domingo, 11 de diciembre de 2011

El propósito de nuestra adopción


El propósito de nuestra adopción
El propósito que el Padre tiene al adoptarnos como sus hijos es el de "ser santos y sin mancha delante de E (Efesios 1:4). A través de la adopción,
no sólo compartimos en la familia, sino también en el carácter de nuestro Padre. Este es el verdadero propósito y llamamiento del discipulado, que lleguemos
a ser como El en nuestras acciones actitudes, y que nuestra vida refleje el hecho de que somos hijos de nuestro Padre celestial. En Jesús, Dios ha
revelado el anteproyecto para cada hijo que le siga por fe. Es su propósito que lleguemos a ser como Jesús en todo nuestro vivir y en el compromiso de
nuestra vida con el Padre (Romanos 8:29). Pedro nos recuerda que esto no es solamente llamamiento de Dios en nuestra vida individual, sino
que el propósito de Dios al escogernos es que lleguemos a como un cuerpo de personas que refleje esta misma naturaleza en nuestra vida juntos (1 Pedro
2:9).

jueves, 8 de diciembre de 2011

El poder de nuestra adopción


Un niño humano adoptado recibe un nuevo nombre. Toma el nombre de sus nuevos padres y también toma todos los privilegios y potencial de su familia
nueva. Este también es el caso para nosotros en Cristo (1 Pedro 2:10). En el primer capítulo del evangelio de Juan, éste recalca el hecho de que
no somos hijos en la familia de Dios por ningún derecho o poder que tenemos a nivel humano. Nacemos naturalmente fuera de la familia y vida
de Dios. "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados
de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios" (Juan 1:12-13). La Palabra traducida "potestad" es una palabra griega
"exousia" la cual significa "autoridad" o "poder". Es una palabra de autoridad inalienable. Este derecho o potestad ha sido ganado para nosotros
por medio de la muerte del Señor Jesús y ha sido dado a cada uno de nosotros por medio de la fe. A través de ello hemos entrado en todos los derechos
y herencias de estar en la familia de Dios (Gálatas 4:6). Se describe al Espíritu Santo como "el Espíritu de adopción", su labor es traer a
nuestro corazón la certeza o realidad de pertenecer a Dios. Es esta certeza la que opera como un fundamento tan fuerte para nuestra vida
cotidiana como cristianos. Tal fuerza y poder proviene de conocer quién somos y a quién pertenecemos.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

El plan de adopción

 Esta idea de adopción revela el corazón de nuestro Padre celestial. Planeó hace mucho adoptarnos en Cristo (Efesios 1:4-5). ¡Ninguno de los que hemos
nacido en la familia de Dios lo hemos hecho por casualidad! Dios lo tenía en su corazón antes de la fundación del mundo (Salmo 139:13-16; Efesios
2:10). Si nos pudiéramos agarrar plenamente a esto, nos libraría de tantas ataduras a las que estamos sujetos, nos habilitaría para estar de pie en la libertad
que pertenece a los que conocen el poder de sus derechos de nacimiento. Nosotros no tomamos linaje de cualquier descendencia humana. ¡Tomamos
nuestro linaje de los propósitos de Dios, en Cristo Jesús, antes de la fundación del mundo! Fuimos escogidos en El. ¡Y es de esta fuente que tomamos
todo el poder de nuestra nueva vida en El!

martes, 6 de diciembre de 2011

Justificación


Justificación     Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 5:1)
Esto es un principio fundamental de salvación. Tiene un significado legal en que estamos situados ante Dios que es juez de un tribunal, y aunque
somos hallados culpables por nuestro pecado, somos declarados inocentes por la fe en Jesucristo. La justificación es "Ahora, pues, ninguna condenación
hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en
Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte", porque el castigo que yo debía fue llevado por Cristo Jesús (Romanos 8:1-2)

lunes, 5 de diciembre de 2011

Adopción como hijos


Adopción como hijos      Introducción
En el corazón del discipulado está la idea de pertenencia. Esto es un compromiso para toda la vida, y la vida del discípulo llega a estar íntimamente
involucrada con aquel al que está siguiendo. Existe la idea de elección por ambas partes. El maestro escoge a los discípulos (Juan 15:16), y luego
nosotros debemos elegir: o responder y seguirle, o no. Jesús nos ha escogido y su elección exige una respuesta por nuestra parte. Podemos aceptar que
nos ha escogido y seguirle a El, o podemos rechazar que nos ha escogido y rechazarle a El. Cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y
Salvador nacemos de nuevo (Juan 3:5-6). Esta imagen del nuevo nacimiento es una analogía muy poderosa porque es exactamente lo que pasa en
términos espirituales cuando venimos a Cristo en fe. Es un nuevo principio: todos los factores negativos antiguos que nos mantenían en esclavitud son
vencidos a través del poder del Espíritu Santo, nuestros pecados son perdonados y somos llevados a una nueva relación con Dios (2 Corintios 5:17).

domingo, 4 de diciembre de 2011

Un conocimiento renovado


Un conocimiento renovado

Revestido del nuevo [hombre], el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.
Colosenses 3:10
Vivimos en un mundo caído, y como resultado, nuestra mente renovada necesita constante limpieza y renovación. El agente principal de Dios para purificar nuestro pensamiento es su Palabra (Jn. 15:3; Ef. 5:26).
El Nuevo Testamento nos llama a la disciplina mental de pensar debidamente. Colosenses 3:2 dice: "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra". Primera Pedro 1:13 dice: "Ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia... cuando Jesucristo sea manifestado". Y a menudo Pablo les dijo a sus oyentes que pensaran debidamente y no fueran ignorantes.
También el Antiguo Testamento nos llama a pensar debidamente. El rey Salomón dij "Si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz... Entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios" (Pr. 2:2-5).
El conocimiento de lo bueno requiere iniciativa y esfuerzo. Pero si usted es fiel haciendo el mayor esfuerzo, Dios le dará entendimiento (cp. Sal. 119:34).

sábado, 3 de diciembre de 2011

Pensamos muy poco


Pensamos muy poco

Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
1 Corintios 2:16
Algunos suponen que la preocupación es resultado de pensar demasiado. Pero en realidad es el resultado de pensar muy poco en la dirección correcta. Cuando fuimos salvos, recibimos una nueva mente o manera de pensar. Ahora nuestro modo de pensar está impregnado de pensamientos divinos y sobrenaturales.
El apóstol Pablo dij "Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz" (Ro. 8:5-6). Gracias al Espíritu de Dios en nuestra vida, pensamos a un nivel espiritual, no a un nivel carnal.
Pablo también dij "Por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención" (1 Co. 1:30). Como Dios nos da su sabiduría, podemos pensar los profundos pensamientos del Dios eterno. 

jueves, 1 de diciembre de 2011

La acción de gracias de Jonás


La acción de gracias de Jonás

Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová.
Jonás 2:9
Es asombroso que el profeta Jonás diera gracias a Dios mientras estaba en el vientre del gran pez (Jon. 2:1). ¿Cómo reaccionaría usted si estuviera en el lugar de Jonás? Tal vez clamaría: "¿Qué estás haciendo, Dios? ¿Dónde estás? ¿Por qué está sucediendo esto?" Pero Jonás reaccionó de manera diferente: "Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste" (v. 2). Después describió su hundimiento en el mar y la seriedad de su dilema (vv. 3-5)
No obstante, en medio de tan difícil situación, Jonás oró: "Tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo" (vv. 6-7). Aunque tenía sus debilidades, Jonás demostró una gran estabilidad espiritual en su oración. Confió en el poder de Dios para librarlo si quería. De igual manera, la paz de Dios lo ayudará a usted si reacciona ante las circunstancias con acción de gracias.