domingo, 28 de febrero de 2021

Soportándonos y perdonándonos unos a otros

 


Soportándonos y perdonándonos unos a otros

“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” Gálatas 6:1

“soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.” Colosenses 3:13

En la vida se presentan muchos conflictos entre nosotros, padres e hijos, esposos, hermanos, amigos, vecinos, no hay excepción. Pero lo que nos enseña la Palabra de Dios es a solucionarlos o a enfrentarlos con sabiduría, con amor y con mucha paciencia.

Lo primero que nos aconseja la escritura que hagamos cuando tengamos un conflicto con nuestro hermano, está en Mateo 18:15-17, y básicamente nos dice que si alguien peca contra nosotros lo amonestemos en privado, luego con dos o tres testigos si no reconoce su falta y por último en la iglesia (en el caso de que sea un hermano en Cristo); si no nos oyere solo nos queda orar por esa persona. Pero siempre, el principio de toda corrección, es que se debe hacer con mansedumbre (2 Timoteo 2:25).

Algo importante acerca de los conflictos, que debemos considerar, es que siempre los vamos a tener de una forma u otra, y siempre tenemos que estar dispuestos a perdonar (Mateo 18:21-22), no podemos exigirle a una persona que nunca vuelva a fallar, porque incluso nosotros mismos podemos caer en el error que estamos juzgando, por esto dice “considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” (Gálatas 6:1); pero esto tampoco es excusa para dejar pasar el error y no enfrentar la situación problemática, buscando en la fuerza de Dios y el poder de su Espíritu, un cambio que nos lleve a solucionar el problema. De esto se trata cuando dice la escritura “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” (Gálatas 6:1-2).

Si somos victimarios u ofensores, estamos llamados a apartarnos del pecado, pidiendo a Dios que nos de el dominio para no volver a ofender a la otra persona, estimándola como superior a nosotros mismos (Filipenses 2:3) y heredera de la misma gracia que nos fue dada, porque todos nosotros somos uno en Cristo Jesús. (Gálatas 3:28).

Estos principios son enseñados para nuestra congregación en la iglesia, pero nos dan luz para solucionar cualquier conflicto en nuestra vida con nuestro prójimo, a los cuales también debemos soportar y perdonar, aplicando lo que nos enseñó nuestro Señor Jesús: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;”( Mateo 5:44)    Oración.

«Padre, ayúdame en la fuerza de tu Espíritu a tener toda paciencia y humildad para reconocer mis errores y para no ofender a mi hermano, y también para soportar y perdonar cuando soy ofendido, así como tú me perdonaste, así también ayúdame a hacerlo, cumpliendo la ley del amor, pues el amor no hace mal al prójimo. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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