que otros puedan disfrutar de lo increíble que es tener comunión con Él.  El autor de hebreos lo entendió y por eso lo escribe: que Dios los capacite PARA hacer su voluntad.  No son tus buenos deseos ni tus ganas de cambiar y dejar de cometer errores.  ¡Es Dios mismo quien te transforma!  1ª de Corintios 2:14 dice: el que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura.  No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente.  ¡Verdaderamente esto es locura para el que no tiene a Dios en su corazón!  Estamos aprendiendo que Dios hace todo en nuestra vida y eso no es nada fácil de entender y digerir.  Por eso voy a tratar de explicarlo con mayor detalle.  Conforme creces espiritualmente, vas entendiendo la diferencia ENTRE lo que tu cuerpo (la carne y naturaleza caída) quieren contra lo que Dios dice.  Por ejemplo: Dios creó las relaciones sexuales para el matrimonio sin embargo, nuestra carne no es monógama ni quiere esperar al matrimonio.  Poco a poco, vas analizando cada una de tus decisiones para ver si están en línea con la voluntad de Dios.  Si tienes un problema con tu pareja, tal vez AHORA piensas dos veces en reaccionar como acostumbras y consideras la voluntad de Dios antes que la tuya.  Pero todo esto no es fácil y tampoco significa tener un “final feliz”.  Por esta razón, Dios es quien nos capacita para hacer su voluntad y por medio de Jesucristo lo hacemos.  Siguiendo con el ejemplo de un pleito en el matrimonio, tú obedeces a Dios pero tu cónyuge no.  ¿Dejas entonces de hacer la voluntad de Dios?  ¡Esa es tu carne queriendo reaccionar.  Es tu yo y tu ego los que quieren tomar NUEVAMENTEcontrol de tus decisiones.  Pero ahora ya sabes que Dios es quien te capacita para tomar decisiones distintas.  Decisiones que edifican.  Decisiones que te hacen crecer espiritualmente y en tu comunión con Él.  Por lo tanto, ya no necesitas que tu pareja reaccione FAVORABLEMENTE.  Simplemente obedeces porque sabes que es la mejor decisión.  Pablo decía: mientras más pequeño soy yo, más grande es Dios en mi vida.  ¿Lo puedes entender?  Por eso termina diciendo: a ¡Él sea la gloria!  Medita en tu relación con Dios.  ¿Dónde estás parado y qué lugar ocupa Él en tu vida?  Espero que después de leer esto, quede “una piedra en tu zapato” para que en el transcurso del día puedas tomar una decisión distinta a lo que estás acostumbrado y sea, ahora, conforme a la voluntad de Dios.

Oración

Padre: definitivamente quiero vivir agradándote.  Te pido me capacites para hacer lo bueno y que es agradable a Ti.  Te pido abras mis ojos y mi entendimiento para encontrar todas esas áreas que quieres cambiar de mi vida y que simplemente he guardado celosamente.  Abre mi corazón.  Derriba las murallas.  Tú lo sabes todo y nada puedo ocultarte.  Lléname de Ti y renueva mi vida.  Muéstrame como puedo hacerlo todo en Ti y cómo se deshacen las cadenas que antes me ataban.  Perdona mis pecados y reina en mi vida Señor.  Te lo pido en el NOMBRE de Jesucristo.  Amén.

sábado, 4 de abril de 2015

Salmos 4:4-5

Salmos 4:4-5

Si se enojan, no pequen; en la quietud del descanso nocturno examínense el corazón.  Ofrezcan sacrificios de justicia y confíen en el Señor.



Dios sabe que no somos robots sin sentimientos.  La biblia no nos pide convertirnos en seres que no reaccionan ante nada.  El hecho de que nos digan que amemos a nuestro prójimo incluyendo nuestros enemigos; que si alguien nos lastima la mejilla derecha, pongamos la izquierda también; si alguien tiene dos túnicas, de al que no tenga; como dice el PASAJE de hoy: si se enojan, no pequen, y así la lista sigue y sigue, no quiere decir que Dios piense que no tenemos derecho a enojarnos, tener ambiciones o sentimientos en general.  ¡Dios no está en tu contra!  No quiere que te estén haciendo daño.  No quiere que te lastimen.  Sin embargo, lo que sí quiere es que tomes buenas decisiones y le dejes TRABAJAR en tu vida.  Por ello, el pasaje de hoy dice: si se enojan, no pequen.  Ofrece sacrificios de justicia y confía en Dios.  Para aquellos que hemos recibido a Cristo, es una cuestión de tiempo para que atravesemos pruebas.  AHORAnos corresponde meditar y examinarnos para dejar de pecar, para dejar de reaccionar de la misma manera.  No puedes ser igual que antes de conocer al Señor.  Ahora tus ojos han sido abiertos y el sacrificio de Cristo te ha librado de la esclavitud al pecado.  No tenemos pretextos.  Aunque nuestra carne pida reaccionar de una manera, debemos seguir al espíritu.  Debemos recordar estos versículos y no pecar.  Sin importar que “tengamos la razón”.  Sin importar que sea una injusticia.  No debemos pecar.  ¿Cómo se logra esto?  La respuesta está en el versículo 5: ofrezcan sacrificios de justicia y confíen en el Señor.  Los sacrificios de justicia son aquellos que realizamos cuando aprendemos a morir a nosotros mismos, a nuestra carne y dejamos que Dios tome el control.  Por eso se nos exhorta diciendo: y confíen en Dios.  Sacrificas tu ego.  Sacrificas tu orgullo.  Sacrificas tu yo.  reaccionas de una manera NUEVA.  Agradable a Dios porque buscas no pecar en tu enojo, coraje, o cualquier otro sentimiento que te lleve a pecar.  Primero buscas calmarte y dejas que Dios examine tu corazón.  Después mueres a ti y dejas que Jehová reine.  Por último, y la mejor PARTE, confías en Aquél que creó al mundo, venció al mundo y te ama incondicionalmente.  ¿Qué vas a decidir?  ¿En quién vas a confiar?  ¿Quién va a dominar en tus decisiones?  ¿Tu carne?  ¿Tu espíritu?  Insisto, solamente entendiendo que es a través de un sacrificio que podrás transformar tu vida al comenzar a decidir por el espíritu.

Oración

Señor: he tomado mis decisiones y no han tenido buenos resultados.  Algunos tuvieron satisfacción temporal pero después se acabó.  Hoy entiendo que debo aprender a morir a mi mismo para que Tú crezcas y reines en mi vida.  Así quiero que sea.  Así te pido que hagas conmigo.  Vengo a tus pies para pedirte que no siga como antes y que pongas discernimiento en mi mente y en mi corazón para no CONTINUAR pecando.  Gracias Señor por abrir un camino de bendición y lleno de esperanza donde no había nada.  Gracias por amarme y mandar a Jesús.  Gracias por tu misericordia.  Gracias en Cristo Jesús.  Amén

viernes, 3 de abril de 2015

Hechos 12:24-25

Hechos 12:24-25

Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba. Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron a Jerusalén, llevando también consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos.



En el capítulo 12 de Hechos vimos injusticias, milagros, muertes, problemas entre ciudades, preocupaciones y gente en oración. Por último, el versículo 24 tiene una palabra clave: Pero. Con esta palabra todo cambia para la vida de un cristiano. De cierta manera podría parafrasear el capítulo 12 así: en nuestra vida atravesaremos todo tipo de circunstancias, habrá ocasiones en las que nos veamos encarcelados por situaciones que no podemos controlar, en otras, tendremos que soportar injusticias y aprender de ellas. También, veremos que algunos de los que están con nosotros, no estarán siempre ahí. No dejemos de orar y entregar a Dios nuestras preocupaciones pues a Su tiempo el mostrará sus PLANES y sus milagros se revelarán. PERO, a pesar de todo esto que va a venir a tu vida, tienes que entender que la palabra del Señor permanecerá, crecerá y se multiplicará. Esto le da certeza a nuestra fe. No importa lo que atravieses, no importa lo que suceda en el mundo, la palabra de Dios y la reconciliación que ofrece Cristo nunca cesará sino por el contrario, se multiplicará.
Y Bernabé y Saulo, volvieron a Jerusalén…
Si este capítulo fuera una serie de televisión, veríamos a dos hombres acompañados de un tercero que lleva el sobrenombre de Marcos caminando por un camino de tierra que no se le ve fin y el atardecer da colores increíbles. Fin de la temporada. Todos contentos. Todos gozosos. Pedro había salido de la cárcel. Herodes había muerto. Las oraciones habían sido contestadas y ahora Bernabé y Saulo junto con Marcos regresaban a Jerusalén. Disfrutemos este momento. Agradezcamos por momentos así. A veces se nos olvida vivir agradecidos y gozosos. Nuestras oraciones no deben estar enfocadas a los problemas. También debemos orar en agradecimiento por lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Tenemos que darnos CUENTA de momentos como el que vemos en estos versículos: la palabra de Dios se dispersaba y los hermanos estaban camino a Jerusalén. Utiliza momentos de paz y estabilidad para crecer en tu comunión con Dios. Es precisamente en momentos como este cuando puedes consolar a aquellos que pasan por situaciones difíciles. Es en días como estos cuando puedes dedicar tiempo a alguien más y compartir tus bendiciones. Comparte la palabra de Dios. Comparte tus experiencias.
INDEPENDIENTEMENTE de lo que pase en tu vida, recuerda que Jehová es el Señor y Creador de todo lo que ves incluyendo lo que no ves. Él reina sobre todo y quiere reinar en tu vida también. Su palabra no cesa y aunque pasen los años y las generaciones, Él permanece.

Oración
Padre: gracias por tu palabra y tus enseñanzas. Gracias por recordarme que a pesar de cualquier problema que atraviese, Tú reinas. Ayúdame a vivir gozoso y agradecido y sobre todo a aprender a llevar las bendiciones que me has dado a los demás para que se multipliquen. Gracias por tu amor. Gracias por tu dirección. Gracias por tu misericordia. En el NOMBRE de Jesucristo. Amén

jueves, 2 de abril de 2015

Hechos 13:29-31

Hechos 13:29-31
Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro. Mas Dios le levantó de los muertos. Y él se apareció durante muchos días a los que habían subido juntamente con él de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo.



El día de hoy, yo soy testigo de que Cristo ha transformado mi vida. De que estaba perdido y fui encontrado. De que era esclavo del pecado y ahora soy libre. De que andaba sin rumbo y hoy tengo dirección. Soy testigo de un amor que nunca había conocido y lo recibí sin merecerlo. Testigo de un perdón que no tiene igual. Testigo de la gracia y misericordia que ofrece Dios. Testigo de que todo lo puedo en Cristo que me fortalece y que su poder se fortalece en mi debilidad y lo mejor de todo, testigo de que he sido perdonado de mis pecados y reconciliado con Dios pudiendo ahora ser llamado hijo de Dios.
Dios cumple todas sus promesas. Cumplió cada profecía que nos había dejado para la venida del Mesías y así será con cada promesa y profecía que encontramos en su palabra. Tú y yo debemos ser testigos también de Cristo. Fíjate cómo Pablo nos dice que aquellos que presenciaron su resurrección, son los que estaban siendo ahora testigos ante el pueblo. Si has aceptado a Jesús. Si te has reconciliado con Dios Padre. Si has pedido perdón por tus pecados, es necesario que vayas y seas testigo de lo que has vivido. Ahora, si lo piensas por un momento, tiene mucho sentido el hacerlo. ¿Cuántas veces no compartes una experiencia positiva? ¡Muchas! Incluso la repites con personas que ya la han escuchado por el gusto de revivir ese momento. Con Jesús es igual. Si no sientes el gozo y el deseo de compartirlo es porque probablemente aun no lo conoces y no te has entregado a Él. Probablemente has mantenido tu distancia y solamente has querido escuchar la teoría pues te parece interesante pero no has permitido que esas palabras entren a tu corazón y revolucionen tu vida entera. Hoy te invito a que le des una oportunidad a Jesús.
Por otro lado, me encanta leer: Mas Dios le levantó de los muertos. ¡Esto sí que me emociona! ¿Qué podemos temer si tenemos a Dios de nuestro lado? ¿Qué puede quitar nuestra paz? ¿Qué puede quitar nuestro gozo? Tristemente, nos distraemos tanto con lo que vivimos y hacemos que olvidamos frases como ésta y nuestro gozo y nuestra paz nos son arrebatadas. No debes permitir esto en tu vida. Por ello es importante pasar TIEMPO constantemente en la palabra. No porque alguien te obliga sino porque entiendes que ahí se encuentra tu alimento que necesitas. Te animo a que guardes en tu corazón estas palabras: Mas Dios le levantó de los muertos. Si Dios puede hacer esto, imagina ¡qué no podrá hacer en tu vida!

Oración
Señor: llevo TIEMPO escuchando de ti pero nunca he querido comprometerme y aceptar que te necesito. Hoy quiero pedirte perdón y pedirte que traigas paz y gozo a mi vida. Enséñame a vivir conforme a tu voluntad y dale sentido a mi vida. Señor, oro a ti en el nombre de Jesús. Amén

miércoles, 1 de abril de 2015

Gálatas 6:6

Gálatas 6:6

El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña.



No hay momento más increíble que el escuchar o presenciar la mano de Dios en la vida de otra persona.  ¡Es impresionante ver cómo se manifiesta y cómo quiere reconciliarse con cada uno de nosotros!  Gracias a Dios, he tenido la oportunidad de compartir su palabra por varios años ya y ser testigo de cosas maravillosas.  Eventos que jamás imaginé y situaciones que parecían imposibles, se convirtieron en crecimiento espiritual y almas entregadas al Señor.
El proverbio que dice que es mejor enseñar a un hombre a pescar que darle un pez, pues así le habrás enseñado a comer de por vida, aplica perfectamente cuando alguien escucha el evangelio que compartes y acepta a Cristo como su Señor y Salvador.  Probablemente todo empezó como un consejo o buscabas dar ánimo a esa persona.  Finalmente el evangelio fue expuesto y Cristo reconcilió a otra persona más con Dios Padre.  Esta nueva alma ahora tiene alimento para la eternidad.  No le has ayudado a pasar por una mala racha.  Le has dado el mejor regalo que jamás podría imaginar.  La vida eterna y una relación con Jesús.
Cuando leemos las cartas de Pablo, Juan o Pedro, vemos que muchas veces parece que no están ligadas algunas oraciones.  Esto es normal.  Piensa que en ese entonces, no se podía tener un correo electrónico o papel en abundancia donde pudieran escribir todo con un detalle microscópico.  A veces tenían que incluir todas las instrucciones posibles en recursos limitados.  Por esta razón vemos esta enseñanza a la mitad de otras instrucciones.  No por esto significa que es de menor importancia.  De hecho, personalmente me parece una instrucción sumamente acertada: si Dios ha hecho un milagro en tu vida, ¡No te lo guardes!  Compártelo con aquellos que velan por tu crecimiento espiritual.
  No se trata de ser chismoso y saber qué pasa con cada uno de ustedes.  Así como compartimos una buena experiencia en un restaurante o en unas vacaciones, debemos aprender a compartir lo que el Señor hace en nuestras vidas.  ¡No hay nada más motivador que escuchar el testimonio de otro hermano!  ¡No hay nada más motivador que escuchar cómo el Señor cumplió sus promesas!  Piensa en esto: ¿Cómo quedarse con tantas bendiciones y no compartirlas?  Si Dios te ha mostrado algo, si te ha bendecido, si te ha cuidado y rescatado, ¿cómo es posible que no lo compartas al mundo?    Una vez que sucede.  Estoy seguro que buscarás la manera de compartir a más personas lo increíble que es tener comunión con el Señor.

Oración
Padre: Gracias.  El día de hoy permitiste que me levantara y me das otra oportunidad para servirte y entregarte mi corazón.  Te pido que aprenda a compartir de tu palabra, de todas tus enseñanzas y bendiciones.  No permitas que guarde lo que haces en mi vida y entienda que esto puede crear que las bendiciones que me das, lleguen a más personas.  Gracias por tu gracia y misericordia que no merezco.  Perdona mis pecados y guíame para poder perdonar de la misma manera.  En Cristo Jesús te lo pido.  Amén 

martes, 31 de marzo de 2015

Filipenses 3:1

Filipenses 3:1


Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor.  Para mí no es molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad.



Hay algunos deportes como el fútbol americano, en los que pueden pedir un tiempo fuera.  Esto quiere decir que se detiene el reloj, todo se para y los equipos se reúnen con sus entrenadores.  A veces lo hacen cuando el equipo no está bien parado para la siguiente jugada.  En otras ocasiones tratan de “romper” una buena racha del equipo contrario mientras que en otras, sirven para planear los cambios que requieren y ejecutarlos.
Cuando Pablo nos dice: alégrense, viene acompañado de lo más importante, en el Señor.  No nos está diciendo, despreocúpate, no te afanes, no tengas miedo, te está diciendo que te alegres en el Señor.  Ahora, cómo funciona esta alegría.  Muy similar al tiempo fuera en los partidos.  Haz una pausa.  Debes detenerte por un momento.  Debes analizar lo que estás sintiendo.  Debes analizar lo que estás pensando.  Pero sobre todo, debes analizar hacia dónde te diriges y quién está de tu lado.  Solamente así puede venir esa alegría de la que Pablo tanto habla.  Me explico mejor.  Muchas veces nuestro vivir diario nos hace caer en rutina.  Poco a poco, sin darnos cuenta, vamos perdiendo perspectiva y nos dejamos envolver en lo que sea que nos quita la paz.  ¿Te ha pasado?  De repente, estás angustiado.  Piensas que las cosas se están saliendo de control.  Hay incertidumbre.  Hay miedos.  Finalmente hay desesperación.  Pausa.  Toma un tiempo fuera.  Refúgiate en el Señor.  Dice el Salmo: aunque pase por valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo.  ¡Alégrate en el Señor!  Salmo 4:8 dice, en paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tú Jehová, me haces vivir confiado.  Dios te ama.  No quiere nada malo para ti.  Él está a tu lado y no te abandonará.  Pide perdón por tus pecados y por haberte alejado de Él.  Si ya has estado orando y sigues sin paz, ¡no dejes de hacerlo!  No te apartes del Señor y pide que pueda abrir tu corazón y entendimiento.  A veces es necesario esperar mucho tiempo, pero es mejor esperar a Su lado que lejos de Él.  Alégrate en Él.  No porque las cosas cambien.  No porque te “saliste con la tuya”.  No porque se hace tu voluntad.  Alégrate en el Señor porque Él tiene el mejor camino para tu vida.  Porque en Él puedes confiar.  Porque en Él puedes poner tu esperanza.  ¿Puedes ver cuánta falta nos hace tomar un “tiempo fuera” para poder alegrarnos en Él?
Las palabras que escribe Pablo toman más significado si recordamos que se encontraba preso.  Si alguien tenía situación difícil para poder regocijarse en el Señor era él.  Pero nos dejó un gran ejemplo para que dejemos de quejarnos por todo lo que nos sucede.  Nos dejó un camino muy claro.  Aprendamos a servir al Señor, obedezcamos en sus mandamientos.  Pongamos nuestra esperanza en Él y así podremos gozarnos en Él sin importar las circunstancias.  Pablo utilizó ese tiempo en prisión para compartir a Cristo con los que estaban con él.  Lo que parecía una maldición se convirtió en una bendición y obra para el evangelio.  Abre los ojos.  Toma un tiempo fuera y reúnete con tu entrenador Jehová.  Vuelve a Él para que te de dirección y te muestre lo que estás haciendo mal.  Escucha sus palabras.  Pon atención a sus mandamientos.  Posteriormente ejecuta dando testimonio y alegrándote siempre en Él.

Oración
Padre: necesito un tiempo fuera.  Necesito acudir a Ti y pedir perdón por mis pecados.  Te pido que me des dirección.  Te pido que me llenes de tu paz.  Padre, no sé cómo alegrarme y vivir confiado.  Te pido que seas Tú quien me llene de gozo, alegría y esperanza.  Te pido que pueda acostarme en paz y confiado en que Tú me amas y me cuidas.  Guíame para que las circunstancias no me quiten la perspectiva correcta y roben mi gozo en Ti mi Señor.  Gracias Padre Santo en el nombre de Cristo Jesús.  Amén.

lunes, 30 de marzo de 2015

Filipenses 4:11-13

Filipenses 4:11-13


No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera sea mi situación.  Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.  Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.



Es fácil pensar que algo nos pertenece.  Pensamos que nuestro trabajo nos pertenece, nuestra pareja, nuestro dinero, nuestra salud, nuestra vida en general.  Probablemente se deba a la costumbre que genera el día a día y simplemente damos por hecho que si el día de hoy me fui a dormir con x y z pues mañana también tendré x y z.  Justamente aquí es donde entra la zona de conflicto entre Dios y nosotros.  El Señor nos dice que somos administradores de lo que Él nos da pero en realidad todo le pertenece a Él y no a nosotros.  Leíste bien.  Todo le pertenece a Él.  ¿Acaso decidiste cuándo y cómo nacer?  ¿Pudiste opinar sobre el color de tus ojos?  ¿Puedes decidir cuándo enfermarte?  Así la lista continúa.  No podemos decidir cuántos hijos tener.  No podemos decidir dónde vivir.  Realmente no podemos decidir nada por nuestra propia cuenta.  Tal vez estás entrando en confusión con lo que acabas de leer.  No te desesperes y sigue leyendo.  La verdad es que nosotros podemos decidir vivir en tal o cual lugar, pero si el Señor no lo quiere así, simplemente no sucederá.  Hay personas que perdieron a sus hijos a muy temprana edad.  ¿Pudieron decidir algo al respecto?  No.  Hay personas que de un día para otro pierden su trabajo o su negocio deja de funcionar.  Varios años le dedicaron.  Muchas noches se fueron a dormir y al día siguiente fue lo mismo.  Hasta que un día, todo cambió.  Esto es lo que nos está diciendo Pablo que ha vivido.  Él perseguía a los cristianos.  Buscaba acabarlos.  Tenía un trabajo, tenía lujos y placeres.  Cada noche se acostaba y al día siguiente hacía lo mismo.  Pero un día, todo cambió.  Tuvo su encuentro con Dios y nada fue igual.  Ahora estaba encarcelado injustamente.  Había sido ya golpeado, atravesaría naufragios, sería lapidado hasta ser considerado muerto entre muchas otras cosas.  Pero finalmente decidió tener contentamiento y paz a través de Cristo en quien todo lo podemos.  Así también tú y yo debemos decidir hoy.  Decidir por vivir agradecidos.  Decidir por vivir obedeciendo y sirviendo sin importar que haya abundancia o escasez.  Vivir para Cristo con hambre o con un banquete cada día.  Sea cual sea tu situación, el entregar tu vida al Señor no debe depender de las circunstancias.  Ahora, ¿esto quiere decir que no tendrás tristezas ni te sentirás abatido?  No.  Todo lo contrario.  No conozco a nadie que haya perdido su trabajo o no tenga que comer que no se sienta mal.  La diferencia está en entender que podemos seguir adelante pues el Señor es quien nos fortalece y no las circunstancias.  ¿Lo puedes ver?  Allá afuera quieren hacerte creer que tu cuenta de banco, tu casa, tu trabajo y otras cosas materiales te dan dirección y fuerza para avanzar.  El problema llega cuando todo esto se viene abajo.  ¿Cómo seguir?  ¿Por qué crees que hay millonarios que se suicidan?  Es difícil vivir entregado al Señor y poder decir las palabras que Pablo dice, pero no es imposible.  De hecho, tenemos prácticamente la batalla ganada pues el Señor es quien hace todo el trabajo.  A nosotros nos corresponde entregarnos.  Rendirnos.  Humillarnos y dedicarnos a glorificarle.

Oración
Padre: definitivamente tenía mi fortaleza y esperanza puestas en los lugares equivocados.  Pensaba que yo decidía, que merecía y además que me pertenecían tantas cosas y hoy entiendo lo equivocado que estaba.  Realmente todo te pertenece.  Señor perdóname.  Guíame en tu camino.  Fortaléceme pues quiero seguirte y debo cambiar mi forma de pensar y de actuar.  Te entrego mi vida y te pido que pueda vivir en obediencia y servicio a Ti, siempre agradecido y gozoso a través de la fuerza que Cristo me da.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén