jueves, 23 de abril de 2020

Cuarenta días de preparación para un buen cambio


Cuarenta días de preparación para un buen cambio
«Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos» Éxodo 34:28
Leyendo la Biblia encontramos que cuando Dios quería disponer a alguien para sus propósitos, tomaba cuarenta días para prepararlo, por ejemplo: la vida de Noé fue transformada durante cuarenta días de diluvio; Moisés fue transformado durante cuarenta días en el monte Sinaí cuando le dio las tablas de la ley; los espías de Israel fueron transformados después de cuarenta días de recorrer la Tierra Prometida; Goliat desafió a los israelitas por espacio de cuarenta días hasta que fue vencido por David; Elías fue transformado cuando Dios le dio fuerzas con una sola comida y caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios; toda la ciudad de Nínive fue transformada cuando Dios le dio cuarenta días a sus residentes para que se arrepintieran de sus malos caminos; Jesús recibió poder al pasar cuarenta días de ayuno en el desierto; los discípulos fueron transformados al pasar cuarenta días con Jesús, después de su resurrección.
Haciendo un paralelo con el actual aislamiento o cuarentena para evitar el contagio de covid 19, podemos decir que no en vano ha sucedido esta epidemia, ni es ajena a los propósitos de Dios, porque todo está bajo el control de su mano y quiere transformar nuestra vida para bien. Este es un tiempo de preparación para un cambio, es una oportunidad que nos da Dios, porque el tiempo de gracia ya casi termina. El Señor Jesucristo viene pronto. La Biblia dice: «Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá» (Lucas 12:40), por tanto, es tiempo de encaminarnos a cumplir el propósito de Dios en nuestra vida, que sea un tiempo donde nos disponemos para que Dios escriba sus mandamientos en nuestro corazón. Reconozcamos nuestra condición de pecadores y nos arrepintamos de nuestros pecados.
Hermano dile a Jesucristo: En mi corazón, creo que tú eres el Dios viviente. Reconozco que diste tu vida en la cruz para perdonar mis pecados y darme la entrada al cielo. Yo abro las puertas de mi corazón y te recibo como mi Señor y mi Salvador, y te pido por favor que escribas mi nombre en el libro de la vida. Amén.  Oración.
«Soberano Dios, oro en nombre de Jesucristo, para que quien escuche este devocional, encuentre los propósitos que tú tienes para su vida durante este tiempo de cuarentena, pues es tiempo de oración, de lectura de tu Palabra y la búsqueda de tu presencia; será tiempo de revelación, tiempo de transformación para vivir una vida bajo tu dirección y planes. Gracias Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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