lunes, 15 de agosto de 2022

Los primeros discípulos

 

Los primeros discípulos


“El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús. Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras? Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima” Juan 1:35-39 RVR 1960.

La palabra discípulo significa seguidor, por eso podemos decir que un discípulo es alguien que sigue la vida y las enseñanzas de otra persona; en el contexto bíblico un discípulo es un aprendiz, un alumno que está aprendiendo de su maestro, en los tiempos de Jesús, los alumnos seguían a sus maestros y muchas enseñanzas eran dadas mientras ellos compartían al caminar juntos.

La porción bíblica del día de hoy nos muestra una escena particular, en la cual, dos de los discípulos de Juan el Bautista, es decir, sus alumnos, al oírlo hablar refiriéndose a Jesús como el Cordero de Dios, lo dejan a él y empiezan a caminar detrás de Jesús, y, cuando Jesús se da cuenta que lo están siguiendo les pregunta “¿Qué buscáis?”, a lo cual la respuesta dada es: Maestro, ¿dónde moras?, esta, es la actitud principal de un discípulo, querer seguir a su Maestro, esta actitud le permitirá aprender, pues estar al lado del Maestro le permite al alumno conocer de primera mano las enseñanzas que este tiene para transmitir.

Como vemos, los primeros discípulos de Jesús estaban interesados en seguirlo, por eso su curiosidad por saber dónde vivía el Maestro; esta cualidad de un discípulo, de seguir a su Maestro, trae consigo algo maravilloso, la invitación de Jesús para que conocieran dónde moraba, lo cual terminaría en una reunión privada e íntima en el lugar donde se quedaba el Maestro.

Si al igual que los primeros discípulos de Jesús, nosotros nos interesamos por seguir a Cristo de tal manera que sintamos anhelo y curiosidad por Él, entonces también podremos entrar en ese lugar privado, donde mora el Maestro, en nuestro corazón, para tener un encuentro íntimo, y ahí, de primera mano podremos aprender las enseñanzas del Maestro. Que hoy nuestro anhelo sea seguir a Cristo para convertirnos en sus discípulos.  Oración.

«Señor Jesús, quiero seguirte, ser un verdadero discípulo tuyo, que tu Santo Espíritu me lleve a seguirte y me impulse a caminar contigo diariamente para aprender directamente de ti, mi gran Maestro. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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