domingo, 8 de diciembre de 2019

Vestíos con paciencia y esperad en Dios


Vestíos con paciencia y esperad en Dios

“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová.”, Salmo 40:1-3
¿Qué hizo David para que el Soberano Dios se inclinara a él y lo escuchara? Sencillamente esperar con paciencia; pero esa paciencia implica absoluta confianza en Dios. Las circunstancias en las que se encontraba David eran de extrema angustia, tal que lo llama “el pozo de la desesperación”, pues David era asediado por el Rey Saúl a causa de su celo enfermizo contra él y aun su propio hijo lo quería matar, pero David esperó pacientemente la respuesta de Jehová y en estos tiempos de prueba experimento la ayuda de Dios.
Ahora, en este tiempo no es fácil esperar y ser paciente, pues vivimos en un mundo acelerado y todo lo queremos al instante; por tanto, tenemos que aprender a ser pacientes. La Biblia dice: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia” (Colosenses 3:12)
Hermanos mantengámonos constantes en la oración, postrados delante de Dios, hasta que Él atienda nuestro clamor, nos saque del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, de la cisterna oscura y del valle de la sombra de muerte, y nos ponga sobre la peña, en lugar alto, en lugar seguro. El Señor Jesucristo es esa roca, es esa piedra, esa seguridad. Por tanto, abramos nuestro corazón para que Él more en nosotros y haya en nuestra boca un cántico nuevo de alabanza a nuestro Dios. Oración.
Padre Amado, cuántas circunstancias me han llevado a desesperarme, a sentirme agobiado a punto de desmayar, pero tú ahí estabas para inclinar tu oído a mi clamor, extenderme tu mano, sacarme del pozo de la desesperación y del lodo del pecado. Gracias porque me pusiste sobre la roca firme que es Cristo, y enderezaste mis pasos. Gracias Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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