lunes, 15 de abril de 2024

El Dios todo suficiente

 


El Dios todo suficiente

“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya”. Salmo 91:1-6

“Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación”. Salmos 91: 14-16

La confianza en Dios es lo opuesto al miedo, por eso, quién permanece al abrigo del Altísimo, y se acoge bajo la sombra del Omnipotente puede sentirse seguro.

Omnipotente, es un atributo y un nombre de Dios que viene del hebreo, “shadday” y se traduce como “el Todopoderoso”, este nombre figura cerca de 50 veces en el Antiguo Testamento y fue el nombre con que los patriarcas conocieron a Dios, refiriéndose a Él como el Dios poderoso, inconquistable, grande y fuerte.

Todos estos adjetivos nos muestran la sempiterna naturaleza de nuestro Padre Dios en la cual podemos confiar. “Shadday” está compuesto de la partícula “shed” (quién o cual) y “day” (suficiente), por lo tanto, Shadday es el “Dios todo-suficiente”, eternamente capaz de ser todo lo que nosotros necesitamos.

El salmista aquí manifiesta su total confianza en el Señor en tiempos de peligro y desafío frente a los poderes del maligno. Enfatiza una profunda comunión íntima y personal con Dios cuando le dice al Señor: “Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quién confío”, Salmos 91:2. La respuesta a todos nuestros temores es una relación estrecha con Dios.

Debemos apropiarnos de todas las promesas de este salmo y encontraremos refugio y protección en Dios en todo tiempo, contra toda tentación y ataque de Satanás, Salmos 91:11-12 nos dice que Dios envía ángeles para cuidar de nosotros.

En la última porción del salmo 91:14-16, Dios mismo habla recalcando su promesa de protección personal. De nuevo prioriza nuestra relación personal con Él: “Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre”. Esta promesa incluye liberación, ponernos en alto por encima de las circunstancias, la respuesta a nuestras oraciones, su Presencia en tiempos de angustia, ver su gloria en nuestra vida, saciarnos de larga vida y mostrarnos su salvación.

Es el mismo llamado de Jesús a que permanezcamos en una relación estrecha con Él, Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.

Moisés fue protegido por la mano de Dios mientras le mostraba su gloria para que no muriera, veamos Éxodo 33:21-22 “Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado”. Ahora Jesús es la roca en la cual podemos refugiarnos y contemplar la gloria de Dios, porque derribó toda barrera que nos separaba del Padre.

En los momentos de mayor oscuridad, siempre nos esconderá en el hueco de la peña para protegernos y liberarnos. Dios resucitó a Jesús de entre los muertos y al hacerlo nos liberó del miedo a la muerte y al futuro, precisamente por esto es que debemos estar dispuestos a dejar nuestra seguridad completamente en sus manos.

Queda claro, que aquellos que amamos al Señor, seremos rescatados de las tribulaciones y el Señor estará con nosotros en medio de las dificultades, esto es lo que marca la diferencia cuando confiamos en Jesús y reconocemos su poderoso nombre.    Oración.

«Señor, gracias por estar conmigo en los momentos de angustia, eres mi refugio y fortaleza, bajo tus alas me siento seguro. En ti confío porque eres el Todopoderoso, el Dios todo suficiente, no hay nada que sea difícil para ti, eres quién me llena de esperanza hacia el futuro y quita todo temor de mi corazón. Tomo tus promesas y descanso en tu verdad, porque tu Palabra es luz en medio de las tormentas de mi vida. Gracias por cuidarme y fortalecerme en mi peregrinar por este mundo, en el nombre de Jesús, amén.

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