sábado, 18 de junio de 2022

Excelencias de la sabiduría - Parte 2

 

Excelencias de la sabiduría - Parte 2


“Entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios” Proverbios 2:5.

“Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único” Génesis 22:11-12.

Entender el temor de Jehová y hallar el conocimiento de Dios son consideradas como las excelencias de la sabiduría, pero ¿qué significa esto? Muchos han definido erróneamente el temor de Jehová como el miedo o pavor que se le debe tener al Señor; sin embargo, cuando observamos las escrituras, vemos cómo Dios nos revela que “no hay por qué tener miedo a quien tan perfectamente nos ama, pues cuando conocemos su perfecto amor, es su amor el que elimina cualquier temor” y es que, cuando decimos que le tenemos miedo a Dios solo estamos demostrando que no estamos absolutamente convencidos del amor que Él nos dio (1 Juan 4:18).

Entonces, ¿cómo podemos definir el temor de Jehová? Pues el verdadero temor es aquél que nos conduce a respetar la autoridad del Señor, pero no por miedo, sino por amor; como en el caso de Abraham, pues vemos con su ejemplo que decidió obedecer e ir al lugar que Dios le mandó para hacer el sacrificio de su hijo, no por miedo a Dios, sino por amor; y es que, por amor decidió demostrar, con su obediencia, cómo respetaba en todo momento la voluntad de Dios. Y podríamos preguntarnos ¿en todo momento respeto al Señor? y ¿puedo decir que soy como Abraham quien por amor obedeció a Dios?

Abraham pudo entender cuán importante era para Dios que se respetara su palabra, pero también pudo ver cómo el Señor se le reveló como Dios fiel y proveedor (Génesis 22:13,17-18); de la misma manera, el Señor anhela que le respetemos; ¡recuerda! no por miedo o pavor, sino por amor.   Oración.

«Padre, mi oración en este día es para que me lleves a entender tu temor y me permitas hallar tu conocimiento. Tu palabra dice que puedo clamar a ti y tú mismo, por medio de tu Espíritu Santo que vive y mora en mí, me darás a conocer esas cosas grandes y ocultas que yo no conozco; hoy yo creo que se cumple esa verdad en mí, pues te lo he pedido en el nombre de tu precioso Hijo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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