viernes, 28 de mayo de 2021

Transforma nuestra vida

 


Transforma nuestra vida

“Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre”., Jeremías 7:1-7

Cuando miramos este pasaje donde el Señor le pide a Jeremías que se pare en la puerta del templo y exhorte al pueblo a volver a Él, son palabras de reproche que ellos no quieren escuchar. Creen que sólo con asistir al templo físico ya están protegidos por Dios, pero en realidad, aunque han restaurado el lugar de adoración, no hay un verdadero cambio en sus vidas.

No podemos mentirle a Dios, nuestro cambio no puede ser externo y superficial, el Señor quiere un nuevo corazón para que le adoremos en Espíritu y en Verdad, en cualquier momento y en cualquier lugar. Como dice Ezequiel 36:26-27: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.

Los templos físicos son solo piedra y cemento, el verdadero templo es nuestro propio cuerpo y nuestra verdadera adoración es una vida transformada, donde nada ocupe el lugar de Dios, porque muchas veces seguimos adorando ídolos terrenales. De nada sirve asistir al templo, hacer cultos de adoración si no hay un verdadero retorno a Dios.

El Señor quiere arrepentimiento, no una religión sin compromiso personal con Él, quiere que dejemos nuestro estilo de vida pecaminoso y tengamos una verdadera renovación interior. Hoy es el momento de reflexionar si ir a la iglesia, cantar en el coro, enseñar en los ministerios, predicar o hacer la santa cena, se han vuelto sólo actividades vacías o si realmente las estamos haciendo para honrar a Dios.

Cuando se repite la frase “templo de Jehová” tres veces, es una manera de enfatizar lo que el Señor quiere decir, para que dejemos de confiar en nuestras palabras de mentira ya que la bendición y protección de Dios sólo vendrán cuando hagamos su voluntad y no la nuestra. Para recibir la bendición debemos actuar en justicia, haciendo lo bueno y correcto, lo que le agrada a Dios, amándolo a Él y a nuestro prójimo.

Recordemos Santiago 1:26-27 “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”.

Claramente hay muchos que se escudan bajo una religión, haciendo sólo prácticas externas para ser vistos como piadosos, pero no tienen una genuina transformación en su corazón. Es lo mismo que nosotros como cristianos que podemos excusarnos diciendo que vivimos bajo la gracia, pero seguimos pecando deliberadamente.   Oración.

«Examina oh Dios mi corazón y mira si en él hay iniquidad, porque no quiero pecar contra ti, viviendo una doble vida. Si te he invitado a vivir en mí, es porque anhelo que seas tú el que gobierne mi vida, deseo solo adorarte con todo mi ser y cuidar mi cuerpo, templo de tu Santo Espíritu. Ayúdame a vivir en integridad, obedeciendo tus mandamientos. En Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario