viernes, 3 de enero de 2025

Seguiré a Cristo

 


Seguiré a Cristo

 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Hebreos 4:16

hoy el Señor quiere que nos acerquemos con ayuno, lloro y lamento, con un corazón contrito y humillado, que reconoce su pecado y su necesidad de Dios. Acercarnos es buscar intimidad y comunión con Dios y entender que Él está aquí, que queremos oír su voz, que anhelamos permanecer en su presencia. Acercarnos nos da confianza, nos da seguridad, al tener un Padre al cual podemos venir sin miedo y refugiarnos en Él hallando el oportuno socorro. Recordemos que es en intimidad cuando llega la revelación y la promesa que nos hace vivir confiados en su amor. El salmista dice: “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto”, (Salmos 25:14).

Con lo que Jesús hizo en la cruz, abrió un camino nuevo y vivo, que quitó el velo que nos separaba del Padre y nos dio libre acceso a su presencia, como dice Hebreos 10:19- 20 “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”. No solo tenemos la promesa de una eternidad con Él en el cielo, sino el privilegio de experimentar una intimidad incomparable con Él en la tierra, y ahora mismo.

Nuestro corazón debe anhelar la cercanía con nuestro Señor, una verdadera conexión con nuestro Salvador, una continua comunión con Él, no solo en un futuro lejano y celestial, sino aquí mismo.

Por eso debemos estar agradecidos con la invitación de Santiago 4:8 “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”. Dios no puede forzarnos a acercarnos a Él, incluso como creyentes llenos del Espíritu Santo, podemos elegir vivir como si Dios todavía estuviera lejos. Entonces, este nuevo año, podemos elegir abrir nuestros corazones al Dios vivo para que podamos experimentar la plenitud de gozo en su presencia amorosa.

La puerta del corazón de Dios siempre está abierta para nosotros, su amor incondicional y su presencia están disponibles en todo momento; somos nosotros los que nos alejamos de Él, los que colocamos el velo en nuestros propios corazones que nos impide acercarnos, porque ya el velo del lugar Santísimo fue quitado por Jesús con su sangre preciosa; por eso, el Señor nos dice: “Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos”, es nuestra decisión. Todos tenemos la capacidad en un momento dado, de seguir nuestro propio camino y perdernos la vida abundante, o volvernos y acercarnos confiadamente al Señor. Tomémonos hoy un tiempo para rasgar el velo de nuestro propio corazón y acercarnos a Dios.  Oración

«Señor, muéstrame lo que se interpone en el camino de mi intimidad contigo y dame revelación y sabiduría para quitarlo. Anhelo acercarme a ti en arrepentimiento, permitir que el Espíritu Santo ilumine cualquier área de mi vida que no esté bajo tu control, de modo que pueda pedirte perdón y disfrutar nuevamente de tu presencia llena de gracia una vez más. En el nombre de Jesús, amén.

jueves, 2 de enero de 2025

El año de volver al Señor.

 


El año de volver al Señor.

“Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo”. Joel 2:12-13

Este año es el tiempo para volvernos a Dios en arrepentimiento, el Señor nos pide que nos volvamos a Él ahora, mientras haya tiempo, porque estamos viviendo un periodo de gracia y anhela que le entreguemos nuestro corazón. Que nos acerquemos con ayuno, lloro y lamento, dando muestras claras de arrepentimiento no externas, sino internas desgarrando nuestro corazón; nos pide que regresemos a Él que es misericordioso y compasivo, lento para enojarse y lleno de amor inagotable y que se duele del castigo.

Lo que el Señor quiere de nosotros es que nos volvamos, nos acerquemos y regresemos a Él. Nos ama tanto que solo quiere nuestro corazón, porque Él conoce qué hay en él, como dice Mateo 15:19 “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”; es necesario que este corazón duro pase a las manos de Dios para ser renovado como dice Ezequiel 36:26-27 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.

Convertíos equivale a decir “vuélvanse”; porque cuando nos volvemos a Él, hallamos gracia, misericordia y arrepentimiento genuino, en Zacarías 1:3 el Señor nos dice: “Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Cuando nos volvemos a Dios lo primero que tenemos es su protección, hará un cordón de fuego alrededor nuestro, para que nada ni nadie nos pueda tocar. Abrirá puertas de bendición y nos alcanzará su misericordia, (Zacarías 1:16-17).

Cuando nos volvemos a Él en verdadero arrepentimiento, volvemos en sí como el hijo pródigo, reconociendo nuestro pecado, todo aquello que estamos haciendo que nos separa de Dios y todo lo que hemos dejado de hacer, que se cuenta como pecado. Por eso debemos pedir perdón hoy y volver en amistad con el Señor. Job 22:21 nos anima diciendo: “Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien.”  Oración

«Señor hoy te entrego mi corazón, oro por el corazón de mi familia y de mi iglesia. Quita todo corazón de piedra y danos un corazón de carne para permanecer en ti y en tu Palabra para que demos mucho fruto. Tenemos tu gracia, tu misericordia, tu favor, tenemos la revelación de nuestro pecado para volvernos a ti y ser perdonados. Que nuestro mayor deseo sea conocerte a ti y recordar de dónde nos has sacado porque grande es tu misericordia, hoy nos determinamos a volver, a acercarnos y a regresar a ti. En el nombre de Jesús, amén.

miércoles, 1 de enero de 2025

Una nueva misericordia para un nuevo comienzo

 


Una nueva misericordia para un nuevo comienzo

“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”. Lamentaciones 3:22-23

Estamos comenzando un nuevo año, trayendo a nuestra vida nuevos planes y propósitos que nos dan esperanza; y más cuando la Palabra de Dios nos dice que sus misericordias son nuevas cada día, es decir, que cada día es una nueva oportunidad para un nuevo comienzo. Pensemos un poco en aquellas áreas de nuestra vida que necesitan ser renovadas para vivir este año dentro de los propósitos divinos.

No podemos empezar este año separados de nuestra fuente de vida, el Señor Jesucristo. Recordemos lo que Él nos dice en Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Nuestra vida no solo será fructífera si permanecemos en Él y seguimos su ejemplo: debemos ser humildes de corazón como Él lo es, (Mateo 11:29), tenemos que amar como Él nos ha amado, (Juan 15:12) y perdonar como Él nos enseñó a perdonar, (Colosenses 3:13).

El Señor nos ha dado su santa Palabra para establecer límites en nuestra vida, no son límites visibles como los que vemos en un letrero que dice “prohibido fumar”, sino espirituales, que nuestro Dios ha dejado en su Palabra para que seamos bendecidos y prosperados en todo lo que hagamos, sus mandamientos son para nuestro deleite y nunca deben ser una carga, pues nuestro Padre amoroso nos los dio para nuestra protección, (1 Juan 5:3).

Tenemos que comprender que el Señor quiere que nosotros sus hijos, su iglesia, no vivamos como todos los demás, que no caminemos por senderos de pecado, sino que nos apartemos de lo malo, que caminemos por el camino de Dios, porque somos su pueblo especial como lo dice Deuteronomio 7:6 “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra”.

Que nuestro mayor propósito en este 2025 sea caminar con Dios todos los días obedeciendo sus mandamientos, entonces veremos su manifestación gloriosa en nuestra vida, Juan 14:21 dice: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”. Que este año sea el año de nuestra renovación espiritual, de nuestra santificación, andando irreprensibles delante de Dios, escuchando su voz para entender cuál es su buena, agradable y perfecta voluntad para nosotros.   Oración.

«Padre celestial, gracias por permitirme comenzar este nuevo año, por renovar tu misericordia cada día, sé que me amas con amor eterno, por eso has prolongado sobre mí tu misericordia, quiero permanecer en ti y caminar a tu lado, para que en este año pueda entender tus propósitos y seguir tu llamado, haciendo tu buena, agradable y perfecta voluntad, amén.