lunes, 21 de octubre de 2024

El reino eterno

 


El reino eterno

“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación”. Daniel 2:44-45

Daniel interpretando el sueño del rey Nabucodonosor dijo que habría una sucesión de reinos: el babilónico, el medo-persa, el griego y el romano, pero el punto clave es que todos esos imperios del mundo llegarían a su fin, ninguno sería eterno.

Daniel habló entonces de un reino que nunca sería destruido, sino que duraría para siempre, este reino se basa en la roca cortada de un monte y no por manos humanas, una roca que rompió el hierro, la arcilla, el bronce, la plata y el oro en pedazos, Daniel 2:34-35.

Esa roca “golpeó la estatua” y se convirtió en una gran montaña que llenó toda la tierra. Ahora a través del lente de Jesús, vemos que esa roca es Cristo como dice 1 Pedro 2:4-8 “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados”.

Isaías 28:16 nos dice “por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure”. Esa piedra es el Hijo de Dios, su origen divino, su reino eterno. Su reino ha tenido un crecimiento desmedido y llegará el día en que llenará toda la tierra. En la actualidad hay más de 2000 millones de personas que profesan el nombre de Jesús. Alegrémonos porque su reino no tendrá fin.

Jesús no buscó la afirmación humana vino a obedecer a su Padre y buscó complacerlo, estuvo dispuesto a morir por la salvación de la humanidad. Él es Santo y sublime, adorémosle hoy.    Oración.

«Padre amado gracias por tu inagotable amor mostrado al enviar a tu Hijo a morir por nuestros pecados y dar salvación a toda la humanidad. Tú eres Santo Jesús y reinas por la eternidad, gracias por llamarme de las tinieblas a tu luz admirable y trasladarme a tu reino eterno, ya no pertenezco a este mundo sino a ti, por eso quiero adorarte eternamente y para siempre, amén.

domingo, 20 de octubre de 2024

Nuestro Dios grande y fuerte

 


Nuestro Dios grande y fuerte

“Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mandase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo”. Daniel 3:4-6

Al estudiar la verdad de la Palabra de Dios creceremos en la fe y proclamaremos valientemente que “hay un Dios y que es grande”, contrario a lo que el mundo dice que: “Dios no existe”. Tengamos coraje de declarar que hay un Dios a pesar de lo que los demás puedan estar diciendo y haciendo.

Daniel y los tres amigos creían en su Dios y por lo tanto se negaron a contaminarse con la cultura babilónica, proclamaron valientemente que solo lo adorarían a Él. Daniel estaba convencido de que hay un Dios en el cielo, Daniel 2:28, con esa convicción se enfrentó a todas los desafíos y pruebas en Babilonia, la revelación de los sueños, arriesgar su vida y la de sus amigos al ser amenazados con el horno de fuego y el foso de los leones, por su firme creencia en un Dios que existe y su compromiso de solo adorarle a Él.

Cuando tenemos una firme convicción de quién es nuestro Dios y lo que es capaz de hacer, entonces podemos, como los amigos de Daniel, defender nuestra fe. “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado”. Daniel 3:17-18

Así como Daniel reconoció que todo lo que el Señor le había dado era por su gracia, al darle el don para interpretar sueños; nosotros debemos reconocer que Dios nos ha dado todo lo que tenemos, que Dios nos ha puesto en la posición en que estamos y que Dios nos ha hecho quienes somos.

Proclamemos la grandeza de Dios y digamos como el salmista: “Porque yo sé que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses. Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos”. Salmos 135:5-6

Declaremos que Dios es bueno, que Él creó el mundo y lo sostiene; y nos rodea de su maravillosa protección, estas evidencias deben sustentar nuestra creencia de su grandeza y fortaleza. Respondamos ante eso con alabanza y adoración.  Oración.

«Señor, gracias porque mi fe está basada en la experiencia de mi relación contigo. De nuevo confío mi vida en tus manos. Hoy quiero alabarte y adorarte. Ayúdame a proclamarte al mundo con mi vida y mis labios; y decir que hay un Dios grande y poderoso que es bueno y que sustenta todas las cosas que Él creó. Tengo muchas razones para depositar mi confianza en ti. Amén.

sábado, 19 de octubre de 2024

Cuando Dios da una orden

 


Cuando Dios da una orden

“Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado” Mateo 8:18

“Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. “Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?” Mateo 8:23-27

Cuando Dios da una orden debemos estar dispuestos a obedecer. El salmo 107:20-21 dice: “Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina. Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres”. Aquí envió su orden y los sanó e hizo maravillas. En este casó tras la orden vino una gran bendición.

Pero, ¿qué pasó ese día con los discípulos?, El Señor dio una orden: “pasemos al otro lado” y lo primero que se levantó fue una gran tempestad. Esto se parece a esas situaciones que son invencibles, pero debemos recordar que en el trayecto de nuestra vida no vamos solos, va Jesús con nosotros y Él ya trazó la ruta hacia donde nos está direccionando.

A veces, Dios puede desatar una orden sobre nuestra vida, una promesa de bendición, pero se levantan tormentas para no dejarnos alcanzar el propósito que Dios tiene con nosotros. Su Palabra fue enviada sobre nosotros, sin embargo, las situaciones que estamos atravesando quieren interponerse para que no avancemos, vienen las pruebas que nos hacen dudar de lo que Él ya dijo; es ahí donde nuestra fe es probada. Independientemente de la circunstancia debemos obedecer lo que el Señor nos pide, para poder llegar al otro lado, a otro nivel espiritual donde Él quiere llevarnos.

El Salmo 147:18 dice: “Enviará su palabra, y los derretirá; soplará su viento, y fluirán las aguas”. Tanto su Palabra como la presencia del Espíritu Santo tienen el poder para hacernos salir de una circunstancia porque ya Dios envió su Palabra.

Recordemos cuando en Egipto se levantó Faraón contra el pueblo de Israel, Dios le dio una orden a Moisés en Éxodo 14: 15-16 “Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco”. Dios peleó por su pueblo cuando obedecieron y cruzaron el mar Rojo.

Ya la orden fue desatada sobre nosotros, no hay tormenta, ni faraón, no hay gigante que se levante en nuestra contra y detenga el propósito de Dios. Habrá oposición, confusión, desorientación como la que tuvieron los discípulos ese día, nuestra fe puede menguar por dudar, habrá situaciones en las que no sabremos qué hacer, pero no nos dejemos desviar de lo que el Señor nos ha dicho, recuerda que la fe es la que vence al mundo.  Oración.

«Señor, en el Salmo 107:28-30 dice: “Entonces claman a Jehová en su angustia, y los libra de sus aflicciones. Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban”. Ya diste la orden sobre mi vida y has establecido tu propósito para mí, acrecienta mi fe para vencer cualquier prueba que quiera apartarme del camino que ya me has trazado, amén.

viernes, 18 de octubre de 2024

Pon tu confianza en el Dios de toda gracia

 


Pon tu confianza en el Dios de toda gracia

“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos”. Daniel 1:8-9

Este mundo en el que vivimos tiene estándares diferentes a nosotros los hijos de Dios. El ejemplo de Daniel de no contaminarse espiritualmente con las costumbres babilónicas nos sirve para aprender a desenvolvernos en nuestra sociedad sin hacer concesiones, sin comprometer nuestras creencias. Podemos estar en el mundo, pero no contaminarnos con él, estamos continuamente expuestos a todo lo que este ofrece, pero el Espíritu Santo nos ha dado dominio propio y discernimiento para tomar decisiones sabias y saber qué nos conviene y qué no. Como Pablo nos enseña en 1 Corintios 6:12 “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna”.

Al igual que Daniel estamos llamados a una vida de pureza y a estar en paz con todos, esto solo se logra si caminamos en una relación cercana con Dios, independientemente del lugar donde estemos. Una vida de oración consistente como la de Daniel, nos garantiza la intervención divina cuando la necesitamos. Veamos Daniel 6:10 “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes”. Siempre oraba, pero lo hizo aún más cuando salió el edicto que obligaba a todos sin excepción a adorar la estatua del rey Nabucodonosor. Él nunca quebrantó su fe a pesar de la amenaza de muerte, sino que se arrodilló ante nuestro Dios grande y soberano, confiando en que su amor y poder lo librarían.

Si queremos dejar algo que estorba nuestra vida cristiana, la decisión debe salir de nuestro corazón, así como Daniel “se propuso en su corazón no contaminarse”. Esta determinación expresa nuestra fidelidad a los principios de Dios, de hacer lo correcto y no ceder a las presiones que nos rodean. Todos los días somos tentados a bajar nuestras normas y a vivir como el mundo nos dicta. Debemos resistirnos si queremos ser fieles y deseamos hacer primero la voluntad de Dios, obedeciéndolo en todo.   Oración.

«Alabado seas mi Dios, Creador del cielo y la tierra; quién me bendices, ayúdame como a Daniel a vivir una vida de pureza y santidad. Quiero tener una estrecha e íntima relación contigo, por medio de la oración y el conocimiento de tu Palabra. Te pido sabiduría y poder para caminar en este mundo sin contaminarme, antes hazme fiel a ti, para que sea influencia para que otros te conozcan. En el nombre de Jesús, amén.

jueves, 17 de octubre de 2024

Hambre y sed de tu Palabra

 


Hambre y sed de tu Palabra

“He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán”. Amós 8:11-12

“Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”. 2 Timoteo 4:2-4

En tiempos del profeta Amós, la gente tenía todos los lujos que querían comprar, era una época de mucha prosperidad económica para Israel y Judá; pero sentían en su corazón un gran vacío, pues el rey Amasías había prohibido proclamar la Palabra de Dios. Las personas querían escuchar una palabra verdadera que les diera dirección a sus vidas, pero no había ninguna palabra para orientarlos; pues se levantaron profetas y sacerdotes falsos que decían siempre lo que más les agradara.

Israel, distinta a las demás naciones se había fundado sobre la Palabra de Dios, Él les había ordenado todo lo que debían comer, cómo vestir, qué animales domesticar, cómo tratar a los demás. Y ahora Dios estaba callado, había retirado su consejo, su enseñanza. Habían roto su pacto con Dios. La idolatría, la opresión de los ricos sobre los pobres, el sistema judicial corrupto y la inmoralidad generalizada, contristó el corazón del Señor y su paciencia se había agotado, el castigo era inevitable y la nación sería destruida a menos que cambiaran su corazón y se volvieran a Él.

Ahora se repite la historia, Dios ha sido sacado de todos los ámbitos y las naciones van camino a la destrucción. Hoy se nos exhorta a predicar la Palabra a tiempo y fuera de tiempo, porque muchos tienen comezón de escucharla; pero si están prestos a oír las mentiras y el engaño de las ideologías modernas que los apartan cada vez más de la verdad, Llegará el momento cuando esta generación se va a dar cuenta de la gran verdad de Mateo 4:4 “que no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, porque el hambre más grande que podemos sentir no se satisface con pan y carne; podemos tenerlo todo y sentirnos totalmente vacíos.

Muchos todavía siguen buscando la respuesta para los problemas de la vida en otras partes excepto en las Escrituras, están buscando la dirección verdadera pero no saben dónde hallarla. Jesucristo es la respuesta porque sólo en Él y en su Palabra seremos verdaderamente libres y podremos disfrutar la vida abundante que nos ofrece. Oremos para que el deseo de buscar a Jesús y su Palabra no sea demasiado tarde para esta generación, (Isaías 55:6).    Oración.

«Señor, Gracias por tu Palabra, soy afortunado de tener toda la Escritura para leerla. Dame sed y hambre por tu Palabra. Abre mis oídos espirituales para que sean prontos para escucharla, abre mi mente para meditarla y dispón mi voluntad para ponerla por obra. Quita toda distracción que no permita que pueda asimilarla para conectarme contigo, que cada día sea mi deleite, porque con ella me guías, me enseñas, me purificas y me santificas. En el nombre de Jesús, amén.

miércoles, 16 de octubre de 2024

Jesús eres el centro de todo

 


Jesús eres el centro de todo

“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado. Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”. Isaías 55:1-7

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. Juan 7:37-38

Este pasaje profético es un llamado a las naciones para que se vuelvan a Dios en arrepentimiento en estos tiempos de sequía espiritual. Él ya ha dado su provisión: la salvación por medio de su Hijo Jesucristo, quién con su obra en la cruz, ha dado perdón de pecados, salvación y vida eterna. En Jesús hay suficiente para todos los que se acercan a Él y lo invitan a ser el centro de su vida como Señor y Salvador personal.

Los que están satisfechos con el mundo no ven la necesidad de Cristo. Están secos espiritualmente y tratan de satisfacer esa sed con las cosas mundanas. Jesús nuevamente está haciendo una invitación para todos “Si alguno tiene sed venga a mí”. Él es la Fuente abierta, es la Roca golpeada, es el agua viva que trae sanidad espiritual, emocional y física, 1 Corintios 10:4.

En Isaías el Señor dice: “venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche”. Jesús nos hace una oferta gratuita, su gracia salvadora para que nos apropiemos de ella y que satisfagamos todo nuestro ser. En Cristo lo encontramos todo. Todo lo que ofrece ya fue pagado por Él, lo adquirió con el precio total de su preciosa sangre, como dice 1 Pedro 1:18-19 “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”.

El Señor anhela que todos los hombres se salven por eso su oferta sigue en pie: “Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma”. Solo hay que aceptarla. Él conoce el corazón humano y sabe su gran necesidad, porque el mundo y sus placeres jamás darán plenitud al alma sin Dios. Que las frustraciones y la falta de propósito en la vida impulsen a las personas hacia Cristo y a buscar la satisfacción sólo en Él.

Busquemos y clamemos al Señor mientras esté cerca. Dios no planea apartarse de nosotros, pero a menudo somos nosotros los que nos apartamos de Él y sufrimos las consecuencias de alejarnos de su Presencia. Busquemos a Dios ahora, mientras podamos, antes de que sea demasiado tarde.    Oración.

«Jesús perdóname por las veces en que me he alejado de ti, si tú no estás en el centro de mi vida, entonces nada más importa. Me pides que te busque mientras puedas ser hallado, anhelo encontrarte y acercarme a ti; muéstrame cómo vivir una vida completamente dedicada a la gloria de tu nombre, gracias por llenarme completamente con tu Presencia, amén.

martes, 15 de octubre de 2024

Sal de la cueva

 


Sal de la cueva

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender”. Salmos 139:1-6

“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz”. Salmos 139:7-12

Este salmo nos quita las máscaras del engaño y la hipocresía que a veces estorban nuestra relación con Dios y la vida de la iglesia; pues Él sabe y conoce todo de nosotros, nuestros más íntimos pensamientos y las intenciones de nuestro corazón. Es un Dios omnisciente. Nos lo enseña no con conceptos abstractos, sino con hechos concretos de la vida cotidiana. Él nos examina y puede discernir nuestras necesidades más íntimas. Es una verdad maravillosa saber que nos conoce personalmente, no somos un número más, somos sus hijos, sabe cuándo nos levantamos, nos sentamos, caminamos y nos acostamos, es decir la totalidad de nuestro día.

Aún más, lee nuestros pensamientos, conoce nuestros proyectos, sueños, deseos, anhelos y propósitos. Nada se escapa de su conocimiento, esto debería alegrarnos, al saber que su Presencia jamás se va; como dice el salmista “Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano”, manifestando de esta manera su protección y cuidado que nos da seguridad. Nuestra mente finita no alcanza a comprender cómo sabe todas las cosas, Él conoce detalles de millones de personas a la vez.

Dios es omnipresente; está donde quiera que nosotros vayamos, donde está el Espíritu de Dios, allí también está su Presencia. No hay lugar en el universo donde uno pueda escapar de Él, su Presencia es infinita, todo hace parte del universo que Él creó y que señorea. No podemos huir de Dios, en cualquier situación por oscura que sea, nos asirá con su diestra, nos sostendrá y nos guiará.

Recordemos cuando Elías huyó porque tenía miedo y se escondió en una cueva; era un hombre de carne y hueso, sujeto a las mismas pasiones y necesidades espirituales que nosotros, estaba amenazado de muerte y perseguido por la incredulidad de Israel. Es aquí donde Elías se encuentra con Dios. Y es aquí donde Dios le hace dos veces una pregunta: “¿Qué haces aquí, Elías?”, y le ordenó: “Sal fuera y ponte sobre el monte en presencia del Señor”. (1 Reyes 19:9,11,13)

Esa misma pregunta nos la hace hoy: ¿Qué haces aquí?; no sé qué situación nos tiene escondidos en la cueva, pero es el momento de salir y escuchar su voz. Entremos en su Presencia, solo ahí encontraremos su respuesta, su dirección y su respaldo, su amor inagotable es nuestra defensa.    Oración.

«Señor gracias porque tu Presencia irá conmigo y me darás descanso; gracias por caminar a mi lado y por no dejarme. Aunque las situaciones parezcan difíciles, no puedo huir ni esconderme de los problemas, porque todo lo sabes y conoces cada pensamiento en mi mente, tengo la certeza de que tu diestra me asirá para que no resbale, ni caiga, Amén.

lunes, 14 de octubre de 2024

Un lugar tranquilo

 Un lugar tranquilo

“Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto”. Marcos 6:30-32

En un mundo como el de hoy, lleno de responsabilidades, de ir de un lado para el otro sin parar, es bueno que bajemos el ritmo para que el Señor nos renueve. La verdadera renovación viene de pasar tiempo en su presencia para que nos llene de su paz.

Veamos el pasaje de hoy. Los discípulos están en el punto más intenso de su experiencia al lado de su Maestro; habían viajado por largo tiempo, Él había predicado a multitudes y ministrado en sus vidas, trayendo liberación, sanidad física y restauración espiritual, en muchos lugares; y a medida que se corría la voz de que Jesús estaba ahí, el ministerio se intensificó y trabajaron mucho, pues las personas lo buscaban cada vez más.

Sin embargo, Jesús al observar a sus discípulos tan exhaustos, interviene y les hace una hermosa invitación: “Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco”. Esto es un bálsamo para nuestros oídos cuando hemos trabajado incansablemente en la obra de Dios y necesitamos un respiro para conectarnos con el dueño de la obra. Jesús sabe de nuestro trabajo y de lo fatigante que a veces puede llegar a ser, por eso, escucha su voz.

Llevar la carga espiritual de nuestra familia, orar constantemente por nuestros hijos, esposos (as), amigos, y cuidar pastoralmente a los que Dios ha colocado a nuestro cargo, implica estar recargados espiritualmente para hacer nuestra labor no en nuestras fuerzas, sino en el poder de Dios; necesitamos entonces tiempos de quietud en la presencia del Señor.

Jesús conoce nuestro nivel de cansancio espiritual, emocional y aun físico; y quiere invitarnos a renovar fuerzas, a alentarnos con su Palabra para que podamos continuar. Cuando nuestra tarea espiritual se vuelve una carga es porque la estamos haciendo en nuestra carne, y así no veremos resultados. Recordemos que la obra es de Dios y Él anhela que seamos guiados siempre por su Santo Espíritu. Es un llamado a hacer un alto y refugiarnos en su presencia amorosa, Él es nuestro lugar de descanso, es nuestro escondite en nuestras preocupaciones y del afán de la vida, Salmos 62:5-6. Hoy nos invita a buscarle primero y Él suplirá lo que nos falta. Hagamos del Señor nuestra prioridad y en nuestro agotamiento o fatiga espiritual el Señor nos dará descanso.   Oración.

«Gracias mi Dios por escogerme como tu habitación, por morada de Dios en el Espíritu; hoy le digo a mi alma: “reposa en el Dios de tu salvación”; porque Él es mi esperanza y mi roca fuerte. Quiero deleitarme en tu Presencia y renovar mis fuerzas; Espíritu Santo fortaléceme en mi interior, solo quiero estar contigo, hoy no vengo a pedir, vengo a descansar en ti. Amén.


domingo, 13 de octubre de 2024

Ser dirigidos por Dios

 

Ser dirigidos por Dios


“Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día”. Salmos 25:4-5

Este salmo surgió de la experiencia personal de David cuando estaba pasando por problemas y dificultades y proporciona un consuelo para todos nosotros en este momento, pues hay momentos en la vida que no sabemos qué camino coger, qué decisión tomar y necesitamos depender absolutamente de Dios.

Cuando el salmista le dice a Dios encamíname en tu “verdad” esta palabra viene del hebreo “emet” y significa certeza, estabilidad, confiabilidad, lo justo; lo que implica que está buscando confianza, firmeza y seguridad en Dios. Y es lo que necesitamos en este momento en un mundo de tanta confusión, donde la verdad se ha vuelto relativa y las personas no saben en quién creer. Podemos confiar enteramente nuestra vida en la verdad de Dios, porque la verdad es Jesucristo. En Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.

Hay dos caminos por los cuales el hombre puede transitar hoy: el camino de Dios, o su propio camino. Dios nos da la opción de elegir. Todos podemos andar por el camino que elijamos, pero recordemos lo que dice el libro de Proverbios 14:12 “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”.

David le suplica a Dios que le muestre el camino. Oró para que la verdad de Dios lo preservara, porque la verdad constituye el sostén del principio y el fin de toda creación. Buscar la verdad es aspirar a la plenitud de Dios; conocer la verdad significa experimentar vida, que ha de traducirse en amor; poseer la verdad nos compromete a servir en amor; “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, Juan 8:32. Conocer la verdad nos libra de la mentira y el engaño del mundo.

¿Por qué este énfasis en la dirección de Dios? Todo el Salmo da la respuesta: cuando el enemigo ataca, es cuando uno más necesita una dirección específica de Dios. Indica tres aspectos indispensables de este camino: caminar en la verdad de Dios; caminar con su presencia; y una confianza constante en Él. Para ser dirigidos por Dios hace falta una mente humilde y abierta a Él.   Oración.

«Cuán grande es tu bondad Señor para conmigo, en estos momentos de incertidumbre en el mundo, donde todos parecen tener la verdad, quiero saber qué hacer. Por eso, guíame por sendas de justicia por amor de tu nombre, porque ciertamente el bien y la misericordia me guiarán todos los días de mi vida. Espíritu Santo guíame cada día a la verdad y conforta mi alma con tu Palabra y con la certeza de que eres fiel. En el dulce nombre de Jesús, amén.

sábado, 12 de octubre de 2024

Es el único digno de confianza

 

Es el único digno de confianza


“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” Hebreos 13:8

¿Alguna vez nos han defraudado y traicionado? Creo que muchas veces, pues los humanos somos poco confiables. Difícilmente mantenemos nuestra palabra y cumplimos nuestras promesas y defraudamos a otras personas que confían en nosotros. Experimentar la pérdida de la confianza es algo doloroso en nuestras relaciones interpersonales, pues esto afecta todo nuestro ser. Nos volvemos recelosos y en el futuro nos es difícil volver a confiar.

Cuando se trata de nuestra relación con Dios, a veces proyectamos nuestras experiencias pasadas con personas imperfectas y nos cuesta confiar en Él, que es perfecto. Nos es difícil confiar en Dios porque nuestros padres u otra figura de autoridad nos lastimaron, o pensamos que no ha respondido a nuestro clamor cuando más lo necesitamos. Aunque el dolor de esas experiencias son reales, nunca debe cambiar lo que Dios es.

Su Palabra nos enseña porqué debemos confiar en Él:

1) Él nunca cambia. Malaquías 3:6 dice: “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos”. Él es consecuente con su amor y su amor es eterno, por eso, ha prolongado su misericordia sobre nosotros, Jeremías 31:3.

2) Siempre cumple lo que dice. “Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”, 2 Corintios 1:20.

3) Nunca nos deja, ni nos abandona. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”, Hebreos 13:5.

4) Nada de lo que hagamos hará que se aleje de nosotros. Nada nos puede separar de su amor, Romanos 8:38-39.

5) Todo lo bueno proviene de Él. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”, Santiago 1:17.

6) Él es especialista en restaurar, redimir y darnos un propósito, Romanos 8:28; Filipenses 1:6

Estas son solo algunas de las razones por las que debemos confiar completamente en Dios.

Escudriñemos la Escritura para que sigamos descubriendo cuán confiable es nuestro Cristo y pongamos nuestra esperanza en Él.    Oración.

«Amado Jesús, el mundo puede cambiar constantemente, pero tú no. Ayúdame a superar mis decepciones y a poner mi mirada solamente en ti; gracias por ser absolutamente confiable. Permíteme continúe afianzando mi fe y mi confianza en ti. Gracias porque aún mis experiencias negativas las usarás para bien. En el nombre de Jesús, amén.

viernes, 11 de octubre de 2024

Levántate y resplandece

 


Levántate y resplandece

Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; más sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento”. Isaías 60:1-3

Aunque estas resplandecientes promesas mesiánicas de restauración traerían esperanza a Israel en el cautiverio, en sentido amplio, tenían un significado mesiánico y escatológico, para los tiempos finales, indica que Jesús volverá y dará cumplimiento a todas las palabras que están escritas sobre las naciones. El plan de Dios con el regreso de su Hijo se cumplirá plenamente. Hay oscuridad y tinieblas en el mundo que solo pueden ser disipadas con la venida del Redentor a Sion, y entenderemos entonces que nada, ni nadie podrá impedir el desarrollo de su plan y Él juzgará el pecado.

Ha llegado la luz de la cual habló el profeta Malaquías 4:2-3, diciendo: «Mas para vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia y en sus alas traerá salvación. Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos». Malaquías dijo que en los últimos días Jesús, “el sol de justicia”, el Redentor, vendrá y será como el sol que irrumpe en la oscuridad de la medianoche. El profeta ve desde lejos el primer adviento de Cristo, y la salvación que aguarda a todos los que en Él creen. Pero también vislumbra el Segundo Adviento de Cristo, con el juicio final de los impíos, y la salvación eterna de los que temen su nombre. La nación de Israel, en aquel día, reflejará la luz de su gloria aquí sobre toda la tierra. Mientras tanto, la Iglesia habrá ido a estar con Cristo.

Jesús es el sol de justicia que ha venido a cada persona que ha creído en Él por la predicación del evangelio en estos tiempos, que alumbra y esclarece toda oscuridad de nuestras vidas; pero también es el sol de justicia que vendrá en su segunda venida a juzgar a aquellos que lo rechazaron. Su iglesia presente en este momento debe reflejar la luz y la gloria de Cristo que ha nacido sobre ella, por eso levantémonos y resplandezcamos, para hacer presente el reino de Dios en esta tierra, y darle la oportunidad a muchas personas que salgan de la oscuridad que los envuelve y resplandezca en ellos la luz de Cristo.    Oración.

«Mi Dios Todopoderoso, hoy creo en tu Palabra, por eso voy a levantarme y a resplandecer. Jesús, porque vives en mi corazón haces que brille tu luz en medio de cualquier oscuridad y me muestras tu gloria. Tú me dices: “no te he dicho que si crees verás la gloria de Dios”. Dame la fe necesaria para ver tu poder actuando a través de mí. Hoy, en el nombre de Jesús me deshago de toda fortaleza en mi mente de incredulidad, duda, engaño, temor y pesimismo y me determino a confiar plenamente en tus promesas, amén.

jueves, 10 de octubre de 2024

Vida de Obediencia. Parte 2

 


Vida de Obediencia. Parte 2

 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. Hebreos 4:12-13

¿Cómo podemos ser personas obedientes? El primer paso para vivir en obediencia es “escuchar”. A veces oímos tanto ruido a nuestro alrededor, que se nos dificulta escuchar la voz de Dios. Cuando nos disponemos a hacerlo y atendemos sus palabras permitimos que estas entren a lo profundo de nuestro interior y se haga un cambio radical en nosotros, porque discierne nuestros pensamientos y las intenciones de nuestro corazón.

El Padre celestial amorosamente nos pide en Proverbios 3:1-2 “Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán”.

El segundo paso es “accionar”, es hacer lo que Él nos dice. La Biblia contiene los grandes testimonios de hombres y mujeres que se determinaron a obedecer a Dios. “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”, (Santiago 1:22). No podemos engañarnos a nosotros mismos escuchando primero la Palabra de Dios y después haciendo lo que queremos. Hoy debemos determinarnos a andar en los caminos de Dios y a abandonar todo aquello que nos impide obedecer.

El tercer paso es “permanecer”. Juan 15:7 nos dice “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. El Señor nos pide ser fieles hasta el fin y darle el primer lugar a Él. ¿Qué haremos el día que el Señor venga si no permanecemos? Cuando permanecemos es porque hemos sido precavidos como el que construyó su casa sobre la roca firme. Nos hemos edificado sobre Jesucristo que es el verdadero fundamento. Tenemos un Dios bueno que debemos honrar, que nos escucha y nos exhorta a poner por obra su Palabra, un Dios que nos sostendrá y nos sacará adelante, que abrirá camino en medio de la dificultad y nos pastoreará siempre y en cualquier sequía saciará nuestra alma (Isaías 58:11).    Oración.

«Señor, hoy te ruego humildemente que me des hambre y sed por tu Palabra, ayúdame a vivir para ti y construir mi vida, la vida de mi familia y la de la iglesia bajo la autoridad de tu Palabra, que es la base firme que necesitamos obedecer para avanzar y seguir adelante con tu llamado y con tu propósito. Dame la capacidad de escuchar, accionar y permanecer en tu Palabra para ponerla por obra, acrecienta hoy mi fe al oír tu Palabra, en Cristo Jesús, amén.

miércoles, 9 de octubre de 2024

Vida de obediencia. Parte 1

 


Vida de obediencia. Parte 1

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”. Mateo 7:24-27

La clave de la vida cristiana es la obediencia a nuestro Padre Dios. Jesús fue muy claro con esta enseñanza, prácticamente dijo: “el que escucha lo que enseño y hace lo que yo digo es el que obedece”. Y esto es tan cierto, pues podemos escuchar mucho la Palabra de Dios, pero si no la llevamos a la práctica entonces de nada nos sirve. El deseo de Dios es que nos vaya bien en todo, pero el secreto es la obediencia.

Este pasaje nos habla de construir nuestra vida sobre roca firme y no sobre arena, esto depende de cuanto escuchamos y hacemos lo que Dios dice. Podemos ser aquella persona que sabe escuchar y hace lo que el Señor pide; entonces, pueden venir todas las adversidades y fuertes tormentas, y podemos resistir. El secreto es en qué base estamos parados, en qué fundamento hemos construido nuestra vida espiritual.

También podemos ser esa persona que escucha, pero no hace lo que Dios le dice, sino lo que a bien le parece, es un insensato, su base es arena y cuando viene la lluvia y el viento con todo su ímpetu su casa espiritual cae y queda destruida.

Jesús siempre habló con toda autoridad por eso debemos escucharlo y obedecerlo. En la vida de la iglesia las personas que caminan firmes, que les pasan situaciones, pero permanecen, es porque aprendieron a obedecer. El anhelo de Dios es que nos vaya bien siempre y que aun en medio de vientos borrascosos nosotros nos levantemos y sigamos firmes. El Señor Jesús en Apocalipsis 2:10 nos desafía a ser fieles hasta la muerte, dice: “no temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”.

La vida cristiana es un gran proyecto de construcción, por eso debe hacerse en un terreno firme y seguro para que soporte la estructura. Sabemos que nuestro fundamento es Cristo, nuestra Roca firme, se trata de obedecer entonces sus palabras que son espíritu y son vida, (Juan 6:63). Tengamos en cuenta que Cristo está puesto como cimiento y toda otra cosa fuera de Cristo es arena. El Señor nos haga constructores sabios para la eternidad. Entonces, nada nos separará de su amor.  Oración.

«Mi amado Jesús, es mi anhelo construir mi vida, la de mi familia y la de la iglesia sobre terreno firme, gracias por ser el cimiento de mi vida espiritual, ayúdame a escuchar tu Palabra, ser sabio y entendido para obedecerte en todo. Que mi corazón sea ese buen terreno donde tu Palabra caiga y produzca fruto. Espíritu Santo dame la disposición total de obedecer lo que me enseñas en tu Palabra, en el nombre de Jesús, amén.

martes, 8 de octubre de 2024

Fuego de Dios consumidor

 


Fuego de Dios consumidor

“Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos: Porque dijeron esta palabra, he aquí yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá”. Jeremías 5:14

“Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude”. Jeremías 20:9

En Deuteronomio 4:24 dice: “Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso”. Dios es celoso porque le pertenecemos, y está dispuesto a transformar nuestra vida consumiendo todo lo que hay en nuestro ser con el fuego de su Espíritu, para que Él crezca en nuestro interior y nosotros mengüemos, solo quiere que seamos vasos de honra para gloria suya. Pero también, como le dijo al profeta Jeremías: “he aquí yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá”, Él nos ha dado su Palabra que es como fuego para que, al pronunciarla las personas que nos escuchen vayan al arrepentimiento y se acerquen a Dios.

Pidamos al Señor que su Palabra sea como ese fuego ardiente en nuestro corazón y no podamos contenerla como dijo el profeta Jeremías. No podemos callar cuando este mundo está en oscuridad y necesita oír la voz del Señor, es el único que puede salvarlos y llenarlos de esperanza.

Este es un llamado también a purificar nuestras vidas, quemando toda obra muerta como hojarasca que impide que recibamos la bendición que Él ha dispuesto para nosotros. Esa hojarasca puede ser: resentimientos, ira, falta de perdón, contiendas, orgullo, maledicencia, etc. que estorban el propósito de Dios y no dejan formar el carácter santo de Jesús en nosotros.

Aprendimos ayer, que la Palabra de Dios no solo es fuego, sino martillo que quebranta, quiebra con fuerza y poder toda dureza de nuestro corazón y toda fortaleza mental que el enemigo ha formado en nosotros. Que podamos decir de corazón como el rey David: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. (Salmo 51:10)

El Señor nos lleve hoy, a reconocer el valor de su Palabra y a que seamos hacedores de ella; entendiendo que es el manual de vida que nos instruye, el alimento que necesitamos para crecer espiritualmente, la lámpara que guía nuestros pasos, que es viva y eficaz y puede salvar, sanar y liberar, que es fuego y martillo para santificarnos y es la espada del Espíritu, para apagar todos los dardos de fuego del maligno. Dios nos disponga para ser renovados, porque queremos obedecer su Palabra y vivir en su Presencia.

Recordemos que es la Presencia de Dios y la santidad que le dan poder a la Palabra para que como iglesia impactemos la vida de muchas personas. Que el Señor remueva todo estorbo que dañe el propósito y avance de su iglesia.    Oración.

«Amado Dios, tu Palabra dice que eres fuego consumidor, hoy quiero pedirte que quemes y consumas todo lo que hay en mí que no te agrade y que no deja fluir la presencia de tu Espíritu Santo. Pasa por el fuego toda obra hecha en mi carne y que es como hojarasca, porque no glorifica tu Nombre. Reconozco el valor y el poder que tiene tu Palabra para transformar mi vida y llevarme a la santidad, a servirte con un corazón puro y consagrado, amén.

lunes, 7 de octubre de 2024

Su Palabra fuego y martillo

 


Su Palabra fuego y martillo

“¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” Jeremías 23:29

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará”. 1 Corintios 3:11-13

En este tiempo el pueblo de Israel estaba cautivo, subyugados por Babilonia por haberse alejado de Dios. En su desesperación querían oír solo cosas buenas de los falsos profetas que se levantaron y hablaban en nombre de Dios, haciendo falsas promesas que no se cumplirían. Más Dios, mandó un mensaje real y verdadero a través de Jeremías, para que su pueblo lo escuchara y reflexionara. Era la Palabra de Dios como “fuego y martillo”. Es quizás la faceta de la Palabra que menos nos gusta pero que es indispensable para nuestras vidas, cuando estamos en rebeldía contra Dios. Aunque el deseo de Dios era librarlos de su martirio y de su sufrimiento por causa del pecado, hay una prioridad en el mensaje de Jeremías y es que el pueblo debía obedecer y volverse a Dios.

La Palabra de Dios es como fuego que quema y consume, en este contexto el fuego “purifica”. En la antigüedad era usado para fundir los metales, que se volvían maleables al rojo vivo. Igualmente, la Palabra nos purifica y a veces tiene que calentar para moldear nuestras vidas. Para que “Cristo viva a través de nosotros”, es necesario pasar por el fuego y que el Señor consuma todo lo que nos impide formar su carácter, cambiando nuestro lenguaje, conducta y actitudes que nos alejan de Dios. Para seguir a Cristo y agradarlo hay que dejar cosas y pagar el precio.

La Palabra es la que quebranta la piedra, rompe lo duro, destroza la rigidez de nuestro interior, la Palabra es como martillo que golpea la dureza de nuestro corazón, para dejar nuestro orgullo, nuestro egoísmo, nuestra mediocridad, nuestro conformismo, etc. y que seamos moldeados para ser más mansos y humildes como Jesús y hacer las cosas a la manera de Dios. Hoy, digámosle al Señor que queremos ser Transformados en el dominio propio, en nuestras palabras, en nuestra conducta, en nuestra manera de administrar nuestra vida y dinero, etc. Y regresar a Él con amor para forjarnos como hombres y mujeres de Dios.

Como hijos de Dios debemos anunciar el mensaje de salvación y llamar a la obediencia y no hablar solo cosas bonitas que la gente quiera oír y que los aleja más de Dios, sino acercarlos a Él, llevándolos al arrepentimiento porque estamos en los últimos tiempos y el Señor vendrá pronto.  Oración.

«Señor, la Palabra que quema, que purifica, que quebranta es la que necesito para moldear mi vida y formar tu carácter en mí. Transfórmame y hazme mejor persona. Estoy dispuesto a que tu Palabra venga como fuego y martillo para mi edificación, aunque duela, sé que me va a llevar al resultado y el fruto que tú quieres. Sigue perfeccionando tu obra en mí hasta tu regreso. En Cristo Jesús, amén.

domingo, 6 de octubre de 2024

Un corazón misericordioso

 


Un corazón misericordioso

“Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos. Judas 1:21-22

“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”. Lamentaciones 3:22-23

Alguna vez has dicho: “¡Señor, ten misericordia de mí!”, creo que sí y muchas veces. Aquí lo más importante es entender lo que significan cada una de esas palabras. La Biblia nos dice que dependemos absolutamente de su misericordia, tanto, que el Señor la renueva cada mañana. Misericordia es recibir su favor y su bondad, aunque no lo merezcamos. Dios es un Dios bueno y su bondad fluye de su corazón misericordioso. El versículo de hoy nos dice que debemos tener compasión de los que no están firmes en la fe.

Estamos inmersos en la misericordia de Dios y tenemos que ser misericordiosos con los demás, Él desea que tratemos a los demás de la misma manera en que Él nos trata. ¿Con qué ojos miramos a los demás? A veces juzgamos y señalamos al caído, al hermano que está pasando por dificultades, o que reincide en su pecado, que quizás nosotros también hemos cometido. Olvidamos que Jesús también llevó los pecados en la cruz por cada uno de ellos, de igual manera que cargó con los nuestros para liberarnos de la culpa.

Seamos conscientes de que hemos sido perdonados y tratados por Dios mejor de lo que nos merecemos y seamos benevolentes con los demás. Preguntémonos entonces: ¿Cómo podemos mostrar misericordia a los que dudan en el camino de la fe? Dejando a un lado los prejuicios, escuchando y observando las necesidades de los otros, así quizás entenderemos porqué están pasando por estos problemas, ofreciendo nuestro apoyo a los que luchan en su fe, respondiendo con paciencia y empatía tal como Jesús nos enseñó.

Judas nos exhorta a permanecer conscientes del amor de Dios, como dice Juan 15:9 “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor”. Cuando hemos captado que somos objeto inmerecido de su amor en Jesucristo, debemos responder con amor y ese amor debe mostrarse en la conducta y trato hacia los demás para no adormecer nuestro corazón hacia sus necesidades.

Jesús nos muestra su voluntad y la responsabilidad que tenemos hacia otros. Él dice en Mateo 9:13 “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” y Mateo 12:7 “Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes”  Oración.

«Señor Jesús, en cada situación o temporada has sido bueno y misericordioso conmigo; acuérdame de eso hoy y ayúdame a tener un corazón misericordioso con los que dudan en su fe, a generar espacios donde pueda escuchar sus necesidades y ofrecer apoyo y comprensión. Perdóname por las veces que estuve tentado a dudar o desobedecerte, recuérdame tus promesas y enséñame a amar como tú, en el nombre de Jesús, amén.

sábado, 5 de octubre de 2024

Jesús lo cambió todo

 


Jesús lo cambió todo

“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. 1 Pedro 2:4-5

Jesucristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos, pero escogida y preciosa ante los ojos de Dios. Cuando creemos y nos acercamos a Él, nosotros somos como piedras vivas, con las cuales edifica su casa espiritual. En otras palabras, Él es la piedra angular de la nueva casa la cual está edificada con personas. Nuestra responsabilidad como miembros de la familia de Dios es doble: adorar, ofrecer sacrificios espirituales y testificar, o sea anunciar las virtudes del que nos amó y se entregó por nosotros.

Jesús puede ser la piedra angular clave en nuestra vida o la piedra de tropiezo, veamos lo que dice 1 Pedro 2:7-8 “Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados”. Hoy muchas personas ven a Jesús como una piedra de tropiezo y no quieren dejar el mundo y sus vanaglorias, la decisión es de cada uno, o lo eligen como su piedra angular o como su piedra de tropiezo, pero, si se convierten y confían en Él, jamás los defraudará.

Cuando nos encontramos con Jesús, viene a habitar en cada uno de nosotros por medio de su Espíritu Santo, entonces, formamos parte de la iglesia que es la casa de Dios, podríamos decir literalmente que “volvemos a casa”.

Jesús es la piedra angular de nuestra fe. Ahora de pecadores pasamos a ser pueblo elegido de Dios, escogidos para un alto llamado sacerdotal, escogidos para ser parte de una nación santa, para ser instrumentos de Dios para su obra, llamados a anunciar a los demás el precioso evangelio de salvación. Él llevó nuestros pecados a la cruz para que muramos al pecado, para que vivamos una vida de rectitud y para que seamos sanados. (1 Pedro 2:9; 1 Pedro 2:24) Jesús lo cambió todo, ¡A Él sea la gloria, la honra y el honor!    Oración.

«Señor Jesús, gracias porque soy un templo santo donde vives por tu Espíritu, eres la piedra angular de mi vida, sin ti me derrumbaría; por eso, te necesito desesperadamente para llevar una vida en santidad, me has escogido, llamado y enviado a anunciar tu vida, tu obra, muerte y resurrección, soy una piedra viva, parte de tu nueva casa espiritual, gracias por hacerme parte de tu familia, amén.

viernes, 4 de octubre de 2024

Sirvamos de vínculo entre la misericordia divina y la necesidad humana

 


Sirvamos de vínculo entre la misericordia divina y la necesidad humana

“Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado. El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho. Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”. Ezequiel 22:28-30

“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” Romanos 12:21

Estamos viviendo tiempos donde el mal ha aumentado en este mundo, recordemos que esto lo profetizó el Señor Jesús en Mateo 24:12: “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”; independientemente de que se esté cumpliendo esta profecía, el Señor nos anima a orar y permanecer en sus caminos y a vencer el mal haciendo el bien.

La confrontación nunca es fácil, pero a veces es necesaria; a Ezequiel se le dice que enfrente el mal, en Ezequiel 22:2 dice: “Tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones?”. Fue llamado a predicar y a profetizar, pero no era una tarea sencilla, su mensaje era difícil, era contracultural, pero él no se dio por vencido e hizo lo que Dios le pidió. El pueblo de Israel se había olvidado de Dios, reinaba la injusticia social, la violencia y la corrupción aun en los líderes y sacerdotes.

Igual que con el pueblo de Israel nosotros vivimos en un mundo que se ha olvidado de Dios y el mal se ha extendido por todas partes. Sin embargo, paradójicamente la Palabra de Dios nos muestra cuánto cuida Dios de nosotros, Él se preocupa por la injusticia humana, el sufrimiento y está tan enojado con aquellos que oprimen a los demás; por eso, está buscando hombres y mujeres que se paren en la brecha delante de Él e intercedan en favor de la tierra; el intercesor tiene una doble responsabilidad: no sólo hace “vallado”, lo cual sugiere que no solamente restaura la brecha causada por el enemigo, sino que se “pone” en la brecha, es decir, detiene su avance.

Nuestra preocupación no es solo oponernos a la injusticia sino también traer a la gente a Dios, porque ante el arrepentimiento Él actuará en gracia y dará segundas oportunidades para salvar la humanidad. Recordemos Romanos 5:20 que dice: “Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia”.

No nos dejemos aplastar por el mal, venzamos con el bien y que el Señor nos capacite por su Espíritu de manera que sea ese su sentir y actuar. El vallado protector alrededor de las familias, las iglesias y las naciones, está en una desastrosa condición, por eso Dios busca todavía intercesores que puedan vigilar “en la brecha” y ayudar a repararla mediante la oración. Unamos esfuerzos para resistir el mal, buscando la reconstrucción espiritual de esta humanidad.  Oración.

«Amado Padre celestial, hoy entiendo que las brechas o grietas deben ser reparadas con oración, ante toda la ruina física y espiritual de nuestro mundo que está yendo a la perdición; quiero ser parte de esos fieles que se paran en la brecha entre Tú y esta humanidad para interceder por la salvación de sus almas. Sé que es la guerra de la fe contra toda fortaleza que se ha levantado en contra de tu poderoso Nombre, y que buscas quién interceda a favor de la tierra, para que, abundando el pecado, sobreabunde tu gracia y muchos sean alcanzados, amén.

jueves, 3 de octubre de 2024

Corran para ganar

 


Corran para ganar

“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible”. 1 Corintios 9:24-25

La vida cristiana se compara con una maratón, no es una carrera contra nuestros vecinos, amigos, compañeros de trabajo, familia, hermanos en la fe, sino más bien, una carrera contra nosotros mismos y contra el enemigo de los cristianos.

Pablo que vivía en un mundo de cultura greco – romana, donde nacieron las primeras olimpiadas, usa esta figura del atletismo para ilustrar una verdad espiritual; y es que los hijos de Dios, debemos correr la carrera que Él ha preparado para nuestras vidas de manera que la ganemos.

Nos dice que en este mundo todos corren en una carrera, pero solo una persona se lleva el premio, mientras que nosotros debemos correr para ganar; hace el paralelo con los atletas que entrenan con disciplina y lo hacen para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio eterno.

Nuestra motivación para entrenar en la carrera de la fe en nuestra vida cristiana, debe ser correr para ganar ese premio eterno. Sabiendo cual es la meta final y conociendo el propósito específico que Dios tiene para nosotros, podemos cruzar la meta; por eso, debemos buscar su dirección y la encontramos en su Palabra. Allí nos mostrará lo que Él quiere que hagamos con la totalidad de nuestra vida.

Jesús es la meta final. Él nos creó a propósito y con un propósito. Nuestro éxito depende de que hagamos la voluntad de Dios para correr y terminar bien la carrera de nuestra vida y cruzar la meta a la eternidad.

También tenemos una gran batalla espiritual, por eso debemos prepararnos para vencer. Pablo nos insta a entrenarnos para ganar: “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire” 1 Corintios 9:26. No debemos pelear como quien da golpes al aire, tenemos que aterrizar, nuestra lucha no es contra carne y sangre sino contra Satanás y sus demonios. Debemos pelear legítimamente, con oración, ayuno y conocimiento de la Palabra, para no perder (2 Timoteo 2:5). Recordemos que las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas (2 Corintios 10:4).   Oración.

«Amado Dios y Padre Santo todas nuestras coronas caerán a tus pies, junto con mis hermanos en la fe, quiero decirte que esta iglesia no se va a rendir, no va a negar la fe, no va a negociar sus principios ante la apostasía de este mundo, porque tú triunfaste victorioso en la cruz y por eso somos más que vencedores, nuestra meta eres tú y correremos la carrera de la fe para obtener el premio eterno. Amén.

miércoles, 2 de octubre de 2024

Aprende a perseverar

 


Aprende a perseverar

“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. Hebreos 10: 23-25

Millones de creyentes del mundo siguen siendo perseguidos por su fe, el autor de Hebreos dirige su carta a todos aquellos cristianos que están sufriendo por causa del evangelio y uno de los propósitos principales de este libro es alentarnos a perseverar. Para ello debemos tener certeza de nuestra fe y un corazón que demuestre plena confianza y devoción. Recordemos que la sangre de Jesús fue derramada para un nuevo pacto que se aplica a nosotros y nos lleva a limpiar nuestras conciencias de pecado cuando creemos en lo que Él hizo por nosotros en la cruz y a poner nuestra confianza en Él (Hebreos 10: 19-22).

Este es un llamado a perseverar por lo que Cristo hizo y hace por nosotros. Tenemos una nueva libertad y confianza porque somos bienvenidos a su Presencia por medio de su sacrificio. Nos tenemos los unos a los otros para ayudarnos mutuamente, por eso dice: “mantengamos firme la esperanza que profesamos”; debemos congregarnos y preocuparnos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y las buenas acciones. Tenemos la responsabilidad de ministrarnos los unos a los otros en amor.

Es una advertencia para la apostasía de estos últimos tiempos, que ya estamos viviendo, cuando como iglesia permanecemos unidos, podemos perseverar en nuestra fe, pues vendrá el juicio sobre aquellos que pisotean al Hijo de Dios y desprecian su sangre. Hay personas que han recibido el conocimiento de la verdad y luego dan la espalda a esa verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado. No hay un camino alternativo para el perdón y la aceptación de Dios fuera de la muerte de su Hijo (Hebreos 10:26-30).

Permanecer fieles tiene su recompensa, por eso, seamos pacientes, persistentes en hacer la voluntad de Dios, entonces recibiremos todo lo que el Señor nos ha prometido (Hebreos 10:36). La urgencia de permanecer juntos es subrayada por la proximidad del retorno de Cristo, “y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.   Oración.

«Amado Señor, ayúdame a permanecer firme en tus caminos, que nada en este mundo me aparte de ti, enséñame a confiar, a tener la seguridad de que estas siempre a mi lado, a alejarme del pecado y a ser fiel a ti aun en los momentos más difíciles. Quiero animar a otros a continuar, a estimularnos al amor y a las buenas acciones; y a estar juntos como hermanos manteniendo vivo el fuego del Espíritu Santo hasta que tú vuelvas, amén.