viernes, 18 de octubre de 2019

NEGLIGENCIA ESPIRITUAL


NEGLIGENCIA ESPIRITUAL
“También el que es negligente en su trabajo es hermano del hombre disipador.”, Proverbios 18:9
“a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;”, Colosenses 1:28
Si realizamos nuestro trabajo con negligencia, pereza o con poco entusiasmo, seremos reprendidos o despedidos en casos más drásticos. La Palabra de Dios nos dice que la negligencia disipa, es decir causa pérdidas, que es como si estuviéramos perdiendo tiempo y por tanto también dinero.
Si ser negligente en las cosas materiales trae consecuencias de pobreza y escasez (Proverbios 19:15), cuanto más terribles son las consecuencias de ser negligente en las cosas espirituales, puesto que traen efectos eternos. Mucha mayor pérdida y dolor trae el no obedecer a Dios y seguir sus principios.
Somos negligentes espirituales cuando no estudiamos la Palabra de Dios, pues con ella nos capacitamos y preparamos para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16-17)
Somos negligentes espirituales cuando no colocamos en práctica sus enseñanzas, pues hacerlo nos permite que todo lo que construyamos tenga bases sólidas y tomemos decisiones que serán para nuestra bendición (Mateo 7:24-27), incluso para nuestra bendición material, pues al buscar el reino de Dios como prioridad, lo demás será añadido (Mateo 6:33).
Por esto, el Señor nos amonesta a aprovechar el tiempo para conocerle y conocer su voluntad, viviendo para agradarle; procurando entender cada día lo que Él quiere que hagamos, en vez de actuar sin pensar (Efesios 5:15-17).
Una forma de empezar a acabar con la negligencia espiritual es iniciar a formarnos diligentemente en el entendimiento de la Biblia, lo podemos hacer en una iglesia local de sana doctrina. Pide a Dios, que te guíe a iniciar el proceso más importante de tu vida. Oración.
"Mi Señor, quiero iniciar a ser diligente en aprender de ti y conocer tu Palabra, guíame a una iglesia local donde me enseñen tu Palabra, y donde puedan instruirme en el conocimiento de aquel que me sacó de la oscuridad a la luz verdadera de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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