martes, 12 de noviembre de 2024

Conocer a Jesús

 


Conocer a Jesús

“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”, Jeremías 9:23-24

“Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.”, 2 Pedro 1:2

“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,”, 2 Pedro 1:3

Entre más conozco a Jesús, recibo de él todas las cosas que ya me han sido dadas, este conocimiento viene por su Palabra y por la acción de su Espíritu en nosotros cuando creemos, una fe que obra impulsada por el amor de Dios que ha sido derramado en nuestro corazón (Gálatas 5:6, Romanos 5:5).

El conocimiento de Jesús no es cualquier conocimiento intelectual superficial, sino como lo confirma la palabra griega usada en 2 Pedro 1:3 “epígnosis” denota un conocimiento profundo, basado en un pleno discernimiento que es revelado mediante el Espiritu de Dios a nuestras mentes limitadas, pero que no se queda en ideas solamente sino en una experiencia de primera mano.

Si, cuando creemos en él, luego de escuchar su evangelio (la mayor y mejor buena noticia), podemos experimentar su amor, su paz y su plenitud de forma directa, sin intermediarios.

Entonces si esta revelación del conocimiento de Cristo a nuestra vidas viene por medio del evangelio que manifiesta el favor inmerecido de Dios en Cristo “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,” (Romanos 3:24), debemos por tanto estar atentos a escucharlo, a escudriñarlo, a valorar cuando se nos enseña la palabra de Dios en su texto y en su contexto, pues es como una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que Cristo sea formado en nosotros (2 Pedro 1:19).

Entendemos entonces, que el conocimiento integral de Cristo, nos lleva a ser moldeados a la imagen de Cristo, porque es por la fe en lo que está escrito que se hace realidad en nosotros cada promesa y nos permite descubrir el gran tesoro espiritual que ha sido colocado en nosotros. Hermanos, el conocimiento de Cristo nos transforma (2 Corintios 3:18, Hebreos 4:12)    Oración.

«Mi amado Jesús, anhelo conocerte más, aprender más de ti para honrar al Padre, tal como tú lo hiciste y me diste ejemplo, y qué buena noticia saber que por medio de la fe puedo tomar para mí tus virtudes, identificándome plenamente con lo que dice la Escritura y colocándolo en práctica por el poder transformador de tu Espíritu, amén.

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