viernes, 19 de abril de 2019

LIMPIEZA ESPIRITUAL


LIMPIEZA ESPIRITUAL
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Y cuando cenaban, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos […] Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.  Juan 13:1-17
En tiempos antiguos, la costumbre del lavamiento de pies era reservado para los siervos. Cuando Jesús se dispuso a lavar los pies de sus discípulos, ellos se quedaron sorprendidos, pues la Biblia muestra cómo discutían cuál sería el más grande de ellos, actitud lejos de humillarse a lavar los pies. Jesús daba instrucción del servicio desinteresado, de un símbolo de limpieza espiritual, y un modelo de humildad cristiana.
Pedro le dice al Señor “No me lavarás los pies jamás” y Jesús le responde “si no te lavare no tendrás parte conmigo”. El Señor Jesús en esencia le dijo que si no se dejaba lavar los pies no tendría comunión con él; Pedro entendiendo el valor de las palabras del Señor respondió: “Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza”. Pedro estaba pidiendo al Señor que le bañe completamente, y el Señor Jesús le dijo: “El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio”. Si bien el verbo lavar en estas dos frases en nuestro idioma significa lo mismo, en el griego son verbos diferentes. Cuando se habla de lavarse los pies se usa un verbo que significa lavar únicamente una parte del cuerpo, pero cuando Jesús habló de estar lavado, utilizó un verbo que significa lavar todo el cuerpo. Mirando esta diferencia, entendemos, que cuando el pecador recibe a Cristo como Salvador, es lavado totalmente, todos sus pecados son limpiados; sin embargo, mientras el creyente camina en este mundo, es fácil que se ensucie los pies, o se contamine con el pecado. Cuando esto pasa, el creyente no necesita bañarse otra vez, o recibir otra vez a Cristo, sino simplemente lavarse los pies, o lo que es lo mismo apropiarse de la promesa de Dios de que “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. (1 Juan 1:9). Los creyentes deben lavarse los pies para tener comunión con el Señor Jesús.  Es un proceder de Humildad. En el versículo 16. Dice.  De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.
Hermano ¿has sido lavado por el Señor Jesús? Recibe a Cristo como tu Salvador y si ya lo has hecho, examina tus pies si están limpios, solo así tendrás comunión con el Señor Jesús. Confiesa tu pecado, y Dios mismo te perdonará y te limpiará.           Oración.
Padre Dios, tu amor es perfecto, me has amado infinitamente al limpiarme por completo de mi pecado, hoy examino mis pies y enderezo mi caminar, lávame Señor cada día más y más, pues quiero vivir en comunión contigo. Te amo Señor, amén.       Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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Coliseo de Roma

jueves, 18 de abril de 2019

LA CEGUERA DEL ORGULLO. PARTE 3


LA CEGUERA DEL ORGULLO. PARTE 3
Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, más al altivo mira de lejos. Salmo 138:6
El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco. Proverbios 8:13
El orgullo está muy arraigado en el corazón del ser humano y esto impide que muchos acepten a Jesucristo como su Salvador personal. La gente soberbia se gloría de sí misma y creen que se bastan a sí mismos. El orgullo es en esencia una auto adoración, que no deja ver que cualquier cosa que se hubiera hecho en este mundo, no habría sido posible si Dios no hubiera permitido realizarla.
La humildad y el orgullo son fuerzas contrapuestas, que se refieren respectivamente al carácter de Dios y al de satanás y es por esto que la Biblia dice que al altivo Dios lo pone en la vereda opuesta. Cuanto más orgulloso se es, más lejos de Dios se está.
Si alguien nos dice: piensen en una persona orgullosa, siempre vienen a nuestra mente muchos de los que nos rodean, pero jamás pensamos en nosotros mismos, pues, no hay otro defecto más fácil de ver en los demás, pero más difícil de verlo en nosotros mismos. Es muy fácil ver en el hermano la paja en su ojo sin tener la capacidad de vernos la tremenda viga que existe en el nuestro y cuando se refiere al orgullo qué difícil es reconocerlo en nosotros.
Ahora es tiempo de examinar nuestro corazón a la luz de la Biblia y tomar la decisión de despojarnos del orgullo y aprender humildad. La Biblia dice:  revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. (1 Pedro 5:5 b)
En 1 Pedro 5:6 dice: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo". Estamos así apreciando todo lo que la Escritura dice sobre la humildad, que es una virtud que Dios tiene en cuenta y reconoce. Y en Isaías 57:15 dice: "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados.  Oración.
Padre Dios, ruego a ti para que tu Santo Espíritu me guíe a caminos de rectitud, humildad y santidad; continúa perfeccionando tu obra en mí, pues quiero ser obrero aprobado delante de tus ojos. Te doy la Gloria y elevo alabanzas a tu nombre, porque sólo tú la mereces. Te amo Señor, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 17 de abril de 2019

LA CEGUERA DEL ORGULLO. PARTE 2


LA CEGUERA DEL ORGULLO. PARTE 2
El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos. Sus caminos son torcidos en todo tiempo; tus juicios los tiene muy lejos de su vista; a todos sus adversarios desprecia. Dice en su corazón: No seré movido jamás; nunca me alcanzará el infortunio. Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad”, Salmo 10:4-7
El orgullo es un obstáculo para buscar a Dios. La Biblia nos muestra cómo los orgullosos están tan llenos de sí mismos que sus pensamientos están lejos de Dios. Este orgullo es lo opuesto al espíritu de humildad que Dios busca: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.” (Mateo 5:3). Los “pobres de espíritu” son personas que reconocen su miseria espiritual cuando están sin Dios, y reconocen su pobreza total ante el Señor, o, en otras palabras, reconocen su total bancarrota espiritual. Los orgullosos, por otra parte, están tan cegados por su soberbia, que creen que jamás serán quitados, que nunca el infortunio los alcanzará y piensan que no tienen necesidad de Dios.
La Escritura nos habla acerca de las consecuencias del orgullo y dice: “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que repartir despojos con los soberbios.” (Proverbios 16:18-19). Satanás fue echado del cielo por su orgullo. Él tuvo la intrepidez de intentar reemplazar a Dios mismo como el legítimo gobernante del universo. Pero Satanás fue destituido del cielo y será lanzado al abismo del infierno en el juicio final. Para aquellos que se levantan desafiantes contra Dios, no les espera nada más que la ruina, “Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos” (Isaías 14:22a).
Es tan clara la Palabra de Dios cuando describe las características del hombre de nuestro tiempo: la presunción de su prosperidad y su autosuficiencia, por lo tanto, no siente ninguna necesidad de Dios.
Hermano, examinemos nuestro corazón, autoevaluémonos en comparación con la persona del Señor Jesucristo, él dijo: “…aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”. ¿Será que nuestro comportamiento revela en nosotros la mansedumbre y humildad de Jesús?                 Oración.
Padre Amado, me acerco a ti con un corazón contrito y humillado, reconociendo que tu grandeza, soberanía, honra y gloria son tuyos. Revélame si hay en mí rastros de altivez, y te ruego me ayudes a conducirme con humildad y mansedumbre. Te amo Señor Jesús, amén.            Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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Aurora boreal

martes, 16 de abril de 2019

LA CEGUERA DEL ORGULLO.


LA CEGUERA DEL ORGULLO.
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Santiago 4:6
Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia”, Proverbios 3:34
El espíritu de orgullo viene desde que Satanás pecó y su corazón se enalteció en contra de Dios. Dice la Biblia: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran”. (Ezequiel 28.17-18). Por tanto, una persona que camina con orgullo, puede caer en cualquier pecado. El máximo grado del orgulloso es considerar que uno no le debe nada a Dios, que no necesita su ayuda en absoluto.
Desde ese entonces, la humanidad ha sido controlada e influenciada por el espíritu de orgullo, unos en mayor nivel que otros. Uno de los efectos que provoca la acción de este espíritu es la ceguera espiritual. la cual se refleja en testarudez, y dureza de corazón y la única manera de vencer este espíritu de orgullo es con la ayuda de Dios, Jesús dijo, porque separados de mí nada podéis hacer.
El comienzo de la humildad es reconocer nuestras limitaciones, doblegar nuestra cerviz y decidir tener absoluta dependencia de Dios. Es reconocer que necesitamos establecer una relación personal con Cristo el Salvador, a través de la oración y su Palabra.
Ahora, si te cuesta trabajo someterte a Jesús, recuerda que: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Santiago 4:6. Todos anhelamos gracia y bendición, queremos el favor de Dios, entonces dejemos que Cristo impregne su carácter manso, humilde y apacible, caminemos en su presencia, abramos nuestro corazón para que Él habite en nosotros y que Él gobierne nuestra vida.
Finalmente. Que vuestra belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios. (1 Pedro 3:4).  Oración.
Padre Amado, te pido la ayuda del Espíritu Santo para que me ilumine, me de sabiduría y veracidad, y pueda reconocer la altivez de mi corazón. Ayúdame a no buscar justificaciones a mis actos de prepotencia y arrogancia, ayúdame doblegar mi cerviz y depender absolutamente de ti. Tu eres mi Señor y mi Salvador, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 15 de abril de 2019

QUE YO MENGÜE PARA QUE ÉL CREZCA


QUE YO MENGÜE PARA QUE ÉL CREZCA
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.  Juan 3:28,30
Nuestro ego, nuestro yo, quiere siempre tomar el control de nuestra vida, los deseos egoístas quieren gobernar y decidir el rumbo. Pero no debe ser así. Cuando recibimos a Cristo, recibimos nuestra verdadera identidad y una nueva naturaleza, la cual debe definir nuestro día a día. Lo que somos en Cristo debe gobernar nuestra mente, debe limpiar nuestros pensamientos y dirigir nuestros actos.
Juan el bautista nos da el ejemplo que siendo un gran profeta y teniendo muchos seguidores, no era a él al que debían seguir, sino al que él anunciaba. Muchos predicadores modernos se olvidan que no es al hombre al que deben seguir, sino enseñar al creyente a rendir su vida y voluntad al Cristo vivo; quien no se quedó en la tumba, que habita con nosotros por su Espíritu Santo y estará EN todo aquel que le reciba.
Como la parábola de la semilla de mostaza que nos relata el Señor Jesús, nuestra fe debe crecer y dar fruto, (Mateo 13:31-33), en la medida que Cristo tome el control y nuestro yo merme, creceremos hasta llegar a ser un árbol frondoso, de donde los demás toman sombra y buen ejemplo; un árbol que lleva mucho fruto.  Oración.
Señor, que tu amor y tu sabiduría crezca cada día más en mí, para llevar mucho fruto. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 14 de abril de 2019

CONSUELO, DIRECCIÓN Y VALOR


CONSUELO, DIRECCIÓN Y VALOR
Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17:11
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien., Josué 1:8
En momentos de profunda crisis, cuando estás angustiado, cuando las cosas no salen como esperabas y te encuentras desconsolado y sin dirección, siempre hay una Palabra de verdad que te da la garantía de lo que esperas, la convicción de lo que no se ve y que llegará en el momento preciso, a transformar tu situación o a darte la fuerza para resistir el momento amargo.
La Palabra de Dios actúa sobrenaturalmente en nuestra vida. No somos los mismos, luego de que hemos escudriñado la escritura de Dios con ansias de encontrar las respuestas que buscamos, pues es el único libro que tiene la respuesta correcta a las dudas existenciales más profundas que tenemos. Ya sea soledad, dolor, cansancio, desánimo o cualquier situación que está pasando en tu interior, la Palabra de Dios da el entendimiento para salir del encierro profundo y junto con la oración podemos tener la confianza de que Dios actuará poderosamente, porque es su naturaleza; para Él “nada es imposible” (Lucas 1:37).
Acudamos a la escritura en todo tiempo y sin dudar, para hallar el adecuado consuelo, dirección y valor para enfrentar las dificultades; o cuando sufrimos, pues Dios nos ayuda para que así mismo podamos ayudar a otros que sufren o tienen problemas (2 Corintios 1:3-4).   Oración.
Gracias Señor, porque puedo acudir confiadamente a tu Palabra, para hallar tu dirección y encontrar consolación en mi angustia, así mismo la fuerza para enfrentar toda situación, siendo consciente de que tú estás conmigo siempre. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 13 de abril de 2019

SACERDOTES DEL DIOS ALTÍSIMO


SACERDOTES DEL DIOS ALTÍSIMO
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 1 Pedro 2:9
quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 2 Timoteo 1:9
Los sacerdotes en el antiguo testamento presentaban ofrendas por el pecado a través del sacrificio de corderos, en representación o modelo de lo que había de venir, es decir Cristo mismo, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. (hebreos 8:5).
Cristo, como sumo sacerdote, se presentó una sola vez y para siempre por nuestros pecados, esto lo podemos aprender detalladamente en el libro de hebreos (hebreos 9:24-28), y estableció un nuevo pacto a través de su sangre, como mediador, para que nosotros por la fe en Él seamos también partícipes de este pacto eterno. Por esto, el Espíritu Santo hablando por Pedro, nos dice que somos sacerdotes porque fuimos apartados por Dios, comprados con la sangre preciosa de Cristo, consagrados para anunciar a Cristo.
es decir, todos los que hemos creído somos sacerdotes, no es un llamado para unos pocos sino de todo el pueblo de Dios, pero entonces, si no se hacen sacrificios rituales ¿qué hace un sacerdote según el Nuevo Testamento?
Este presenta continuamente alabanza y adoración al Señor, (hebreos 13:15), dedica su propia vida como sacrificio santo; anuncia a Cristo a través de su propia vida, porque Cristo habita en él; instruye en la Palabra para edificar espiritualmente a otros (Colosenses 3:16). Por lo tanto, estas funciones son propias de todo creyente, y las ejercemos en nuestra familia, en nuestra comunidad y en nuestra congregación.
Nuestra responsabilidad como creyentes no es tomar el lugar de Cristo sino servirle, anunciarlo y vivir para Él.
En Apocalipsis, un pasaje resume contundentemente esta verdad de lo que somos ahora, si hemos creído en Cristo: “y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.” (Apocalipsis 1:5-6).  Oración.
Gracias mi Señor Jesús, mi salvador. Me amaste y moriste en la cruz por mis pecados, para hacer de mí una persona nueva para tu servicio y gloria. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 12 de abril de 2019

PIEDRAS VIVAS


PIEDRAS VIVAS
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.  1 Pedro 2:5
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.  Juan 4:23-24
Tenemos la concepción equivocada de que a Dios se le rinde adoración en un lugar externo, en una casa de piedra, incluso hemos llegado a pensar que ese lugar es la iglesia. Pero no es así, lo que nos revela la Biblia, es que cada uno de nosotros, cuando aceptamos el mensaje de Cristo en nuestro corazón, se nos da vida juntamente con Cristo y llegamos a ser piedras vivas; cada creyente es una piedra espiritual de la iglesia de Cristo.
Así que debemos pensar en la iglesia no como una organización humana, sino como un cuerpo vivo conformado por miembros que tienen el mismo Espíritu, que han recibido del Señor con el fin de servirle y adorarle, en comunión como hermanos, pero también cada uno en nuestro interior le adora mediante la obediencia a la verdad de su Palabra y entregando todo su ser, espíritu, alma y cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. (Romanos 12:1).
Por esto, no vamos a un lugar a ver a Dios o a sentir la presencia de Dios, vamos a congregarnos para ser instruidos y para tener comunión unos con otros, presentando a Dios como ofrenda nuestra propia vida, somos la casa espiritual de Cristo, Él habita en nosotros realmente.
No es un simple anhelo o emoción, es el gran misterio que estuvo oculto, reservado para estos tiempos: Dios envió a Cristo, para que habite en nosotros. (Colosenses 1:26-27). Y esto lo cambia todo, hay un compromiso y una entrega de parte de nosotros, para vivir en completa santidad ya que somos el edificio espiritual de Cristo (1 Corintios 3:9).  Oración.
Señor, abre mi entendimiento, para comprender lo que soy en Cristo, y vivir mi vida en santidad y adorándote con mi espíritu en comunión con tu Espíritu, mediante la verdad de tu Palabra. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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