sábado, 6 de agosto de 2022

El amor a Dios Hijo

 

El amor a Dios Hijo


“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando” Juan 15:13-14.

“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” Juan 14:21.

El amor de Jesús por nosotros, demostrado en la cruz, va más allá de la amistad, pues en realidad antes de recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador, éramos enemigos de Dios, como lo dice Romanos 5:10 “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”, pero ahora que hemos depositado nuestra fe en Él, y que hemos pasado de ser enemigos a ser amigos de Dios, Él quiere que correspondamos a esa amistad, y la forma de hacerlo es obedeciendo, haciendo lo que Él nos manda.

Hacer lo que Jesús nos manda, es poner nuestra vida a su servicio, y su Palabra declara que nadie tiene mayor amor que este “que uno ponga su vida por sus amigos”, demostrar nuestra amistad al Señor, implica dejarlo vivir a través de nosotros, dejando de vivir nosotros, colocando nuestras vidas en Él, tal y como lo expresa Mateo 16:24-25 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”.

Perder nuestra vida por Jesús es ganarla, pues no encontraremos mejor vida que su vida, esto le sucedió al apóstol Pablo, cuando tuvo su encuentro con Cristo, se convirtió en su amigo, llegando a declarar “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” Filipenses 3:7-8. Al igual que Pablo, seamos amigos de Jesús, correspondiendo a su amor.  Oración.

«Amado Salvador, gracias por entregar tu vida por mí, gracias por hacerme tu amigo, te pido que tu Espíritu Santo me ayude a corresponder a tu amor, haciendo lo que tú me pides, dejándote vivir a ti a través de mí, negándome a mí mismo, siendo tu amigo. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.  

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