miércoles, 13 de enero de 2021

Dios conmigo está

 


Dios conmigo está

“Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”. Sofonías 3:17

“Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras”. Salmo 145:18

Muchas personas tienen la imagen de un Dios muy severo, que está distante y esperando el momento en que nos equivoquemos para disciplinarnos, pero qué concepto más alejado de la Palabra de Dios, porque Dios está más cerca de nosotros de lo que imaginamos, quitó todo abismo que nos separaba de Él a través de su Hijo Jesucristo, que se hizo hombre y vino a morir para reconciliarnos con el Padre. Como dice Efesios 2:13 “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”

Dios se regocija, se goza, se ríe en medio de su pueblo. Preguntémonos: ¿qué ve Dios en nosotros que lo lleve a regocijarse?

Se complace en los que le temen, se regocija cuando nuestra fe permanece a pesar de las circunstancias, cuando le dejamos actuar y transformar nuestros corazones, cuando ve humildad, cuando no halla mentira ni injusticia y encuentra confianza sólo en Él.

Está en medio de nosotros con toda su majestad y poder, esto debería ser suficiente para que experimentemos seguridad, paz y la certeza de que nunca estamos solos, que tenemos al Poderoso de nuestro lado, como dice Jeremías 20:11 “Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada”.

Su presencia en nosotros a través de su Espíritu es el mayor regalo de Dios, por eso debemos descansar en su amor y aunque no seamos perfectos todavía, o no hayamos madurado lo suficiente, Él nos ofrece los frutos de su amor para que en la medida en que rindamos nuestra vida a Él, su Espíritu nos vaya renovando.

En estos tiempos de pandemia, recordemos que no estamos solos, refugiémonos en su presencia, Él pelea todas nuestras batallas.  Oración.

«Amado Dios, estás tan cerca de mí que mi mente finita no alcanza a comprenderlo, lo sé por fe porque estás cercano a todos los que te buscan de corazón y ponen en ti su confianza. Gracias por enviar a tu Hijo a morir y a quitar toda pared intermedia que me separaba de ti, sé que estás a mi lado con todo tu poder, que te regocijas, que callas de amor para oírme y que me libras de todo lo que se viene contra mí. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

martes, 12 de enero de 2021

Todo en Dios tiene un propósito

 


Todo en Dios tiene un propósito

“Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto. Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados”. Éxodo 13:17

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. Isaías 55:8-9

Cuando el faraón dejó salir a los Israelitas de su territorio, Dios nos los guió por el camino más corto a la tierra prometida, este camino estaba lleno de filisteos enemigos que les harían guerra y temió que se desanimaran y se volvieran corriendo a Egipto, los dirigió por el camino al Mar Rojo. Cuando llegaron allí se quedaron parados en sus orillas con el ejercito egipcio acercándose, algunos pensaron que era su fin, pero Dios que había hecho tantas proezas a través de Moisés para liberarlos de la esclavitud, no los abandonaría ahora, estaba entretejiendo un plan, un puente sobre el agua y ellos tendrían que caminar a través del mar para contar una gran historia de liberación por parte de Dios.

Es cierto que había otra ruta de escape, pero también es cierto que los israelitas tendrían que enfrentarse a batallas en el camino más corto. Dios quiso llevarlos por el camino largo en un suceso que requería de un sorprendente milagro, un milagro sin precedentes, que el Mar Rojo se partiera en dos para que ellos pasaran.

Muchas veces no entendemos los planes de Dios y por qué nos permite caminar por lugares difíciles o pasar por situaciones que no quisiéramos, pero el Dios Soberano que tenemos nunca se equivoca, si permite que estemos ahí, es porque Él sabe lo que necesitamos. Cada circunstancia que sucede en nuestra vida es para fortalecer nuestro carácter, para tratar nuestro corazón, para aprender y continuar el camino que nos ha trazado. Además, a través de ese difícil proceso quiere manifestar su grandeza para que hablemos de su poder y gloria y siempre nos llevará a un puerto seguro. Él sabe lo que hace y seguirá siendo fiel con nosotros como dice el Salmo 119:90 (NTV) “Tu fidelidad se extiende a cada generación, y perdura igual que la tierra que creaste”. Nuestra vida en manos de Dios tiene un rumbo asegurado y un destino eterno. No temamos los tratos de Dios, Él tiene un propósito para cada situación.  Oración.

«Señor, gracias porque todas las situaciones de mi vida tienen un propósito en ti, por eso me suelto en tus manos, porque sé que tus planes son más altos que los míos. Gracias por cada proceso que me permites pasar para moldear mi vida. Haz tu perfecta voluntad en mí. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

lunes, 11 de enero de 2021

Elegidos para ser diferentes

 


Elegidos para ser diferentes

“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”. Colosenses 3 :12-15

Hemos sido elegidos para ser diferentes en un mundo donde el común denominador es la exaltación personal y los intereses personales. Revestidos de una naturaleza nueva para ir renovándonos en la medida en que conozcamos a Jesús. En esta nueva vida no es importante lo que somos, sino lo que Cristo es, viviendo en nosotros y a través de nosotros.

El Señor nos eligió para ser un pueblo santo y amado por Él, por eso nos identificamos con su carácter lleno de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. La compasión se aprende cuando aprendemos a ser tolerantes y a tener empatía con los demás a pesar de sus fallas, perdonando siempre como lo hizo el Señor con nosotros. Pero la característica más importante, es el amor que es el que nos une en perfecta armonía.

¿Qué tan fuerte es nuestra convicción para permitir que Dios nos moldee a su manera? Si vivimos con convicciones sólidas y fuertes, cuando vengan las grandes pruebas podremos sostenernos y mostrar esa naturaleza divina en nosotros; o de lo contrario, nos dejaremos llevar por nuestras cambiantes emociones y no seremos testimonio de su amor.

Todos los que hemos creído estamos llenos de Él y hemos sido hechos completos en Él. Todo lo que necesitamos para nuestra vida cristiana la encontramos en Jesús y su Verdad nos conducirá a la santidad personal y a la santidad en nuestras relaciones con otros, pues vivir como escogidos, es vivir la plenitud de Cristo en nuestra conducta, nuestra profesión y nuestras relaciones. Los elegidos de Dios están vestidos con la justicia de Cristo. Las vestiduras que Pablo enumera aquí realmente son el fruto del Espíritu Santo, que no podemos producir por nosotros mismos, sino con su ayuda. Y la motivación que nos inspira cada día está en Colosenses 3:17 “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” Oración.

«Señor Jesucristo, que maravillosa posición que tengo en ti, al mirarme, reconozco que soy débil, que no tengo ningún poder, que soy incapaz de vestirme con las ropas del fruto del Espíritu por mí mismo. Necesito de ti y entiendo que he sido colocado en Cristo, en ese lugar en que el Espíritu de Dios actúa y me capacita para vivir bajo su control. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

domingo, 10 de enero de 2021

Un corazón sincero

 


Un corazón sincero

“Él les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos. Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez”. Marcos 7:18-22

“Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”. Hebreos 10:22

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. Salmo 139:23-24

Los fariseos y escribas hicieron una acusación a los discípulos de Jesús porque los vieron “comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas” (Marcos 7:2). Era una excusa para mostrar sus verdaderas intenciones de condenar a Jesús, pues creían que siguiendo tradiciones y reglas estaban agradando a Dios, su devoción no era sino apariencias y mandamientos de hombres, pero su corazón estaba distante de Él. Los judíos afirmaban que la contaminación real era la física, pero Jesús dijo que la verdadera contaminación era la moral y espiritual.

Cuando Dios se refiere al corazón, en el libro de Jeremías 17:9 dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Está mostrando la verdadera condición del hombre afectado por el pecado, cuando rompe la relación con Él y vive bajo su propio razonamiento. Ese desajuste hizo que toda la raza humana se corrompiera por el pecado, dejando de vivir en el Espíritu y dando paso a los deseos de la carne.

Las consecuencias de nuestra separación trajeron todas las cosas que Marcos menciona aquí, que provienen de nuestro interior y que es lo que realmente nos contamina. La Palabra de Dios es el espejo que refleja la verdadera condición de nuestro corazón, pues nos muestra nuestra ambición egoísta que quiere hacer su voluntad y no la de Dios.

Después de dos mil años, sigue arraigado en el corazón del hombre que la verdadera pureza espiritual tiene que ver con cosas externas. En muchas religiones sigue habiendo innumerables ritos de lavamientos para alcanzar la pureza del alma y listas de alimentos prohibidos que si los consumen, verán estropeada su relación con Dios, pero Jesús dijo muy claro «nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar». El Llamado de Dios es más bien acercarnos a Él sinceramente, para escuchar su voz y poder transformar nuestro interior, purificando nuestro corazón de pensamientos y acciones que nos contaminan ante sus ojos.  Oración.

«Amado Jesús, que bueno, en esta mañana, acercarme a ti con un corazón sincero, contrito y humillado, reconociendo la condición de mi ser, entendiendo que todos los malos deseos salen de mi interior. Hoy necesito que cambies mi corazón y me permitas vivir agradándote, andando en el Espíritu para hacer tu voluntad. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

sábado, 9 de enero de 2021

Lo que pasa y lo que permanece

 


Lo que pasa y lo que permanece

“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”. Juan 15:4

“Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. 1 Juan 2:17

En un mundo tan cambiante y competitivo como el nuestro, la idea de permanecer parece obsoleta, el hombre constantemente busca nuevas motivaciones para encontrarle sentido a su vida, pero sabemos que no hallaremos nuestra verdadera realización sino en Dios.

El pueblo de Israel tenía un ideal esperado y era establecerse en el lugar que Dios les había prometido, pero por su desobediencia a Él, vivieron mucho tiempo vagando en el desierto y muchos no lograron alcanzar sus sueños. Con esto, Dios quiere decirnos que la realización personal no es permanecer en un lugar y obtener cosas en este mundo, la verdadera manera de vivir a plenitud, es permanecer en su presencia, en su Palabra y amor, para producir frutos para la vida eterna.

En la Palabra de Dios hay muchas cosas permanentes, empezando por Dios mismo, como dice Daniel 6:26 “porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin”. O como dice hebreos 13:8 “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”. También permanecen su Palabra, su consejo y su amor.

Para los justos permanecer es encontrar nuestro destino eterno en Cristo. Hemos sido lavados con su sangre y nos ha prometido un futuro junto a Él. En 1 Juan 4:16 dice: “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”.

Como el mundo y sus deseos pasan, como el ser humano que se marchita y muere, la tierra también pasará, pues los cielos se conmoverán. Hebreos 12:27,28: “Y esta frase: aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia”. Jesús es nuestro destino permanente y el fruto es la marca de los que permanecen en el Señor.  Oración.

«Señor Jesucristo ayúdame a permanecer en ti. El mundo me ofrece a diario muchas cosas con la idea de que me harán feliz, pero en verdad sólo tú puedes darme lo mejor para vivir una vida plena. No permitas que mis ojos se desvíen de ti, para colocarlos en los deseos y vanaglorias de este mundo pasajero. Jesús, tú eres mi eterno destino. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

viernes, 8 de enero de 2021

Señor ¿qué quieres que yo haga?

 


Señor ¿qué quieres que yo haga?

“y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.” Hechos 9:4-6

“Señor ¿qué quieres que yo haga?” Es la pregunta que muchos de nosotros no nos atrevemos a hacerle a Jesús, posiblemente por temor, temor a que nos envíe lejos de nuestra familia, temor a que nos pida que nos despojemos de las riquezas materiales o quizás temor a que le dé un giro inesperado a nuestra vida y cambie todo aquello que hemos planeado o soñado durante varios años. Pues, cuán equivocados estamos y cuán necesitados del conocimiento de su gran amor.

Hermanos, ¿el Señor tiene planes de bienestar o de calamidad para nuestras vidas? ¿La voluntad de Dios es agradable y perfecta o desagradable e injusta? ¿Su carga es liviana o pesada, su yugo es fácil o difícil?

Indudablemente, el Señor tiene planes de bienestar para nosotros con el fin de darnos un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11); si cambiamos nuestra manera de pensar descubriremos que la voluntad de Dios siempre es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2); y por supuesto que su carga es liviana y su yugo es fácil (Mateo 11:30). Amados del Señor, seguir a Cristo o rendir nuestra vida a Él de tal forma que le preguntemos, como lo hizo el Apóstol Pablo, “Señor ¿qué quieres que yo haga?”, es la decisión más sabia, sensata y segura que podemos tomar en nuestra vida. Si Cristo murió por nosotros en una cruz para darnos salvación y vida eterna cuando éramos pecadores, ¿será que ahora que nos rescató y nos hizo hijos de Dios, hará algo para perjudicarnos? ¡Imposible! Dice el proverbio, “Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz.” (Proverbios 3:17).  Oración.

«Papito Dios, me rescataste de mi pasada manera de vivir, me perdonaste y me hiciste tu hijo; hiciste todo por mí, ahora solo quiero decirte, ¿qué quieres que yo haga? Señor, cumple tu propósito en mí. Te doy gracias Padre Celestial porque sé que seguirás obrando poderosamente en mi vida para tu gloria, gracias en el nombre de Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

miércoles, 6 de enero de 2021

Permanecer en el amor de Dios

 


Permanecer en el amor de Dios

“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.” Juan 15:10

“Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado.” Juan 15:12

Amar a Dios es guardar sus mandamientos y su mandamiento es que nos amemos unos a otros.

Amarnos unos a otros es básicamente vencer al mundo. (1 Juan 5:2-4)

Vencer al mundo es batallar con los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida.

Deseos de los ojos: avaricia, ambición, codicia y cosas semejantes.

Deseos de la carne: apetitos desenfrenados; gula, fornicación, adulterio, idolatría, borracheras, pleitos, orgías y actos similares.

Vanagloria de la vida: egoísmo, orgullo, arrogancia y actitudes parecidas.

Finalmente, ¿quiénes son los vencedores? 1 Juan 5:5 dice “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”

Hermanos, nuestra fe en Cristo nos hace más que vencedores de los deseos del mundo porque todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Entonces estamos llamados a no satisfacer los deseos de la carne, sino a amar al prójimo y permanecer en el gran amor de Dios. Nuestra fe en el Señor es nuestra victoria.      Oración.

«Papito Dios, tus mandamientos no son gravosos, sé que me amas y quieres que los obedezca para que me vaya bien en todo lo que emprenda y para tener una buena relación contigo y con los demás, permíteme, Señor, permanecer en ti y en tus palabras y así llevar mucho fruto para que tú seas glorificado, en el nombre de Cristo Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.