miércoles, 16 de octubre de 2024

Jesús eres el centro de todo

 


Jesús eres el centro de todo

“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado. Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”. Isaías 55:1-7

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. Juan 7:37-38

Este pasaje profético es un llamado a las naciones para que se vuelvan a Dios en arrepentimiento en estos tiempos de sequía espiritual. Él ya ha dado su provisión: la salvación por medio de su Hijo Jesucristo, quién con su obra en la cruz, ha dado perdón de pecados, salvación y vida eterna. En Jesús hay suficiente para todos los que se acercan a Él y lo invitan a ser el centro de su vida como Señor y Salvador personal.

Los que están satisfechos con el mundo no ven la necesidad de Cristo. Están secos espiritualmente y tratan de satisfacer esa sed con las cosas mundanas. Jesús nuevamente está haciendo una invitación para todos “Si alguno tiene sed venga a mí”. Él es la Fuente abierta, es la Roca golpeada, es el agua viva que trae sanidad espiritual, emocional y física, 1 Corintios 10:4.

En Isaías el Señor dice: “venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche”. Jesús nos hace una oferta gratuita, su gracia salvadora para que nos apropiemos de ella y que satisfagamos todo nuestro ser. En Cristo lo encontramos todo. Todo lo que ofrece ya fue pagado por Él, lo adquirió con el precio total de su preciosa sangre, como dice 1 Pedro 1:18-19 “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”.

El Señor anhela que todos los hombres se salven por eso su oferta sigue en pie: “Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma”. Solo hay que aceptarla. Él conoce el corazón humano y sabe su gran necesidad, porque el mundo y sus placeres jamás darán plenitud al alma sin Dios. Que las frustraciones y la falta de propósito en la vida impulsen a las personas hacia Cristo y a buscar la satisfacción sólo en Él.

Busquemos y clamemos al Señor mientras esté cerca. Dios no planea apartarse de nosotros, pero a menudo somos nosotros los que nos apartamos de Él y sufrimos las consecuencias de alejarnos de su Presencia. Busquemos a Dios ahora, mientras podamos, antes de que sea demasiado tarde.    Oración.

«Jesús perdóname por las veces en que me he alejado de ti, si tú no estás en el centro de mi vida, entonces nada más importa. Me pides que te busque mientras puedas ser hallado, anhelo encontrarte y acercarme a ti; muéstrame cómo vivir una vida completamente dedicada a la gloria de tu nombre, gracias por llenarme completamente con tu Presencia, amén.

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