Catarsis espiritual. Parte 1
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.”, Salmos 51:1-2
En la RAE la definición de catarsis es “Purificación,
liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital
profunda”, en psicología, se utiliza para describir la liberación emocional
intensa que alguien experimenta al expresar sentimientos reprimidos.
Aunque en la biblia la palabra «catarsis» no aparece
literalmente, el concepto de tener una experiencia de liberación y
transformación interior profunda, si está registrada en varios pasajes.
El rey David experimentó una catarsis espiritual cuando al
ser confrontado por su pecado se da cuenta de que ha actuado con necedad y sus
acciones han tenido consecuencias terribles, es decir, Dios le muestra su
estado interior y lo lleva a darse cuenta de que si sigue actuando de esta
manera, las cosas no van a terminar bien, pues de lo que está sembrando eso
recogerá. Pero si Dios no le alumbra el entendimiento a través de enviar su
Palabra y revelarle su pecado, el rey David no hubiera tomado un camino
diferente, precisamente por el engaño del pecado (Hebreos 3:13). Esta
confrontación que Dios envió por medio del profeta se encuentra en el segundo
libro de Samuel capítulo 12.
En el Salmo 51, guiado por el Espíritu, el rey David describe
su proceso de transformación interior, de arrepentimiento que en griego usa la
palabra metanoia y se refiere a un cambio de la forma de pensar, que tiene como
consecuencia aborrecer el pecado y alejarse de él. Por esto el Rey David
reconoce que ha pecado cuando dice: “Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi
pecado está siempre delante de mí. ” esto muestra la obra del Espíritu Santo
convenciendo a David de su real estado interior (Juan 16:8).
Necesitamos que el Espíritu Santo nos muestre nuestro estado
interior y nos revele profundamente lo que sucede en nuestras vidas, ser
confrontados pero en su luz para que sea revelado lo oscuro, sean abiertos
nuestros ojos y se manifieste nuestra urgente necesidad de Jesús. Oración.
«Señor ten misericordia de mí, no quiero seguir igual, por la
gracia de Cristo perdóname, límpiame y cambia el rumbo de mi vida para desde
ahora en adelante hacer tu voluntad, transforma mi interior dándome un corazón
obediente y colocando a tu Espíritu en mí, en el nombre de Jesús, amén.
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