miércoles, 4 de septiembre de 2019

MI ESTADO INTERIOR


MI ESTADO INTERIOR SE REFLEJA EN MI VIDA EXTERNA
“No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.”, Isaías 1:13
“Venid luego, dice el SEÑOR, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra;”, Isaías 1:18-19
Extendemos nuestras manos a Dios, vamos a una reunión, alabamos y hacemos muchas actividades religiosas, pero si nuestros actos de adoración o nuestro culto, no vienen de un corazón arrepentido, serán vanas nuestras oraciones.
El pueblo de Israel es llamado al arrepentimiento pues llevaban ofrendas, celebraban ritos convocando asambleas a Dios, pero no se apartaban del pecado, así que esto molestaba en gran manera a Dios. Ellos pensaban que con lo que hacían externamente, tapaban ante Dios el estado real de su corazón, pero no podían engañar a Dios, Él mira el corazón.
Así mismo nosotros hoy en día nos llenamos de actividades y cosas externas, nuestra conciencia da gritos, porque no estamos haciendo la voluntad de Dios y entonces acallamos su voz, colocando más volumen a los ritos externos. Cualquier acto externo, debe ser la manifestación de un corazón que obedece a Dios, que está de acuerdo con Dios; lo que hagamos en secreto se manifestará en lo exterior en cualquier momento.
Si lo que hacemos en secreto es entrar a cuentas con Dios, pedir su dirección y confiar en su provisión, esto se refleja inmediatamente en nuestra vida diaria, en nuestras relaciones y en nuestra vida en la iglesia; nuestras actividades serán fruto de un corazón limpio y lleno de paz.
Este es un llamado a reflexionar y apartarnos del mal, a quitar completamente el pecado de nuestra vida, a lavarnos y limpiarnos quitando la iniquidad de nuestras obras por medio de la fe en Cristo. Esto significa colocarnos a cuentas con Dios, ir a su presencia para llegar a un acuerdo donde le ofrecemos nuestra confianza, porque Él nos ofrece perdón, limpieza y restauración.
Como resultado practicaremos el bien, el juicio y la justicia en todos los actos externos de nuestra vida, como bendición tendremos abundancia de todo pues será fruto de lo que hemos sembrado.  Oración.
"Señor, quiero conocerte en lo secreto, para que me enseñes y me corrijas, quiero colocarme a cuentas contigo y que perdones todo aquello que no te agrada, por medio de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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