viernes, 14 de junio de 2024

Conocer el amor de Cristo nos hace conocer su gracia

 


Conocer el amor de Cristo nos hace conocer su gracia

“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:4-10

El gran amor de Cristo demostrado en la cruz nos deja ver la misericordia de Dios (Efesios 2:4-5), pues nosotros, la humanidad entera, éramos quienes debíamos morir, no Jesús, pues Él nada malo había hecho, porque en Él no hay pecado ni maldad, como dice 2 Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”

Cuando Jesucristo entregó su vida como sacrificio a Dios para que nosotros no muriéramos, sino que al depositar nuestra fe en Él tuviéramos una nueva vida en Cristo, nos mostró la esencia de la gracia de Dios, la cual es un don, un regalo o un favor inmerecido, como lo dice la Palabra de Dios en Efesios 2:8

Así que la gracia de Dios no se basa en lo que nosotros los hombres podamos hacer para ganarnos su favor (Efesios 2:9), más bien tiene su esencia en el mismo carácter de Dios, pues se basa en su amor y en el hecho que Dios es dador, en consecuencia Él da a la humanidad ese regalo que no se merece, quién es Jesucristo mismo, para que todo aquel que lo reciba por medio de la fe, pueda gozar del don de Dios que es en Cristo Jesús: perdón de pecados, salvación y vida eterna.

Ahora bien esa gracia de Dios no es solamente para el instante de nuestra conversión, en realidad como dice Efesios 2:6-7 y Efesios 2:10 es para mostrar las abundantes riquezas de la gracia de Dios en nuestras vidas en todo momento, para realizar las buenas obras que Dios ha preparado de antemano para que andemos en ellas. Así que hermanos pidamos al Dios de toda gracia nos ayude a conocer más profundamente el amor de Cristo, y por ende su gracia, para vivir vidas que lo glorifiquen a Él.  Oración.

«Padre Dios, hoy vengo a ti, a pedirte con la ayuda de tu Santo Espíritu, me lleves a conocer más profundamente el amor de tu Hijo, para poder vivir a diario en tu gracia. Amén.

jueves, 13 de junio de 2024

Conocer el amor de Cristo me lleva a entender que Él me amó primero

 


Conocer el amor de Cristo me lleva a entender que Él me amó primero

“Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.” 1 Timoteo 1:15

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” 1 Juan 4:10

“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.” 1 Juan 4:19

En la primera carta a Timoteo el apóstol Pablo escribe inspirado por el Espíritu, que el mensaje del evangelio es digno de ser recibido ya que es verdadero, Pablo experimentó el hecho de que Jesús viniera al mundo para salvar a los pecadores, pues fue el propio Cristo resucitado quien se le apareció cuando iba camino a Damasco respirando aún amenazas y muerte con el objetivo de perseguir y encarcelar cristianos, por lo cual se consideraba el primero de los pecadores. (1 Timoteo 1:15)

Pablo pudo experimentar claramente la verdad revelada en 1 Juan 4:10, pues en realidad él no había hecho nada para merecer el amor de Dios, por el contrario por la ignorancia que había en él, se oponía a la obra de Dios, pero a pesar de esto, en su primer encuentro con el Redentor pudo experimentar el amor de Cristo, quien en vez de rechazarlo lo buscó, por lo tanto en respuesta a este amor podemos ver cómo Saulo le dice temblando y temeroso, “Señor, ¿qué quieres que yo haga?”, respuesta que nos permite entender que por primera vez su espíritu, sus pensamientos y su voluntad fueron iluminados por ese resplandor de luz del cielo, el Espíritu Santo, quien lo motivó a rendir su vida a Cristo, declarándolo como su Señor para luego obedecerlo. (Hechos 9:3-9).

Finalmente, por Pablo responder y obedecer a la voz celestial, pudo experimentar el amor de Cristo en su vida y llegar a amar a Cristo cumpliendo lo escrito 1 Juan 4:19 al punto de declarar “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo” (Filipenses 3:7).

Que al igual que Pablo, el entender que en realidad amamos a Dios porque Él nos amó primero, a pesar de ser pecadores y no merecerlo, nos lleve a amar a Cristo por sobre todas las cosas.   Oración.

«Gracias Señor Jesús por amarme, gracias porque tú me amaste a pesar de mis pecados, gracias porque en respuesta a tu amor ahora puedo amarte y experimentar contigo ese vínculo perfecto. Amén.

miércoles, 12 de junio de 2024

Conocer el amor de Cristo me lleva a entender que Él me amó primero

 


Conocer el amor de Cristo me lleva a entender que Él me amó primero

“Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.” 1 Timoteo 1:15
“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” 1 Juan 4:10
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.” 1 Juan 4:19
En la primera carta a Timoteo el apóstol Pablo escribe inspirado por el Espíritu, que el mensaje del evangelio es digno de ser recibido ya que es verdadero, Pablo experimentó el hecho de que Jesús viniera al mundo para salvar a los pecadores, pues fue el propio Cristo resucitado quien se le apareció cuando iba camino a Damasco respirando aún amenazas y muerte con el objetivo de perseguir y encarcelar cristianos, por lo cual se consideraba el primero de los pecadores. (1 Timoteo 1:15)
Pablo pudo experimentar claramente la verdad revelada en 1 Juan 4:10, pues en realidad él no había hecho nada para merecer el amor de Dios, por el contrario por la ignorancia que había en él, se oponía a la obra de Dios, pero a pesar de esto, en su primer encuentro con el Redentor pudo experimentar el amor de Cristo, quien en vez de rechazarlo lo buscó, por lo tanto en respuesta a este amor podemos ver cómo Saulo le dice temblando y temeroso, “Señor, ¿qué quieres que yo haga?”, respuesta que nos permite entender que por primera vez su espíritu, sus pensamientos y su voluntad fueron iluminados por ese resplandor de luz del cielo, el Espíritu Santo, quien lo motivó a rendir su vida a Cristo, declarándolo como su Señor para luego obedecerlo. (Hechos 9:3-9).
Finalmente, por Pablo responder y obedecer a la voz celestial, pudo experimentar el amor de Cristo en su vida y llegar a amar a Cristo cumpliendo lo escrito 1 Juan 4:19 al punto de declarar “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo” (Filipenses 3:7).
Que al igual que Pablo, el entender que en realidad amamos a Dios porque Él nos amó primero, a pesar de ser pecadores y no merecerlo, nos lleve a amar a Cristo por sobre todas las cosas. Oración.
«Gracias Señor Jesús por amarme, gracias porque tú me amaste a pesar de mis pecados, gracias porque en respuesta a tu amor ahora puedo amarte y experimentar contigo ese vínculo perfecto. Amén.

martes, 11 de junio de 2024

Conocer el amor de Cristo empieza el día de nuestra conversión

 

Conocer el amor de Cristo empieza el día de nuestra


conversión

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20

l verdadero conocimiento del amor de Cristo empieza el día de nuestra conversión, pues antes solamente podíamos tener un conocimiento meramente intelectual; pero el día que recibimos a Jesús en nuestro corazón, el día en que depositamos nuestra fe en Él, Dios le dio vida a nuestro espíritu, gracias a lo cual podemos conocer y experimentar el amor de Cristo, pues es por medio de la comunión con el Espíritu Santo cómo logramos vivenciar ese amor que excede todo conocimiento, ya que la comunión se basa en una relación íntima y personal.

En los tiempos de Jesús compartir la cena con alguien era una manera de relacionarse íntimamente, de conocerse personalmente, de compartir además de los alimentos sus intereses, creencias y vivencias, por eso es que Dios revela en Apocalipsis 3:20 que Jesús está llamando a la puerta del corazón del ser humano, con el deseo de que su llamado sea atendido, para entonces entrar a cenar, es decir para poder empezar una relación de intimidad, por medio de la comunión con el Espíritu Santo, a través de la cual el creyente puede llegar a conocerle vivencialmente por medio de la fe.

Así que para tener comunión debemos aceptar el llamado de Dios y estar dispuestos a abrir la puerta de nuestra vida para dejar entrar a Jesús a la mesa de nuestro corazón, para que se siente y cene con nosotros y nosotros con Él, de esta manera, al igual que en los tiempos de Jesús podremos conocerle íntima y personalmente, podremos tener las revelaciones de su palabra, entender sus mensajes y lo más importante, cultivar una amistad con Él, que nos permita conocer vivencialmente su grande e inagotable amor.

Pidamos a Dios que de manera práctica podamos cenar y tener comunión con Jesús por medio del Espíritu Santo cuando leamos la biblia, oremos, nos congreguemos, testifiquemos y obedezcamos.  Oración.

«Padre Dios, quiero pedirte que me ayudes a tener esa intimidad con tu Hijo Jesús, mi Señor y Salvador, por medio de la comunión con tu Santo Espíritu, quiero cultivar una relación íntima y personal, quiero llegar a esa profunda conexión, de tal manera que pueda todos los días sentarme a tu mesa como amigo. Gracias porque sé que desde el día que te abrí las puertas de mi corazón al responder a tu llamado puedo hacerlo. Amén.

lunes, 10 de junio de 2024

Conocer el amor de Cristo

 


Conocer el amor de Cristo

“Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” Efesios 3:17-19

En la carta que el apóstol Pablo escribe a la iglesia de Éfeso deja ver su gran anhelo para que los creyentes podamos conocer y experimentar el amor de Cristo de la misma manera en la que él lo había conocido y experimentado; por esta razón escribe que ora de rodillas al Padre, para que cada uno de nosotros, los creyentes, seamos fortalecidos internamente con el poder del Espíritu Santo, de tal manera que por la fe, Cristo more de manera real y constante en nuestros corazones, para tener una raíz fuerte que se nutra de esa fuente de amor y unos cimientos sólidos en nuestras vidas que nos permitan ser capaces de comprender ese amor maravilloso que excede cualquier conocimiento, para ser llenos de toda la plenitud de Dios (Efesios 3:14-19).

Pablo sabía la importancia de conocer el amor de Cristo pues este amor es el que lo alcanzó, lo rescató, lo salvó, lo perdonó, lo transformó y lo restauró; gracias a este amor, Pablo pasó de ser un perseguidor de cristianos a ser un seguidor de Cristo, pasó de ser un verdugo para los cristianos a dar su vida por causa de Cristo, pasó de ser un religioso a ser un creyente de Cristo.

Hermanos, unámonos a la oración del apóstol Pablo y pidámosle a Dios que su Santo Espíritu nos llene con su poder y nos permita conocer ese amor que salva vidas, ese amor que excede todo conocimiento, ese amor que es tan amplio que trajo salvación a toda la humanidad pecadora y perdida; tan extenso que todos los hombres de todos los tiempos pueden encontrar su redención en Él; tan profundo que es capaz de alcanzar al pecador que haya caído al pozo más hondo de maldad, y tal alto que es capaz de conectar al Dios del cielo con el hombre en la tierra.  Oración.

«Padre amado, al igual que Pablo, hoy quiero pedirte que con la ayuda y poder de tu Santo Espíritu pueda llegar a conocer más profundamente ese amor de Cristo que excede a todo conocimiento, pues quiero vivir lleno de tu plenitud, ayúdame a compartir este gran amor con mis seres queridos, amigos y aun con aquellas personas que apenas conozco, o con quienes por cuestiones de la vida me cruce en mi camino. Amén.

domingo, 9 de junio de 2024

Conocer-Corresponder-Compartir el amor de Cristo


 Conocer-Corresponder-Compartir el amor de Cristo

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor” Juan 15:7-9.
Los creyentes deberíamos vivir vidas que glorifiquen al Padre al igual que lo hizo Jesús durante su paso por esta tierra. Cuando miramos a Jesús vemos la manera correcta de amar a Dios (corresponder) y de amar al prójimo (compartir), de ahí la importancia de conocer el amor de Cristo.
Juan 15:5 dice: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Jesús nos enseña que para glorificar a Dios necesitamos permanecer en Él, esto nos habla de comunión, pues así es como se produce el fruto que glorifica a Dios, porque es en la intimidad donde el Espíritu Santo produce en nosotros amor, gozo, paz, paciencia benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, fruto con el cual podemos tanto corresponder al amor de Cristo como compartir de su amor.
Juan 15:10 declara “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor”. En este pasaje Jesús nos da ejemplo de la manera cómo debemos corresponder a su amor, y nos dice que es haciendo lo mismo que Él hacía: obedeciendo, así que para corresponder al amor de Cristo debemos obedecer, pero debemos saber que esta obediencia es el resultado de nuestra comunión con Dios, pues ahí obtengo el dominio propio, que es espiritual, y le da fuerza y poder a nuestra voluntad para obedecer como respuesta al amor de Dios.
Juan 15:12-13 manifiesta “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. Jesús nos muestra la manera de compartir su amor, y es amando como Él mismo nos amó, entregándonos a otros, poniendo nuestras vidas al servicio de los demás. Oración.
«Señor Jesús, pido la ayuda de tu Santo Espíritu, pues mi anhelo es tener comunión contigo, pues sé que es ahí, en esa intimidad, donde se produce ese fruto espiritual que glorifica al Padre. Llévame a conocer tu gran amor, ese amor que ha cautivado mi vida y me ha transformado, llévame a amar a Dios y al prójimo de la misma manera como tú lo haces, para que al compartir del año agradable del Señor muchos crean en ti. Amén

sábado, 8 de junio de 2024

 


Otra C de Cristo: la cruz

“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” 1 Corintios 1:18.

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14:6.

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” Romanos 5:8.

Gracias a la obra de Cristo en la cruz se abre el camino para conocer al Padre, Jesús mismo nos dice que Él es el camino, por eso, para poder conocer, corresponder y compartir el amor de Dios, es necesario conocer la obra de Cristo en la cruz, pues ahí podemos ver reflejado todo el amor de Dios (Juan 14:6; Romanos 5:8).

La obra de Cristo es la que nos permite tener acceso al Padre, pues en la cruz Jesús satisfizo la justicia de Dios, pagando la deuda que nosotros los pecadores teníamos con Dios por causa del pecado, como declara 2 Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” y como dice 1 Pedro 3:18 “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu”.

Así que gracias a la obra de Cristo podemos depositar nuestra fe en Él para ser justificados y poder acercarnos confiadamente al Padre (Romanos 3:21-26; hebreos 4:14-16). Ahora bien, la manera que Dios ha establecido para que las personas conozcan estas verdades y sean salvas es por medio de la predicación como lo manifiesta 1 Corintios 1:21 “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”, de ahí la importancia del mensaje del evangelio, del mensaje de la cruz.

Hermanos que ese amor de Dios que nos alcanzó gracias a que un día alguien nos compartió el mensaje de la cruz, llegue a muchos por medio de nosotros; recordemos que, aunque para algunos este mensaje sea locura, para los que creen es poder de Dios (1 Corintios 1:18).  Oración.

«Cuán agradecido estoy contigo Señor Jesús, pues tu amor me ha conquistado, gracias por amarme de esa manera única, por haber entregado tu vida por mí en la cruz, gracias por haber perdonado mis pecados y porque con tu amor cambiaste mi vida y mi destino. Gracias mi Salvador, te amo. Amén.

viernes, 7 de junio de 2024

Las tres C de Cristo

 

Las tres C de Cristo


“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” Hechos 1:8.

El título del devocional de hoy nos ayudará a recordar más fácilmente tres acciones cotidianas en la vida de Jesús que le permitieron cumplir su propósito hasta llegar a la cruz para concedernos a nosotros también el alcanzar de manera integral sus propósitos aquí en la tierra. Estas tres acciones que vemos registradas en los evangelios y que Jesús practicaba diariamente son: conocer el amor del Padre, corresponder a ese amor, y compartir ese amor.

Jesús podía conocer y experimentar el amor de su Padre por medio de la comunión, pues a través de la oración podía hablar con Dios en el Espíritu y a la vez escuchar su voz, viéndose claramente una relación íntima y personal de amor (Lucas 22:41-42, Mateo 17:5, Juan 10:30; 14:10-11).

Como consecuencia de esa comunión, de modo natural, Jesús podía corresponder a ese amor por medio de su obediencia al Padre, revelándose así la forma correcta de corresponder al amor de Dios, como lo dice Juan 15:10 “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor”.

Finalmente, como resultado de su comunión y obediencia al Padre, nuestro Señor podía compartir de manera efectiva el amor de Dios por medio del testimonio y del servicio, enseñándonos con su ejemplo cómo hacerlo (Juan 5:36, Mateo 20:28).

En devocionales anteriores leímos Lucas 4:18-19 y podemos decir que esta porción bíblica es la descripción anticipada de la propia vida que Jesús llevó, y que como sabemos, cumplió totalmente porque siempre contó con el Espíritu de Dios para conocer, corresponder y compartir el amor del Padre. De la misma manera debemos hacer nosotros, pues cada creyente tiene el privilegio de tener el Espíritu Santo quien nos impulsa y nos lleva a conocer, corresponder y compartir del amor de Dios tal como lo hizo Jesús (Hechos 1:8).  Oración.

«Espíritu de Dios, quiero responder a tu llamado, quiero, al igual que Cristo, predicar el año agradable del Señor, por eso llévame a conocer íntimamente el amor de Dios para así poder compartir, lleno de tu poder, ese glorioso amor que ha transformado mi vida y que puede transformar a todo aquel que deposite su fe en Jesús. Amén.