viernes, 8 de mayo de 2020

Los verdaderos discípulos del Gran Maestro


Los verdaderos discípulos del Gran Maestro
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;” Juan 8:31

“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8:32
La Palabra de Dios es el camino y la verdad y la vida, permanecer en ella es andar en el camino correcto, es permanecer en la verdad y es tener la vida eterna, por ello, cualquiera que se extravía de ella y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. (2 Juan 1:9)
Seremos verdaderamente los discípulos del Gran Maestro, Jesucristo, si vivimos en obediencia a su Palabra y a su mandamiento de Amor, pues nos manda en su primero y principal mandamiento a Amar a Dios y el cumplimiento de ese mandamiento escrito está: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.” (Juan 14:21) Y eso mismo lo reitera cuando nos dice: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” (Juan 14:23)
El conocimiento de la Palabra de Dios y, la revelación que de ella nos hace el Señor por su Santo Espíritu, nos lleva a la verdad de Dios y el conocimiento de esa verdad nos libera de todas aquellas creencias fundamentadas en el conocimiento de los hombres y que no son más que vanidad de vanidades. El conocimiento y el entendimiento de la Palabra de nuestro Gran Maestro Cristo Jesús, es sabiduría, y por ello nos dice: “Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.” (Proverbios 2:6) y por ello nos insta: “Sabiduría, ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia” (Proverbios 4:7)
Un camino trazado, una verdad revelada y una vida eterna es lo que el Gran Maestro tiene para sus verdaderos discípulos, los que guiados y sustentados por su Santo Espíritu perseveremos en su Doctrina. Nuestra es la decisión. Oración.
«Padre nuestro que estás en los cielos y que por amor a nosotros enviaste a tu Hijo amado, nuestro Señor y Redentor amado Jesús Cristo de Nazareth, para que nos enseñase todas las palabras que tú le diste, constituyéndose en el Gran Maestro de todas las generaciones y quien hoy por tu Santo Espíritu, que mora en quienes lo hemos recibido como nuestro Señor y Salvador, sigue enseñándonos, haz que nosotros seamos esos discípulos que en Espíritu y en Verdad le sigamos y obedezcamos para que no seamos solamente oidores de su Palabra sino ante todo hacedores de ella. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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