jueves, 14 de julio de 2022

Dios es quien capacita

 

Dios es quien capacita


“Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.” Nehemías 2:7–8.

En estos versículos vemos cómo Nehemías, el “copero del rey”, es capacitado de forma sobrenatural por Dios para una obra de ingeniería, como era la reconstrucción de los muros y las puertas de Jerusalén.

Este hombre había dispuesto su corazón para servir a Dios y a su pueblo, había orado con diligencia y había planificado lo que requeriría para lograr su cometido. Probablemente no era ingeniero ni arquitecto, pero sí un creyente apasionado y comprometido con el reino de Dios. Él creía en el “Dios grande, fuerte y temible” que había salvado a su pueblo en muchas otras oportunidades y que podía hacerlo una vez más; y Dios utilizó cada cosa en la vida de Nehemías para cumplir su propósito, por lo que, nada en su pasado, su presente o su futuro fue en vano. Ahora Nehemías servía en la corte de un rey pagano muy poderoso, a quien Dios le tocó el corazón para que dotara a su siervo con poderes especiales para su difícil viaje y con los mejores materiales de la región para reconstruir las ruinas de su amada Jerusalén.

De parte de nosotros, Dios solo necesita una verdadera conversión y que asumamos la responsabilidad que esta conlleva (arrepentirnos de nuestros pecados, orar y conocer a Dios en intimidad). A medida que crezcamos en la fe, el Espíritu Santo colocará en nuestro corazón la disposición de servirle incondicionalmente y un compromiso firme por su Reino. Dios se puede servir de cualquier circunstancia, persona o lugar y de cualquier cosa que haya pasado en nuestra vida para que podamos cumplir todo su propósito por imposible que este sea.   Oración inicial

«Señor Jesucristo, soy consciente de mi incompleta capacidad humana para servirte; por otro lado, creo y confío en que tu Espíritu Santo pondrá todo a mi favor para que, en el poder de tu fuerza, yo pueda cumplir todo tu propósito en mí. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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