miércoles, 8 de abril de 2015

Salmos 7:1-2

Salmos 7:1-2

¡Sálvame, Señor mi Dios, porque en ti busco refugio!  ¡Líbrame de todos mis perseguidores!  De lo contrario, me devorarán como leones; me despedazarán, y no habrá quien me libre.



¿Cuándo fue la última vez que doblaste tus rodillas y comenzaste a orar entendiendo que Dios es tu única esperanza?  Tal vez hoy tengas que caer de rodillas y reconocer esta realidad.  No esperes a que tu mundo se ponga de cabeza para darte cuenta de que Dios es quien realmente tiene el control.  A lo largo de los años, he podido ver cómo el Señor se encarga de colocarnos en el punto donde estamos frente a la espada y la pared.  Así como el pueblo judío se encontró cuando salieron de Egipto y el ejército los perseguía mientras tenían el mar de frente.  ¿Por qué somos tan necios?  ¿Por qué nos gusta pensar que podemos llevar dos vidas al mismo tiempo?  O somos seguidores de Cristo o lo somos del Diablo.  La biblia nos lo dice así de simple y claro en Juan 8:44.  David cometió varios errores.  De hecho, una persona con su historial en estos tiempos la veríamos totalmente despreciable y buscaríamos que permaneciera en prisión.  Homicida y adúltero lo definen como persona.  ¿David?  Sí.  También trató de llevar una doble vida.  Pensó que podía adorar a Dios por un lado y vivir su vida y sus deseos por otro.  La realidad es que no es posible y Jehová se encargó de mostrárselo.
Pero todo esto no es para señalarte ni hacerte sentir mal.  ¡Al contrario!  Es para abrir tus ojos y dejarte ver el gran amor que Dios tuvo con David y tiene hoy contigo.  Él quiere ser tu todo.  Él quiere que dejes de buscar en otros lados.  ¡Eso es lo que David entendió!  Jehová es mi refugio.  Solamente Él puede protegerme y darme esperanza.  De otra manera, mis enemigos se encargarían de acabar conmigo.
El mundo nos abruma y muchas veces nos aplasta tanto el día a día que no sabemos cómo podremos avanzar un día más.  Sin embargo, Cristo venció al mundo.  Él está sentado a la derecha del Padre e intercede por ti y por mí.  ¿Por qué seguir buscando refugio en tantas cosas menos en Jehová?  ¿Por qué esperar a no poder más para realmente acudir a Él?  ¿Somos tan soberbios?  Los errores de David fueron muy grandes y así también nosotros podemos cometer muchos otros.  Hoy te animo a meditar en tus acciones, tus deseos y tus pensamientos.  ¿Jehová es tu refugio?  ¿Dios es tu todo?  ¿Estás poniendo tu esperanza en Él?

Oración

Señor: gracias.  No merezco todo lo que haces por mí y por eso doblo mis rodillas y te agradezco tanto amor.  Te pido perdones mis pecados y no permitas que siga como antes.  Hoy entiendo que solamente Tú eres refugio perfecto y traes esperanza a mi vida.  Gracias.  Guía mis pensamientos y mis deseos para que sean agradables a Ti.  Toma mi vida mi Señor.  En Cristo Jesús.  Amén

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