domingo, 5 de enero de 2020

La instrucción de Dios te lleva a ser buen padre


La instrucción de Dios te lleva a ser buen padre
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”, Proverbios 22:6
Es sorprendente la respuesta, cuando a un niño de doce años se le pregunta: si pudieras devolver el tiempo ¿qué quitarías de tu vida? Y sin titubear él responde: a mi papá. Esta situación muestra cuán alejados están algunos padres, del modelo que Dios estableció para ellos. Nadie se prepara para ser papá, quizá los hijos llegan como producto de una pasión desbordada, y no se asume la responsabilidad de ser padre.
Tomar el verdadero rol de ser papá es guiar a sus hijos en el amor de Dios y en las Escrituras. La Biblia dice: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” (Deuteronomio 6:5-9).
Esta palabra destaca que la instrucción a los hijos, debe hacerse en todo momento y en todo lugar y desde temprana edad, pues la Palabra de Dios debe ser el fundamento del hogar. Instruir al niño requiere dedicación y consagración, esto conlleva tiempo y la mayoría de los padres fallan. Algunos se excusan argumentando que dedican tiempo de calidad, pero los hijos requieren tiempo en cantidad y en calidad.
Ahora, la disciplina y la instrucción son parte integral de la paternidad. La biblia dice: “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige”. (Proverbios 13:24) Sabemos que la disciplina es dolorosa cuando se ejecuta, pero debe ser un acto de amor y no de imponer un régimen de terror, la disciplina debe estar seguida por una instrucción amorosa, solo así es beneficiosa para el niño.
Hermano, seamos excelentes padres y edifiquemos nuestro hogar con la ayuda y presencia de Dios, Él es nuestro modelo de Padre. “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican” (Salmo 127:1).  Oración.
Padre Bueno, tal vez hasta hoy no he sido el mejor papá para mis hijos, he fallado una y otra vez, pero quiero enmendar mis errores y tomar tu Palabra por siempre, grabándola en mi corazón para repetirla de día y de noche, como instrucción a mis hijos, obrar conforme a tus mandamientos y edificar mi hogar como altar en honor y honra para ti. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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