jueves, 9 de enero de 2014

La caja de la humanidad

La caja de la humanidad

Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.

Colosenses 2:9

Si consideráramos este mundo como una dimensión de tiempo y espacio, entonces una caja cerrada pudiera representarlo, con Dios fuera de la caja. Es imposible que la humanidad escape de la caja porque, por definición, lo natural no puede entrar en lo sobrenatural. Lo que está confinado al tiempo y al espacio no puede escapar a la eternidad ni a lo infinito.

Como hay algo dentro del hombre que anhela saber lo que hay fuera de la caja, él inventa deidades, que es la forma en la que proliferan las religiones. Las distintas religiones se convierten en una extensión del deseo del hombre de escapar de su caja, pero el anhelo del hombre de trascender la caja no puede resolverse porque él está confinado a la caja por su propia naturaleza.

¿Hay una forma de escapar de esa caja? Sí, las buenas noticias son que hay una manera, y es por medio de Cristo. El cristianismo reconoce que usted no puede salir de su caja, pero proclama que Dios ha invadido la caja desde afuera. Jesucristo ha entrado en su mundo para mostrarle cómo puede morar con Dios para siempre. ¿No aceptará su invitación?            El Cristo incomparable

Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.

Colosenses 1:17

Jesucristo es la personalidad incomparable de toda la historia humana.

Sócrates enseñó cuarenta años, Platón cincuenta y Aristóteles cuarenta. El ministerio público de Jesús duró menos de tres años, pero la influencia de su vida es mucho más importante que los ciento treinta años combinados de los tres filósofos más grandes de toda la antigüedad.

Jesús nunca pintó un cuadro, pero algunas de las mejores pinturas de Rafael, Miguel Ángel, Da Vinci y de muchos otros artistas encontraron en Él su inspiración.

Jesús no escribió poesía, pero Dante, Milton y muchos de los más grandes poetas del mundo han sido inspirados por Él como ningún otro. Ralph Waldo Emerson dijo que el nombre de Cristo "más que escribirse se ha grabado en la historia de este mundo".

Jesús no compuso música, pero Haydn, Händel, Beethoven, Bach, Mendelssohn y muchos otros alcanzaron la más elevada perfección de melodía en composiciones acerca de Él.

Jesucristo ha influido en la sociedad humana como ningún otro. El Cristo incomparable es las buenas nuevas. Y lo que la hace tan buena noticia es que el hombre no merece nada y que Dios es muy misericordioso.

martes, 7 de enero de 2014

No más malas noticias

No más malas noticias

Apartado para el evangelio de Dios.

Romanos 1:1

Millares de bebitos nacen cada día en un mundo lleno de malas noticias. Las palabras malas noticias han llegado a ser una expresión común y corriente para describir nuestra época.

¿Por qué hay tantas malas noticias? Es sencillo. La mala noticia que ocurre a mayor escala es solamente la multiplicación de lo que está ocurriendo en el ámbito individual. El poder que contribuye a las malas noticias es el pecado.

Con tantas malas noticias, ¿puede haber alguna buena noticia? ¡Sí! Las buenas noticias son que puede resolverse el problema del pecado. No hay que ser egoísta. Pueden mitigarse la culpabilidad y la ansiedad. Hay sentido para la vida y esperanza de vida después de la muerte. El apóstol Pablo dice en Romanos 1:1 que las buenas nuevas es el evangelio. Es las buenas nuevas de que puede ser perdonado el pecado del hombre, puede quitarse la culpabilidad, puede tener sentido la vida y una esperanza futura puede ser una realidad.      Separación

Escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

1 Pedro 1:16

¿Sabe que no puede servir a Dios a menos que sea apartado? En la Biblia, esa palabra se refiere a ser apartado para una tarea o un propósito específico.

El Señor le dijo a Moisés: "De lo primero que amaséis, ofreceréis una torta en ofrenda" (Nm. 15:20). Dios quería que los primeros frutos de la tierra fueran separados para honrarlo.

El Señor también dij "Yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos" (Lv. 20:26). Dios tomó a la nación de Israel y la apartó de todas las demás naciones para su gloria.

En cada uno de estos pasajes en la Septuaginta (la versión griega del Antiguo Testamento), la palabra se refiere a la separación de la manera más completa. El apóstol Pablo sabía que una vez que fue llamado como apóstol, fue desconectado de su pasado. Cuando Pablo era el más ferviente fariseo, fue apartado o separado, de las tradiciones del pueblo judío (Fil. 3:5). Ahora podía afirmar que era un fariseo apartado para el evangelio de Dios.

lunes, 6 de enero de 2014

El poder del evangelio

El poder del evangelio

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación.

Romanos 1:16

Las personas quieren cambiar. Toda publicidad se basa en la presuposición de que las personas quieren que las cosas sean diferentes de la manera en la que son. Quieren verse mejor, sentirse mejor y vivir mejor. Quieren cambiar su vida pero, salvo desde un punto de vista externo, no pueden hacerlo.

Solo el evangelio de Jesucristo tiene el poder de transformar a las personas y librarlas del pecado, de Satanás, del juicio, de la muerte y del infierno. Hechos 4:12 dice: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos". Y ese nombre es Jesucristo.

Así que la Palabra de Dios, que es toda acerca de Jesucristo, puede hacer por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos. Somos pecadores y no podemos remediar nuestra condición, pero de Dios viene el poder increíble e ilimitado que puede transformar nuestra vida.  Un esclavo de Cristo

Téngannos los hombres por servidores de Cristo.

1 Corintios 4:1

El apóstol Pablo era un "siervo" de Cristo. Era una función que escogió por amor, no por temor.

Había tal vez millones de esclavos en el Imperio Romano. En su mayor parte, no se les trataba como a personas, sino como objetos. Si un amo quería matar a un esclavo, podía hacerlo sin temor al castigo. Aunque era un vocablo negativo para los romanos, la palabra esclavo significaba dignidad, honor y respeto para los hebreos, y los griegos lo consideraban un término de humildad. Como siervo de Cristo, por tanto, Pablo paradójicamente se considera exaltado y envilecido. Esa es la ambivalencia que afrontará todo representante de Jesucristo.

Cuando pienso en el honor que se me ha dado de predicar el evangelio de Jesucristo, me siento a veces abrumado. No hay más alto llamamiento en la vida que proclamar el evangelio desde el púlpito y poder enseñar la Palabra de Dios bajo el poder del Espíritu Santo. Pero hay también una paradoja que exige que un ministro de Cristo comprenda que no merece servir. Debe tener la debida perspectiva de ser un esclavo indigno que tiene el privilegio incomprensible de proclamar el evangelio.

sábado, 4 de enero de 2014

El poder del evangelio

El poder del evangelio

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación.

Romanos 1:16

Las personas quieren cambiar. Toda publicidad se basa en la presuposición de que las personas quieren que las cosas sean diferentes de la manera en la que son. Quieren verse mejor, sentirse mejor y vivir mejor. Quieren cambiar su vida pero, salvo desde un punto de vista externo, no pueden hacerlo.

Solo el evangelio de Jesucristo tiene el poder de transformar a las personas y librarlas del pecado, de Satanás, del juicio, de la muerte y del infierno. Hechos 4:12 dice: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos". Y ese nombre es Jesucristo.

Así que la Palabra de Dios, que es toda acerca de Jesucristo, puede hacer por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos. Somos pecadores y no podemos remediar nuestra condición, pero de Dios viene el poder increíble e ilimitado que puede transformar nuestra vida.  Un esclavo de Cristo

Téngannos los hombres por servidores de Cristo.

1 Corintios 4:1

El apóstol Pablo era un "siervo" de Cristo. Era una función que escogió por amor, no por temor.

Había tal vez millones de esclavos en el Imperio Romano. En su mayor parte, no se les trataba como a personas, sino como objetos. Si un amo quería matar a un esclavo, podía hacerlo sin temor al castigo. Aunque era un vocablo negativo para los romanos, la palabra esclavo significaba dignidad, honor y respeto para los hebreos, y los griegos lo consideraban un término de humildad. Como siervo de Cristo, por tanto, Pablo paradójicamente se considera exaltado y envilecido. Esa es la ambivalencia que afrontará todo representante de Jesucristo.

 No hay más alto llamamiento en la vida que proclamar el evangelio desde el púlpito y poder enseñar la Palabra de Dios bajo el poder del Espíritu Santo. Pero hay también una paradoja que exige que un ministro de Cristo comprenda que no merece servir. Debe tener la debida perspectiva de ser un esclavo indigno que tiene el privilegio incomprensible de proclamar el evangelio.

viernes, 3 de enero de 2014

Ausentes del cuerpo, presentes al Señor

Ausentes del cuerpo, presentes al Señor

Confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

2 Corintios 5:8

Cuando un creyente sale de este mundo, va de inmediato a la presencia de Cristo. No hay nada como que el "el alma duerme" ni un lugar intermedio de espera, ni la Biblia enseña que haya algún lugar llamado purgatorio. Observe que el apóstol Pablo deseaba "partir y estar con Cristo" (Fil. 1:23, cursivas añadidas).

El versículo de hoy indica que, cuando estamos ausentes del cuerpo, que duerme hasta la resurrección, nuestro espíritu está presente con el Señor. También Pablo les dijo a los tesalonicenses que Cristo "murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él" (1 Ts. 5:10). Lo que Pablo quiere decir es que estemos físicamente despiertos (vivos) o físicamente dormidos (muertos), como creyentes estamos con Cristo. Estamos en su presencia en un sentido espiritual ahora y en un sentido literal cuando nuestro cuerpo esté muerto.

Usted puede regocijarse en el hecho de que no hay momento alguno de su vida como creyente en el que será separado de la presencia consciente de Jesucristo.               Deseos equilibrados por las necesidades

Pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe.

Filipenses 1:24-25

Una característica de un hombre espiritual es que sus propios deseos están equilibrados por las necesidades de los demás. Ese es el tipo de hombre que podía escribir: "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros" (Fil. 2:3-4).

La iglesia de Filipos necesitaba a Pablo, como también muchas otras iglesias. Pablo sabía que ellos lo necesitaban tanto que su necesidad probablemente determinara su futuro, lo que expresó en el versículo de hoy.

Aunque Pablo deseaba estar con Cristo en el cielo, también quería quedarse en la tierra para ayudar a fortalecer la iglesia. Él sabía que, si se quedaba la iglesia glorificaría mejor a Cristo, y glorificar a Cristo era lo único que deseaba.

Al tener un nuevo año por delante, ¿a qué está Cristo pidiéndole que entregue su vida? Espero que sea un deseo de satisfacer las necesidades de los demás con un corazón humilde.

jueves, 2 de enero de 2014

Trabajo fecundo

Trabajo fecundo

Si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra.

Filipenses 1:22

El apóstol Pablo consideraba que estar vivo en el mundo físico es sinónimo de trabajo fecundo para Cristo. Su empleo de la palabra "obra" se refiere a su trabajo espiritual para el Señor, que da frutos espirituales. Pueden verse los frutos espirituales en las personas, en las obras y en las palabras; en todo lo que sea de valor eterno. Esa clase de frutos resulta del trabajo arduo, que es la actividad natural de los santos en la tierra.

Pablo tenía un gran deseo de dar fruto. Quería que los filipenses confiaran en Cristo y fueran fortalecidos para la evangelización (Fil. 1:26-27). Nos recuerda al salmista que dij "Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas. Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la posteridad" (Sal. 71:17-18). Ese anciano quería vivir bastante tiempo para declarar el poder de Dios a la próxima generación. ¡Qué Dios le conceda a usted ese mismo privilegio!        Escoger entre el cielo y la tierra

Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho.

Filipenses 1:23

Todo cristiano debe sentir el fuerte deseo de estar con Cristo, pero también el deseo de edificar su iglesia. Si el Señor me dijera "Tienes cinco minutos para escoger entre estar en el cielo o seguir en la tierra", sería difícil para mí tomar esa decisión. Y me gustaría estar seguro de que estoy decidiendo por las razones debidas. Tendría que preguntarme: ¿puedo glorificar más a Cristo en el cielo o en la tierra?

Pablo la consideró una decisión difícil. No obstante, la mayoría de las personas optarían por quedarse en la tierra. Cuando se les preguntara por qué, casi todas darían alguna razón egoísta, como "Estamos comprando una nueva casa" o "No quiero dejar a mis hijos". Para Pablo nada era más importante que glorificar a Cristo. Cuando se enfrentaba a los asuntos más esenciales de la vida, si era mejor vivir o morir, su respuesta era: "Quiero glorificar a Cristo en el cielo o en la tierra. Si se me da a escoger, no puedo escoger". Como glorificar a Cristo era la motivación de Pablo, el problema no era dónde él glorificaba a Cristo. Eso debe ser así para usted también.

Trabajo fecundo

Trabajo fecundo

Si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra.

Filipenses 1:22

El apóstol Pablo consideraba que estar vivo en el mundo físico es sinónimo de trabajo fecundo para Cristo. Su empleo de la palabra "obra" se refiere a su trabajo espiritual para el Señor, que da frutos espirituales. Pueden verse los frutos espirituales en las personas, en las obras y en las palabras; en todo lo que sea de valor eterno. Esa clase de frutos resulta del trabajo arduo, que es la actividad natural de los santos en la tierra.

Pablo tenía un gran deseo de dar fruto. Quería que los filipenses confiaran en Cristo y fueran fortalecidos para la evangelización (Fil. 1:26-27). Nos recuerda al salmista que dij "Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas. Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la posteridad" (Sal. 71:17-18). Ese anciano quería vivir bastante tiempo para declarar el poder de Dios a la próxima generación. ¡Qué Dios le conceda a usted ese mismo privilegio!        Escoger entre el cielo y la tierra

Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho.

Filipenses 1:23

Todo cristiano debe sentir el fuerte deseo de estar con Cristo, pero también el deseo de edificar su iglesia. Si el Señor me dijera "Tienes cinco minutos para escoger entre estar en el cielo o seguir en la tierra", sería difícil para mí tomar esa decisión. Y me gustaría estar seguro de que estoy decidiendo por las razones debidas. Tendría que preguntarme: ¿puedo glorificar más a Cristo en el cielo o en la tierra?

Pablo la consideró una decisión difícil. No obstante, la mayoría de las personas optarían por quedarse en la tierra. Cuando se les preguntara por qué, casi todas darían alguna razón egoísta, como "Estamos comprando una nueva casa" o "No quiero dejar a mis hijos". Para Pablo nada era más importante que glorificar a Cristo. Cuando se enfrentaba a los asuntos más esenciales de la vida, si era mejor vivir o morir, su respuesta era: "Quiero glorificar a Cristo en el cielo o en la tierra. Si se me da a escoger, no puedo escoger". Como glorificar a Cristo era la motivación de Pablo, el problema no era dónde él glorificaba a Cristo. Eso debe ser así para usted también.

miércoles, 1 de enero de 2014

El mejor uso de la vida

El mejor uso de la vida

Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

Filipenses 1:21

Personalice el versículo de hoy llenando los espacios en blanc "Porque para mí el vivir es __________, y el morir es __________". Si usted puso riqueza en el primer espacio, el morir no es ganancia, sino pérdida. Lo mismo puede decirse si usted escogió prestigio, fama, poder o posesiones, ya que ninguna de esas cosas permanece después de la muerte: se pierde el prestigio, se olvida la fama, el poder es inútil y otros se quedan con las posesiones. Para que el versículo de hoy tenga sentido como lo escribió Pablo, solo Cristo puede llenar el primer espacio en blanco. De otra manera, la muerte es inevitablemente una pérdida.

Algunos que lean esto dirán que pusieron a Cristo en el espacio en blanco. Pero si lo piensan bien comprenderán que lo que en realidad quisieron decir fue Cristo más la riqueza, Cristo más el poder o Cristo más las posesiones. Cristo no puede compartir el primer espacio con ninguna otra cosa. Los que verdaderamente viven para Cristo no tienen temor alguno de la muerte y hacen el mejor uso de la vida, glorificando a Cristo en ambos casos.