sábado, 21 de diciembre de 2019

Buenos administradores de la gracia de Dios


Buenos administradores de la gracia de Dios
“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las Palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo, sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”, 1 Pedro 4:7-11
Han transcurrido alrededor de dos mil años, desde cuando Pedro escribió esta epístola, y como él mismo escribió: “que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”, pues dos mil años equivaldrían a dos días que no son nada comparados con la eternidad, por eso Pedro escribe “el fin de todas las cosas se acerca”, pues cada día que pasa se acerca aún más el regreso del Señor Jesucristo, por tanto, debemos asegurarnos de estar cumpliendo con los mandatos de su Palabra, la Biblia dice: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”. (Mateo 24:42).
No olvidemos, hay un día señalado para esa gloriosa venida de Cristo, que pude ser hoy, puede ser mañana o cualquier día, así que los creyentes debemos vivir cada día como si fuera el último, siendo sobrios, sabios, hospitalarios, velando en oración, teniendo un ardiente amor entre los que nos rodean y expresándonos con palabras sazonadas que edifiquen a los oyentes.
Es extraordinaria la multiforme gracia de Dios que nos ha sido dada, pero qué gran responsabilidad es ser buenos administradores de esa gracia divina e incomparable, la cual solo se logra con el poder y fuerza que Dios da, para que en todo sea glorificado por Jesucristo.
Hermano, debemos dar prioridad a las cosas eternas e invisibles, conscientes de que hoy pudiera ser el día de la venida de Cristo. También, vivir la vida que Dios nos llama a vivir al preservar nuestra comunión con él, profesar el amor a los hermanos y concentrarnos en el servicio a Dios. Oración.
Padre eterno, mientras espero la gloriosa venida de Jesucristo, viviré en sobriedad, velando en oración y acción de gracias. Ayúdame Señor a profesar un ferviente amor por los demás, a ser caritativo y buen administrador de la Gracia divina que me ha sido dada, pues tuyo es el honor, la honra y la gloria por los siglos de los siglos, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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