viernes, 3 de octubre de 2025

A donde Dios te lleve, ve

 


A donde Dios te lleve, ve

«Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén.», Esdras 1:5

El contexto de estos israelitas que subieron a Jerusalén no era nada alentador, habían estado por casi siete décadas cautivas en Babilonia bajo la dinastía caldea sin poder adorar a Dios en su templo, ni cumplir con sus ordenanzas, después de este periodo de tiempo el rey Ciro de Persia conquistó a Babilonia y en su primer año de reinado fue “despertado” su corazón por Dios para que decretara el regreso de los cautivos y la reedificación del templo de Dios en Jerusalén.

Como es de esperarse muchos de estos hombres debieron sentirse tentados a quedarse: ya estaban establecidos y habían echado raíces en esta tierra lejana, el viaje era largo y pesado para sus hijos pequeños y para sus mujeres, y por si fuera poco Jerusalén estaba completamente en ruinas y los enemigos los asechaban por todos lados ¿qué harían allí? Sin embargo, el mismo Dios que despertó al rey Ciro, los despertaría a ellos también para subir y edificar su casa, en otras palabras, para cumplir un propósito que trascendía los límites de lo eterno: reedificarían el centro de la adoración al único Dios vivo y verdadero. Estos hombres vencieron sus temores, dispusieron sus vidas para servir al Señor y lo lograron.

Disponer nuestras vidas para servir al Señor implicará muchas veces hacer cosas sin sentido o ir a lugares inciertos a donde Él nos quiera llevar. La garantía para tener éxito en todos estos iré y venir la guía y dirección del Espíritu Santo, de allí la importancia de vivir en comunión y amistad diaria con Dios.   Oración.

«Señor Jesucristo, siempre que he hecho tu voluntad y me he dejado guiar por tu Espíritu, tu presencia ha ido conmigo y nunca me has dejado. Una vez más y sin importar lo incierto del camino te pido que tu Espíritu lo ilumine y me guíe a donde tú quieras que yo vaya. Amén.   

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