lunes, 25 de abril de 2022

Por amor

 


Por amor

“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” 2 Corintios 5:14-15

Conocer el amor de nuestro Señor Jesucristo por nosotros, no solo nos debe sorprender o enorgullecer, sino que como dice la Escritura, nos debe constreñir, es decir, impulsar, conmover o motivar a algo más, entre ello, corresponder, pues si Cristo murió por nosotros, nosotros también morimos, pero como Cristo resucitó para gloria de Dios, nosotros también debemos vivir una nueva vida para el agrado de Dios.

Una vez que nos identificamos con la muerte de nuestro Señor Jesucristo, creyendo que Él llevó nuestros pecados en la cruz, debemos tomarlo como un hecho real y así vivirlo o practicarlo; vivir una vida donde no practiquemos el pecado, donde no nos dejemos dominar por él, donde esos deseos de nuestros ojos, de nuestra carne y la vanagloria de la vida sean apagados por el fuego del Espíritu Santo que mora en nosotros, y donde nuestro mayor anhelo sea vivir para Cristo.

En respuesta a tan grande amor, nosotros también por amor debemos vivir para el Señor. Así como Cristo por amor hizo siempre la voluntad de Dios hasta el punto de morir en la cruz por cada uno de nosotros, nosotros también debemos ser obedientes por amor, pues dice su Palabra “Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio” (2 Juan 6). Finalmente, sus mandamientos son el reflejo de su amor hacia nosotros, pues cuando los practicamos somos incomparablemente recompensados. Así que, por amor obedezcamos.  Oración.

«Padre amado, la manifestación de tu amor es clara y contundente, tu Único Hijo enviado en sacrificio por mis pecados. Hoy, más que agradecerte, quiero que me ayudes a corresponderte; yo también, por amor, quiero escucharte y obedecerte, pues quien te ama es aquel que tiene tus mandamientos y los guarda. Así que día a día pido que me llenes de tu amor y tu gracia, por Jesucristo nuestro Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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