sábado, 19 de marzo de 2022

 


Tomando su palabra. Parte 1

“Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.” Salmos 119:133.

Lo que brinda la palabra de Dios es algo que ninguna otra cosa nos puede brindar, por lo que la invitación hoy es a que la guardemos en nuestra mente y corazón.

Lo primero que nos da la palabra de Dios es un camino único y verdadero de salvación, pues en ella podemos encontrar las palabras de Cristo que son espíritu y son vida (Juan 6:63); por esta razón, el mismo Señor Jesucristo declaró “​​Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;” (Juan 5:39). Al escuchar y prestar atención al testimonio escrito que nos da la palabra, somos renacidos por medio de ella, porque conocemos y tenemos fe en nuestro Salvador.

Luego de nacer de nuevo, encontramos en la palabra de Dios un tesoro lleno de principios, que nos dan la sabiduría para tomar decisiones íntegras y correctas, como nos enseña el salmo “La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.” Salmos 119:130.

También encontramos en la escritura sagrada, paz y consolación en nuestras adversidades; cuando nos encontramos abatidos por las dificultades podemos decir creyendo “Abatida hasta el polvo está mi alma; vivifícame según tu palabra.” (Salmos 119:25); y aun si nos ataca la ansiedad del porvenir o por los problemas, su palabra nos da sustento, pues dice “Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra” (Salmos 119:28)

La palabra de Dios se debe estudiar toda en su texto y en su contexto, entendiendo que “La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia.” (Salmos 119:160), pues la profundidad con que estudiamos la escritura dará orden a nuestra vida frente al caos que ofrece el mundo y las ideologías humanas. Debemos creer lo que dice, lo cual significa que debemos confiar, adherirnos y tomar como nuestra la palabra de Dios, guardarla en nuestro corazón y en nuestra mente, seguir sus principios y aplicarlos con la ayuda del Espíritu de Dios que nos fue dado, y entonces todo nos saldrá bien; aunque se presenten dificultades y persecuciones, nuestro camino en la vida será prosperado y victorioso. (Josué 1:8-9).    Oración.

«Padre, has enviado tu palabra y nos has sanado, por eso quiero meditar en ella todos los días, tomarla para mí y aplicarla en mi vida; confiar plenamente que, a través de ella, con la llenura de tu Espíritu, podré tener paz, consuelo, libertad y bendición. En el nombre de Jesús, amén.     Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito. 

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