Un verdadero
seguidor de Cristo
“Andando
Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y
Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les
dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces,
dejando al instante las redes, le siguieron” Mateo 4:18-20.
¿Somos
realmente seguidores de Cristo?
Para ser
seguidor de Cristo debemos nacer de nuevo, o sea, hacer nuestra confesión de
arrepentimiento y entrega a Cristo como Señor y Salvador. Esto fue lo que Jesús
le dijo a Nicodemo en Juan 3:3 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto
te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.
Debemos
tener una relación personal con Él, dando cabida a la oración como parte de
nuestra vida, anhelando su presencia. Jesús nos dejó su ejemplo en Lucas 6:12
“En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios”.
Debemos
siempre estar dispuestos a escuchar la voz de Jesús, conociendo y estudiando su
palabra; Juan 5:39 dice “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece
que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”.
Recordemos también Mateo 17:5b “Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia; a él oíd”.
Lo anterior
debe llevarnos a amarlo, obedecerlo y creer en Él. Nuestro amor se manifiesta
con obediencia; Jesús dijo en Juan 14:21 “El que tiene mis mandamientos, y los
guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le
amaré, y me manifestaré a él”. Debemos vivir por fe, creyendo en Él, como dice
Juan 20:31 “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo,
el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre”.
Así entonces
podremos compartir de Él, servirle sin reservas y estar dispuestos a sufrir por
su causa. Llevar a otros a Cristo es un mandato, como dice Marcos 16:15 “Y les
dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. Anhelemos
servir a otros como Jesús lo hizo, Juan 12:26 “Si alguno me sirve, sígame; y
donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi
Padre le honrará”. Y estemos dispuestos a padecer por causa de Él, como dice
Filipenses 1:29 “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo
que creáis en él, sino también que padezcáis por él”.
Hoy,
evaluemos a la luz de su palabra, si somos verdaderamente sus seguidores. Oración.
«Amado
Jesús, tú me elegiste, quiero amarte con todo mi ser, seguirte y obedecerte.
Ayúdame a permanecer en mi llamado, creciendo en mi relación contigo, orando
fervientemente y conociendo tu palabra; solo así me prepararás para servirte,
llevar a otros a Cristo y aun, sufrir por causa de ti. En el nombre de Jesús,
Amén.
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