Gozosos en la esperanza
“gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación;
constantes en la oración;” Romanos 12:12
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en
diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas
tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin
que os falte cosa alguna” Santiago 1:2-4
“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser
causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a
los que en ella han sido ejercitados.” Hebreos 12:11
Tiempos de prueba y disciplina, aunque difíciles y tal vez
más largos de lo que creemos resistir y soportar, finalmente terminan siendo
momentos de gran crecimiento espiritual.
Hay ocasiones que de pronto sin querer o sin imaginar, quizás
por las emociones o incluso por las buenas intenciones, tal como le pasó al rey
Saúl, terminamos desobedeciendo al Señor y haciendo conforme nosotros pensamos
que es bueno (1 Samuel 15:17-22). Sin duda, el Señor, en su eterno amor e
infinita misericordia, habiéndonos adoptado como a hijos en Cristo, no nos
desechará, si no mejor nos ejercitará en paciencia y obediencia.
Recordemos lo que dice Hebreos 5:8-9 acerca de Cristo “Y
aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido
perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le
obedecen;” y si fue necesario esto en Jesucristo quien fue perfecto, cabal y
obediente en todo, ¿cuánto más en nosotros que sí somos imperfectos y
desobedientes? (Hebreos 12:5-6).
Para nadie es un secreto que estos tiempos en los que somos
reprendidos y disciplinados, inicialmente no nos causan agrado o gozo, pero
veamos a lo que nos anima el Señor en Hebreos 12:2 “puestos los ojos en Jesús,
el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió
la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
Hermanos, que nuestra mirada, confianza y esperanza en Jesucristo, nos lleven a
permanecer y esperar en este tiempo en completo gozo, con la firme certeza de
que nuestro Padre que nos ama, nos ejercitará para que finalmente el fruto de
su Hijo Jesucristo sea a través de nosotros manifiesto, su paciencia y
obediencia para gloria de Dios Padre. Oración.
«Padre, en tu eterno amor e infinita misericordia, no te
cansas de reprendernos y disciplinarnos, gracias por esos tiempos que aun
siendo tentados a desanimarnos y desmayar, Tú nos hablas y nos concedes la
gracia de mirar a tu Hijo Jesucristo, quien gozoso por nuestra salvación sufrió
la cruz y menospreció el oprobio; gracias porque ahora por medio de la fe, su
gozo ha sido puesto en mí y en ti espero para que por el ejercicio de estos
tiempos todo el fruto de tu Hijo Jesucristo sea a través de mí manifiesto,
amén.
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